El 75,9% de los españoles consideraban que en el Congreso los Diputados “prestan demasiada atención a problemas de poca importancia” la última vez que el CIS preguntó sobre ello ―en 2018―. Más del doble que hace 20 años (el 35,5%) y casi el triple que cuando se consultó en 1989 (el 26,2%).
El 21 y 22 de octubre de 2020, España se encontraba sumida en la segunda ola de la pandemia originada por la COVID-19, con más de un millón de casos confirmados, 34.521 fallecidos y 14.160 personas hospitalizadas por coronavirus. En paralelo, se celebraba en el Congreso de los Diputados el debate de la moción de censura presentada por Vox contra el Gobierno.
Sin embargo, como se deduce de los discursos de los principales dirigentes políticos, parece que esa realidad se quedó a las puertas del hemiciclo: la COVID-19 y sus consecuencias sociales y económicas apenas ocuparon una hora y 12 minutos si sumamos el tiempo dedicado a la pandemia en el discurso inicial de los principales dirigentes políticos.
A más tiempo… no más minutos para la COVID-19
No todos los oradores estuvieron en la tribuna durante el mismo tiempo en su primera intervención. Los diputados de Vox, por ser el defensor de la moción de censura y el candidato a la presidencia, y los miembros del Gobierno pudieron hablar sin límite alguno, no así los grupos parlamentarios. Según el Reglamento del Congreso, su intervención principal podía durar un máximo de 30 minutos, si bien hubo ligeras variaciones en función del dirigente.
En este sentido, la intervención más larga fue la de Santiago Abascal, quien superó las dos horas de discurso (128 minutos). A continuación, se situaron Ignacio Garriga y Pedro Sánchez, ambos por un tiempo similar. Garriga intervino durante algo más de 79 minutos y Sánchez 71 minutos. De los tres, sin embargo, fue el diputado de Vox por Barcelona el que estuvo más tiempo hablando del coronavirus y sus consecuencias: 24 minutos.
Frente a esto, destaca la relación de la intervención del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias: 26 minutos y 30 segundos en la tribuna de los que solo utilizó estos últimos a la pandemia. En concreto, para mencionar la tarea de recuperación que el Ejecutivo tiene por delante: “Dicen algunos economistas que las grandes catástrofes, al contrario que lo que pudiera parecer, no convierten a los ateos en creyentes sino que convierte a los neoliberales en neokeynesianos”. Y nada más.
En términos relativos, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, fue la que destinó al coronavirus la mayor parte de su tiempo, un 35%: le dedicó 10 minutos y cuarenta segundos en una intervención que, en total, se alargó hasta los 31 minutos. De hecho, comenzó su alocución criticando la “burbuja” que se vivía en el pleno respecto a las preocupaciones reales de los españoles.
Le siguió Ignacio Garriga, encargado de explicar los motivos que habían llevado a su partido a presentar la moción de censura. Por ello, dedicó 24 minutos no solo a criticar la gestión del Gobierno durante la pandemia sino, también, a desgranar su visión y teorías sobre el coronavirus.
En la bancada contraria, Pedro Sánchez realizó una defensa de las medidas tomadas por su Ejecutivo, de los ERTE al Ingreso Mínimo Vital, pasando por la aplicación del estado de alarma. Al coronavirus le dedicó un 21,9% de su discurso.
Las preocupaciones de los ciudadanos
Frente a estos registros hay que rescatar la realidad que reflejó el último barómetro del CIS, publicado este mes de octubre. En la encuesta, el 39,6% de los ciudadanos consideraba el coronavirus como uno de los principales problemas del país, solo por detrás de la crisis económica (39,6%).
Sin embargo, lo relacionado con la clase política aparecía dividido en seis categorías: “el mal comportamiento de los políticos” (20,7%), “los problemas políticos en general” (18,9%), “la falta de acuerdos, unidad y capacidad de colaboración -situación e inestabilidad política-” (11,8%), “lo que hacen los partidos políticos” (8,5%), “la acción del Gobierno o partidos políticos concretos” (7,1%) y “la falta de confianza en los políticos” (0,1%). Si se sumara todo ello, se alcanzaría una cifra más alta que la del coronavirus y la crisis económica: un 67,1%.
Nota metodológica
Para realizar el cálculo se han tenido en cuenta el primer discurso pronunciado en el pleno por el diputado que defendía la moción de censura (Ignacio Garriga), el candidato a la presidencia (Santiago Abascal), los dos miembros del discurso que intervinieron (Pedro Sánchez y Pablo Iglesias) y los representantes de PP (Pablo Casado), ERC (Gabriel Rufián) y Ciudadanos (Inés Arrimadas).
Se ha considerado como mención a la pandemia toda referencia explícita o indirecta al coronavirus, sus consecuencias socioeconómicas o la gestión que formaciones y gobiernos han hecho de esta crisis.
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