España ya es el cuarto país europeo con más muertes por calor, aunque se evitaron el 80% con medidas de adaptación

Muertes por calor y adaptación | Shutterstock
Muertes por calor y adaptación | Shutterstock
Tiempo de lectura: 4 min

La emergencia climática está haciendo de los veranos una sucesión de olas de calor y noches tórridas en los países del sur de Europa. Más allá de los golpes de calor, estos factores disparan las muertes prematuras, sobre todo en personas mayores o con enfermedades. Ahora, un estudio liderado por un equipo de ISGlobal de Barcelona pone cifras y retrata a España como uno de los países con más riesgo de la UE de sufrir una muerte por calor. Pero también destaca nuestra capacidad de adaptación.

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  • El dato: 47.690 personas murieron en Europa por las altas temperaturas en 2023. Son unas 13.000 menos que durante el verano anterior, el más cálido de la historia del continente. Y menos que las del verano negro de 2003.

  • En España: 8.352 muertes por calor, la mayoría, mujeres mayores. Se convierte en el segundo país con más carga de mortalidad absoluta y el cuarto en fallecimientos en relación con sus habitantes.

Dos claves para interpretar los datos sin equivocarse: 

  • No es lo mismo morir por calor que morir de un golpe de calor, como explicaba a Newtral.es el investigador del IDAEA-CSIC Aurelio Tobías. Cada año, miles de personas ven agravadas sus patologías o delicada salud por efectos derivados de las altas temperaturas constantes o puntuales, por no poder dormir o respirar bien por el calor nocturno, etc. Esto puede acabar en una muerte prematura.

    Un golpe de calor, sin embargo, es una muerte más súbita, debida casi siempre a una exposición puntual al calor extremo (trabajadores del campo, deportistas, albañilería, barrenderos, etc.) que lleva al organismo a hipertermia y deshidratación.
  • No es lo mismo hablar de muertes atribuibles al calor (o altas temperaturas en general, durante todo el año, por ejemplo, no necesariamente extremas) que de muertes por ola de calor o por calor extremo. Igual que no es lo mismo fijarse en las temperaturas medias, que máximas o que mínimas nocturnas. Cada cual puede entrañar riesgos específicos para distintas personas.

En el estudio, publicado en Nature Medicine se advierte que estas cifras pueden subestimar la carga real de mortalidad relacionada con el calor. Debido a la falta de disponibilidad de registros de mortalidad diarios y homogéneos durante el año 2023, se tuvieron que utilizar recuentos semanales de muertes de Eurostat.

Según el ISCIII, en julio se registraron un total de 771 muertes atribuibles a las temperaturas extremas, (siendo la peor semana la del 22 al 28 de julio). Según la app MACE de la Fundación para la Investigación del Clima, con otra metodología y foco, las muertes por calor extremo se elevan hasta las 1.142, de las casi 4.500 totales por calor (moderado y extremo) en julio.

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Hace más calor, pero hay menos muertes por calor que hace 20 años

Si las temperaturas registradas en 2023 se hubieran producido a principios de los dos mil, se habrían superado las 85.000 muertes por calor. Es decir, se están evitando el 80% de las muertes totales. Los autores, liderados por Elisa Gallo, creen que varias medidas de adaptación (arquitectónicas, culturales, etc.) están funcionando. De hecho, estiman que las muertes por calor en mayores de 80 se habrían duplicado.

“Somos menos vulnerables que a principios de siglo, probablemente como resultado del progreso socioeconómico general, las mejoras en el comportamiento individual y las medidas de salud pública, como los planes de prevención tras el verano récord de 2003”, dice la doctora Gallo.

La adaptación es clave para afrontar la emergencia climática, como explicaba en este reportaje de Newtral.es el coautor Marcos Quijal. Sin embargo, hay un límite, además de desigualdades ligadas a la injusticia climática: no todo el mundo puede costear instalar y encender el aire acondicionado ni en todos los barrios hay infraestructuras para protegerse del calor extremo.

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Para Dominic Royé, físico, científico de datos y clima de la FIC, “vigilamos muy bien la temperatura, pero no tanto los impactos sobre la salud”. Aporta un dato de cara a lo que viene: muere, sobre todo, gente mayor. Una de cada cinco muertes por el calor van a estar ligadas al envejecimiento de la población en las próximas décadas.

Fuentes
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1 Comentarios

  • Podéis comentar lo del la subida de temperatura del Mediterráneo? Es un bulo. En 2003 estaba por encima