Diferencias y semejanzas entre las dos mociones de censura de Vox contra el Gobierno de Sánchez

Moción de censura Sánchez
Twitter Vox Congreso.
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La sensación es de déjà vu. El mismo partido, Vox, presenta una moción de censura para desalojar al mismo Gobierno, el de Pedro Sánchez. Y con idéntico resultado si se cumplen los pronósticos: una mayoría de votos en contra. Sin embargo, no todo es exactamente igual entre la iniciativa que los de Santiago Abascal presentaron en octubre de 2020 y la de marzo de 2023.

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El candidato a la presidencia del Ejecutivo, los tiempos en los que se ha extendido la medida o la posición anunciada por el PP son algunos de los factores que marcan las diferencias. 

Diferencias: el ‘factor Tamames’ y la abstención del PP 

El candidato. En la primera ocasión, fue el líder de Vox el que se presentó como aspirante a liderar el Gobierno que saliera en caso de aprobarse la moción de censura. Y ahora, el partido de ultraderecha ha optado por el economista y ex dirigente del PCE, Ramón Tamames. 

Es la primera vez que este puesto lo ocupa alguien ajeno al partido que promueve la moción y se trata del aspirante que accede a él con mayor edad. De hecho, los 89 años de Tamames suman casi lo mismo que los años que tenían juntos los dos candidatos que le precedieron: Pablo Iglesias, en 2017, y Pedro Sánchez, en 2018. 

El exdirigente del PCE es, según el partido que lo avala, el candidato “neutral”, “con experiencia de gobierno” y que “no milita en partido político alguno” que Vox se ha pasado meses buscando en su intento por cosechar más apoyos parlamentarios. Esto último no lo va a conseguir, según se desprende de las declaraciones de los portavoces de los diferentes grupos. Y, sin embargo, al optar por Tamames se ha encontrado un perfil que difiere en muchos aspectos del argumentario del partido de Abascal, como se ha evidenciado en las recientes entrevistas que ha concedido a medios como El País.

Tiempos. En 2020, apenas pasaron unas semanas desde que el partido de ultraderecha anunció su intención de presentar una moción de censura contra el Gobierno de Sánchez y el día en que registró su propuesta en el Congreso. En esta ocasión, entre estos dos hitos han transcurrido casi tres meses; tres meses sin que Vox consiguiera designar a un aspirante que aceptara su propuesta. 

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Posición del PP. Durante el debate de la anterior moción de censura de Vox contra el Ejecutivo de Sánchez, Pablo Casado pronunció el discurso que más se recuerda de toda su carrera parlamentaria. El 21 de octubre subió a la tribuna y, ante la sorpresa del hemiciclo, declaró: “Señor Abascal, no es que no nos atrevamos, no es que nos hayamos rendido, no es que seamos cobardes, lo que ocurre es que no queremos ser como usted». Fue su forma de justificar el voto en contra de su partido. 

Otro sentido en las votaciones se espera del PP actual, encabezado por Alberto Núñez Feijóo. Este 2023 Génova ha optado por la abstención porque -asegura su líder- su voto es el de quienes “no quieren ni a Sánchez ni a Abascal”. 

Elecciones a la vista. La diferencia entre estas dos posturas en la moción contra Sánchez se explica en gran medida en lo cerca que están las elecciones autonómicas y municipales. Tras ellas, el PP sabe que es posible que dependa de Vox para hacerse con algún gobierno regional o local o mantener el poder. En octubre de 2020, España acababa de salir de las restricciones más duras de la pandemia y no se avistaba ningún comicio en el horizonte. 

Matices: elecciones antes de tiempo y justificaciones no pedidas 

Justificación. En el documento donde Vox desarrolla los motivos por los que presenta la moción de censura actual da tres motivos con los que justifica por qué vuelven a recurrir a ella sabiendo que no van a lograr el objetivo propuesto. Defienden -sin que reglamentariamente estén obligados a ello- que “es un derecho constitucional”, que sus diputados lo consideran un “deber moral” y que la perciben como “una fórmula para trasladar a los españoles un mensaje de esperanza y de unidad”. 

Motivos. Estas tres razones ‘formales’ las esgrimen más allá de los motivos políticos que acumulan contra el Ejecutivo. Expresiones como “Gobierno ilegítimo” o los augurios sobre un “cambio de régimen” a través del “asalto” a las instituciones son el común denominador de ambas mociones. Con todo, en la primera Vox se extendió en criticar la “gestión criminal de la pandemia” y en en esta última ese hueco lo han ocupado en parte la ley del ‘solo sí es sí’ y la ley trans. 

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Objetivo. El fin de esta moción de censura es claro: “Desalojar del poder a Pedro Sánchez y a sus 22 ministros, convocar elecciones de forma inmediata y conformar, con la fuerza de las urnas, un Gobierno que reconstruya la democracia hoy herida”. La fecha planteada es el domingo 28 de mayo, día en que también están convocados los comicios municipales en toda España y autonómicos, en algunos territorios.   

La posibilidad de ir a las urnas también la contempló Ignacio Garriga cuando defendió la candidatura de Abascal en octubre de 2020, pero con un margen de tiempo mayor: “Si está moción prosperase convocaremos elecciones antes de que termine este año triste y trágico”, aseguraba ante el pleno. 

Similitud: una moción de censura contra Sánchez abocada al fracaso

Tres años después, con todo, la sensación en los partidos es la misma que en octubre de 2020: que Vox presenta la moción de censura sabiendo que es inviable y que, como el propio Abascal ha reconocido, lo que busca con ella es “retratar al Gobierno”. 

Por ello, ERC planteó a los socios de la coalición pactar un discurso idéntico para dar todos la misma respuesta a Ramón Tamames, pero los socialistas se desmarcaron de la iniciativa con el argumento de que no quieren “contribuir a la banalización de la política”. Lo que no está en cuestión es el sentido del voto por el que se decantará los partidos que conforman el bloque de la investidura. Irán todos al no. Exactamente igual que hace tres años. 

Fuentes
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