Miopía y niños: menos pantallas pero, sobre todo, más luz solar

Un niño usando una tablet. Miopía y niños: menos pantallas pero, sobre todo, más luz solar
Tiempo de lectura: 8 min

Se prevé que en 2050 la mitad de la población mundial será miope. En el caso de los niños y niñas, la prevalencia de miopía se doblará del 10% al 20%, un aumento que se suele achacar al uso excesivo de pantallas. Sin embargo, la realidad es un poco más complicada. 

Publicidad

Según los especialistas, es cierto que el uso excesivo de dispositivos es un factor de riesgo más en la aparición de miopía en niños, pero lo verdaderamente peligroso no son las pantallas sino cómo y cuánto se usan, y lo que “se pierden” los niños al usarlas. 

Como explica a Newtral.es Natalia Arruti Vázquez, oftalmóloga en el Hospital de La Paz, la miopía no tiene una sola causa, sino que es una enfermedad “multifactorial”. “La miopía aparece cuando se suman varios factores de riesgo”, afirma la oftalmóloga. 

Un factor con mucho peso, según Arruti, es la genética, “Si los padres tienen miopía, es más probable que los niños la desarrollen también”, destaca. Pero hay más factores, la mayoría sobre cómo usan la visión en el día a día. 

Miopía en niños y pantallas: el problema está en la forma de uso

Varios estudios han relacionado el uso excesivo de dispositivos con pantalla con el aumento de miopía en niños. Por ejemplo, una investigación en Dinamarca de 2019 observó que los adolescentes que más usaban estos dispositivos tenían el doble de riesgo de sufrir miopía. También fueron las conclusiones de un metaanálisis de más de una decena de artículos publicado en The Lancet Digital Health

Pero como subraya a Newtral.es Eduardo López Palacios, oftalmólogo en el Hospital La Princesa, el problema son las condiciones en las que se utilizan las pantallas. 

Publicidad

“No es la luz de la pantalla lo que puede provocar miopía en los niños, sino cómo se usa el dispositivo”, afirma el oftalmólogo. Por un lado, subraya que cuando los niños usan dispositivos como el móvil o la tableta, “su vista enfoca a muy pocos centímetros”, algo que no ocurre con otros dispositivos como la televisión. 

Miguel Francisco Ruiz Guerrero, jefe de la sección de Oftalmología del Hospital Ramón y Cajal, coincide con López. “El problema es que si los niños pasan muchas horas delante de pantallas, es muchísima actividad en la que los músculos del ojo tienen que enfocar de cerca y tienden a elongar el ojo hacia atrás, que deriva en miopía”, aclara Ruiz Guerrero. 

El oftalmólogo del Hospital Ramón y Cajal explica que la miopía consiste en un “desenfoque de la imagen que está lejos”. “La imagen en el miope se forma por delante de la retina, no sobre la retina. Esto genera una imagen desenfocada, y la imagen que lee el cerebro es borrosa”, afirma. 

Según explica el oftalmólogo, “cuando progresa la miopía, el ojo se va haciendo más largo longitudinalmente”, aclara. Así, si se fuerzan los ojos habitualmente a pocos centímetros, el ojo tiende a elongar y desarrollar miopía.

Actividad a la luz solar, esencial para evitar la miopía

Pero hay otro elemento esencial: las pantallas se usan en espacios interiores y oscuros. Es decir, el tiempo que los niños y niñas pasan delante de una pantalla es tiempo que no pasan en el exterior, algo esencial en el crecimiento del ojo durante la infancia para evitar la miopía. 

Publicidad

Según un estudio publicado en 2015 en la revista científica Investigative Ophthalmology & Visual Science (IOVS), los niños que durante los 18 meses que duró el estudio pasaron más tiempo expuestos a la luz solar tuvieron menos crecimiento longitudinal del ojo, es decir, su ojo desarrolló menos miopía y progresó menos en el caso de los niños que ya eran miopes. 

“Se suma que muchas veces en el colegio usan pantallas, también cuando hacen los deberes en casa usan tabletas. Si el ocio también es en pantalla y no al aire libre, se suman muchos factores de riesgo”, dice López Palacios, especialista del Hospital La Princesa. 

