Mientras contábamos las olas, la humanidad se disponía a mirar tan lejos como la tecnología actual permite. El 25 de diciembre de 2021 se lanzaba –con retraso– el telescopio espacial James Webb. Este julio han llegado las primeras imágenes. Algo así como una versión Ultra HD de las viejas y espectaculares fotos del telescopio Hubble, su antecesor.
James Webb es una verdadera máquina del tiempo que ve el pasado impreso por las galaxias muy muy lejanas. Una huella infrarroja que nos ayuda a interpretar los comienzos de la primera luz del cosmos. Si el Hubble era como escuchar una canción por el auricular del teléfono, con el James Webb nos metemos en un teatro con sistema Dolby Surround.
James Webb es una máquina del tiempo en el espacio, que nos lleva al universo que tenía algo más de 4.000 millones años. Nos ha dejado sus primeras imágenes (que no se ‘ven’ realmente así, como te contamos en este pódcast, de la mano de Rogelio Bernal). Pero a la comunidad científica le interesan los datos que ha empezado a mandar. Entre esos astrónomos del infrarrojo, Pablo G. Pérez González, con el que charlamos en Mientras contábamos las olas.
Del misterio doble de Edwin Hubble al telescopio James Webb
El día de Navidad de 2021, a las 12 del mediodía en la hora universal coordinada y veinte minutos, la humanidad lanzaba al espacio el mayor ingenio jamás armado por nuestra especie. Un ojo protésico gigantesco en forma de telescopio destinado a flotar sobre nuestras cabezas. Una estación llamada a tomar el relevo del otro gran telescopio orbital, el Hubble. Aquel que nos enseñó las imágenes más bellas del cosmos, desde los pilares de la creación a miles de espirales luminosas, un océano de galaxias que hace apenas un siglo era inimaginable.
Edwin Hubble y James Webb. Dos hombres que no podían ser más diferentes el uno del otro. Pero que han terminado dando nombre a los dos grandes telescopios espaciales. Dos personajes singulares y enigmáticos. Hasta con cierto halo de misterio. Más para el primero que para el segundo.
Hoy todavía, con el telescopio más cerca de jubilarse, los restos del astrónomo que dio nombre al aparato se encuentran en paradero desconocido. Tenemos mejor fichado a un objeto que vuela a casi 600 metros de altura que al cadáver del mayor astrónomo observacional del mismo nombre, si es que yace en alguna tierra.
En este pódcast te hablamos de Edwin Hubble y de James Webb. Y por supuesto, del Hubble y del Webb. Un relevo en los cielos que se ha producido mientras contábamos las olas. Y no te pierdas otros capítulos de esta serie.
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