Una investigación publicada en la revista científica Nature Sustainability ha contabilizado al menos 81 mujeres asesinadas desde la década de 1970 por su activismo ambientalista, incluyendo a la española Gladys del Estal, asesinada cuando participaba en una protesta antinuclear.
Según los resultados del estudio, que se basa en los datos recogidos por el Mapa Mundial de Justicia Ambiental, los casos se concentran especialmente en el sur global, aunque también recoge varios casos en Europa y Estados Unidos.
Dalena Tran, investigadora del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals en la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) y primera autora del trabajo, indica a Newtral.es que los resultados muestran que la violencia contra las defensoras suele producirse cuando hay “conflictos relacionados con la minería, la agroindustria y las industrias”. “Existe una fuerte conexión entre la represión, la criminalización y los ataques violentos en estas situaciones”, añade Tran.
Filipinas encabeza la lista mundial de mujeres ambientalistas asesinadas
Tran explica que centró el estudio en las mujeres defensoras del medioambiente porque, aunque suelen desempeñar un papel fundamental en este tipo de activismo, se enfrentan a formas específicas de violencia y discriminación debido a su género. “Cuando la violencia en estos conflictos se agrava, las defensoras, debido a las desigualdades relacionadas con una combinación de género y otras marginaciones, suelen verse afectadas de forma desproporcionada”, subraya la investigadora.
En el trabajo se analizaron 523 casos de violencia contra mujeres ambientalistas documentados en el Mapa Mundial de la Justicia Ambiental, 81 de los cuales fueron asesinatos. Los casos más antiguos se remontan a la década de los 70, aunque la mayoría que se han registrado datan de los últimos veinte años.
Filipinas encabeza la lista, con 19 casos registrados, como el de Mia Manuelita Mascarinas-Green, parte del Centro de Asistencia Legal Ambiental del país y que fue asesinada en 2017. Muchos otros casos se concentran en países latinoamericanos, especiamente Brasil y Colombia, con siete casos cada país, entre ellos el asesinato en 2012 de la activista colombiana Rosa Helena Bernal Pinto, lideresa de la Asociación Campesina de Morcote, tras enfrentarse al bloque petrolero que operaba en la región de Boyacá.
España también se cuela en la lista con el asesinato de Gladys del Estal, en 1979. La activista fue asesinada por el guardia civil José Martínez Salas en Tudela cuando esta participaba en la Jornada Internacional contra la Energía Nuclear.
Las mujeres activistas sufren violencias específicas debido a su género
La autora del estudio resalta a Newtral.es que todos los ambientalistas, tanto hombres como mujeres, pueden sufrir violencia por su activismo, incluso ser asesinados, “pero a menudo existen diferencias en la naturaleza y la manifestación de esa violencia”.
“Las mujeres activistas se enfrentan también a otras formas de violencia dirigidas específicamente a su género, como el acoso sexual, las agresiones o las amenazas basadas en el género. Estos tipos de violencia tienen su origen en desequilibrios de poder y en la intención de socavar la participación y el activismo de las mujeres”, subraya la investigadora.
Además, las mujeres ambientalistas pueden encontrarse con normas y expectativas sociales que limiten su papel y su voz en el movimiento, lo que puede conducir a la marginación y la discriminación. “Los activistas masculinos pueden enfrentarse a presiones y expectativas sociales diferentes, pero pueden tener más apoyo social o percepción de legitimidad en su activismo debido a los roles tradicionales de género”, afirma Tran.
Aun así, señala que estas diferencias “no son universales” y pueden variar en función del contexto cultural, social y político en el que se desarrolla el activismo. “Comprender estas diferencias ayuda entender los retos específicos de género a los que se enfrentan las activistas y la necesidad de medidas para abordar su seguridad y bienestar”, añade.
Indigenismo u orientación sexual son otros factores que influyen en el tipo de violencia
Para Nathalie Butt, investigadora en el Centre for Biodiversity and Conservation Science, Universidad de Queensland, en Australia, que no participó en la investigación, el análisis publicado en Nature Sustainability sobre los casos de mujeres ambientalistas asesinadas es “contundente”, pero “solo es la punta del iceberg”.
“El género también se cruza con el indigenismo, marginando aún más a las mujeres en los conflictos medioambientales”, declara a Science Media Centre España. Según Butt, las mujeres están sistemáticamente excluidas de la toma de decisiones, la propiedad y el control de los recursos naturales en la mayoría de los países, culturas e industrias, por lo que se encuentran en una situación de desventaja desproporcionada.
Susana Borràs-Pentinat, profesora de Derecho internacional Público y Relaciones Internacionales e investigadora del Centro de Estudios de Derecho Ambiental de Tarragona (CEDAT), señala la importancia del estudio porque, hasta ahora, no existían datos desagregados que analizasen la violencia de género en los conflictos ambientales. Sin embargo, pide ir más allá y añadir más factores.
“El análisis interseccional permite comprender mejor cómo el contexto y las diferencias de las diferentes mujeres y personas (como la raza, la clase o la etnia) y de quienes se encuentran en distintos niveles de exclusión (prostitutas, migrantes, LGTBIQ+, ancianas, jóvenes) determinan y modulan las violencias de género”, afirma Borràs a Science Media Centre España.
Los casos de mujeres medioambientalistas asesinadas están infradocumentados
La autora del estudio denuncia que “faltan datos suficientes sobre los casos de violencia contra las defensoras del medio ambiente”. “La documentación de estos casos de violencia y asesinatos contra mujeres ambientalistas suele ser difícil debido a la censura y a la falta de datos. En el trabajo observamos que los medios de comunicación tienden a centrarse en detalles sensacionalistas de violencia y a menudo ni siquiera incluyen los nombres de las defensoras o sus luchas”, explica la investigadora del ICTA-UAB.
Además, según Tran, muchas veces las informaciones sobre estos casos suelen marginar a las mujeres como madres, en otras funciones de apoyo o incluso como residentes, en lugar de como activistas.
- Declaraciones a Newtral.es de Dalena Tran, investigadora del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals en la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB)
- Science Media Centre España
- Estudio publicado en ‘Nature Sustainability’
- Mapa Mundial de Justicia Ambiental
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