El porqué de la importancia del aire libre no se conoce con exactitud. Una de las teorías es que la luz solar es necesaria en el crecimiento del ojo durante la infancia, ya que una investigación en ratones publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) demostró en ratones que la radiación ultravioleta podía estimular la liberación de dopamina, que inhibiría la elongación del ojo.

Otro estudio, publicado por la Academia de Oftalmología Americana en 2018, probó que un programa escolar que promovía las actividades al aire libre y a la luz solar redujo tanto la aparición como la progresión de la miopía en niños. Sin embargo, como explica Arruti, “los autores explican que no saben bien por qué”. “Afirman que la luz solar intensa puede no ser necesaria para frenar la miopía y que la actividad al aire libre aunque no sea a la luz del sol puede ser también efectiva. De momento, son solo teorías”, destaca. 

La importancia de las actividades al aire libre para evitar la miopía en niños también se ha visto con el impacto de la pandemia de COVID-19. “Con la pandemia los niños han salido menos a la calle y han aumentado su uso de las pantallas significativamente, y ya se están viendo los efectos en un aumento de la miopía”, dice Arruti. En concreto, un análisis publicado en la revista Frontiers ya habla de que la progresión de la miopía en los niños podría haberse acelerado alrededor de un 30%.

Publicidad

Lo esencial: frenar la progresión

Según los especialistas, el mayor problema no es la visión borrosa en sí, sino los peligros a los que puede derivar. “Llamamos miopía magna aquella que supera las 6 dioptrías”, explica Ruiz Guerrero. “La miopía magna tiene más riesgo de complicaciones, como cataratas miópicas, más tendencia a aparición de glaucoma o daño en la mácula”, advierte. Y como subraya Arruti, “si la miopía empieza con cinco años, es más probable que a la larga se superen las 6 dioptrías”. 

Por eso, según explica la oftalmóloga de La Paz, una de las líneas principales de investigación en la miopía es cómo frenar su progresión y evitar que se convierta en patológica. “Uno de estos tratamientos que ya se usan es la atropina, unas gotas que han demostrado en varios ensayos clínicos que tienen eficacia en disminuir la progresión de la miopía”, afirma. 

Además, Arruti denuncia que este aumento también es un problema económico. “Graduar gafas es un proceso caro que en España no cubre la Seguridad Social y que mucha gente no se puede permitir”, declara Arruti.

Un problema con solución individual y colectiva

Pero Ruiz Guerrero afirma que este aumento en la miopía de los niños no es solo un problema de los padres o las pantallas. “Hemos abandonado el mundo rural y hemos construido ciudades hostiles donde no es tan fácil que los niños salgan de forma segura a jugar al aire libre”, reclama.

“Además, no debemos olvidar que el ocio en pantallas está precisamente diseñado para atrapar la atención y que se utilicen de forma adictiva”, añade. En opinión de López Palacios, hemos construido una sociedad donde los ojos son principalmente “una herramienta para ver de cerca”. “Los pacientes solo utilizan la visión de lejos para actividades concretas. En su día a día, demandan ver bien de cerca y la distancia intermedia”, subraya.

Para evitar miopías en niños: menos pantalla y “al menos dos horas diarias” al aire libre 

Para evitar la progresión de la miopía, los especialistas recomiendan reducir el uso de pantallas en los niños, pero que esto se traduzca en más actividad al aire libre. 

“Es importante que estén en la calle al menos dos horas diarias”, recomienda Ruiz Guerrero. “Y si hay pantalla, que no se exceda el tiempo y que se tomen descansos”, añade.

Por supuesto, aclara Arruti, depende del día a día del niño. “Por ejemplo, si usa pantallas en el colegio, es más importante que se reduzcan su uso de pantallas en su ocio”, advierte. 

López Palacios coincide. “Lo importante es que hagan un uso razonable. En la sociedad actual es absurdo evitar por completo que los niños usen pantallas, pero es esencial que se limite su uso durante su ocio”, afirma.

Fuentes