En el minuto seis de la jornada, las futbolistas pararon la liga norteamericana, se unieron en el centro de los estadios y dedicaron un instante a generar conciencia sobre la necesidad de cambios estructurales en la National Women’s Soccer League (NWSL). En la última semana, las ex jugadoras Mana Shim y Sinead Farrelly han denunciado abusos sexuales por parte del entrenador Paul Riley, provocando una ola de solidaridad y denuncias dentro y fuera de esta competición. Un MeToo internacional que ha saltado desde EEUU a otros países como Venezuela y Australia. “Hay una plaga sistémica” en el fútbol femenino, alertan.
Abrazadas y emocionadas, pusieron el foco en los seis años que sus compañeras permanecieron en silencio, con miedo a expresar el horror que habían vivido. A través de un comunicado, exigieron a la prensa preguntar exclusivamente sobre este problema, y lanzaron un órdago a las instituciones.
Unidas, plantean cambios profundos dentro de liga y clubes que ya han tenido los primeros efectos con el despido de dos entrenadores, la dimisión de la comisionada de la competición y la creación de un comité para investigar qué situaciones y en qué años se han producido.
Otra de las grandes consecuencias del momento de sororidad en esta liga ha sido el impacto internacional que ha tenido sobre otras futbolistas ajenas a la competición, inicialmente en Venezuela y Australia. Veinticuatro jugadoras lideradas por la colchonera Deyna Castellanos -finalista al premio The Best en 2017-, emitieron un comunicado denunciando al exseleccionador. “Asumí que este ambiente machista y desagradable para la mujer era el precio que tenía que pagar por ser profesional”. A sus voces se han sumado las exjugadoras australianas, obligando a la federación a iniciar una investigación.
Estas son algunas de las claves del último movimiento contra abusos sexuales en el fútbol, el MeToo internacional en el fútbol femenino:
Fútbol femenino: ¿qué es la NWSL?
La liga norteamericana de fútbol está compuesta por los diez mejores equipos de Estados Unidos: Portland Thorns, OL Reign, North Carolina Courage, Houston Dash, Chicago Red Stars, Orlando Pride, Washington Spirit, Gotham FC, Racing Louisville y Kansas City. En 2022 se incorporarán las franquicias de San Diego y Los Angeles.
En esta liga juegan algunas de las grandes estrellas del fútbol mundial como las ganadoras del último Mundial, Megan Rapinoe, Alex Morgan, Carli Lloyd o Kelley O’Hara. Además de históricas jugadoras como la brasileña Marta o la reciente campeona olímpica, la canadiense Christine Sinclair.
¿Qué hechos que se denuncian en este MeToo internacional?
En 2014, Sinead Farrelly se desplomó durante un partido de los Portland Thorns FC. Levantándose por su propio pie, pasó una revisión médica posterior que le diagnosticó migrañas. Pero el trasfondo de esa imagen era mayor. Farrelly sintió “alivio”. Era un punto de inflexión, una señal de su cuerpo para terminar con años de control por parte del entrenador Paul Riley, con el que compartía equipo por tercera vez en su carrera.
El 30 de septiembre de este año, el periódico The Athletic abrió una investigación profunda sobre Riley. Partiendo de dos testimonios, se descubrieron situaciones graves, en diferentes etapas y en distintos equipos, desde Philadelphia Independence en 2010 a Portland Thorns en 2015: abusos sexuales, manipulación y control sobre sus vidas privadas.
El inicio de este abuso a Farrelly se remonta a la etapa en Philadelphia Independence (2010-2011) cuando convirtió a Farrelly en “su jugadora”. Le hacía sentirse especial para después entrenar con las suplentes en un estado cíclico en el que siempre acababa jugando, mantenida en tensión constantemente y generando dependencia con comentarios sobre su “deslealtad” si acudía a la selección. Fuera de las instalaciones, se introducía en su vida privada. Al final de esa temporada, en un hotel, coaccionó a la jugadora para acostarse con él, algo que repitió el siguiente año.

The Athletic dio con una docena de futbolistas que corroboraron sus actitudes machistas de forma anónima. Hacer dormir en su habitación a una lesionada, emborracharse en los hoteles, criticar el peso, culpar a una madre de las derrotas, controlar la vida fuera del fútbol y la sexualidad de las jugadoras y el envío de fotos íntimas son algunas de las situaciones vividas.
Con esta investigación, el periódico dio con un segundo testimonio relacionado, Mana Shim, quien manifestó cómo Riley obligó a ambas a besarse delante de él. El contexto socio-económico de unas futbolistas con salarios bajos le daba aún más control. “Solo hacías lo correcto para jugar y complacer al entrenador”.
Además de reivindicar sus derechos y seguridad durante los partidos, las futbolistas han tomado los medios de comunicación y las redes sociales para exponer acciones conjuntas ante el propio sistema. La delantera Megan Rapinoe, fue contundente en su mensaje: “A todos los que en posición de poder dejaron que esto pasara, lo escucharon y lo desestimaron, contrataron a este monstruo con cero repercusiones: sois monstruos, podéis entregar vuestras dimisiones inmediatamente«.
A través de la asociación de jugadoras, alertan de una “plaga de abusos sistémicos” con la que pretenden acabar. En la siguiente jornada, después de un parón para aclarar los hechos, las protagonistas emitieron un nuevo comunicado solicitando acciones conjuntas. «La transformación del sistema no es algo que digas, es algo que haces«. FIFA y la Federación estadounidense han abierto sus propias investigaciones al respecto.
MeToo internacional: ¿Qué acciones han provocado?
- Dimisión de Lisa Baird como comisionada de la liga.
En 2015, Mana Shim pidió ayuda a Alex Morgan, una de las grandes estrellas de la liga y de la selección norteamericana, compañera en Portland Thorns. La queja provocó la no renovación del contrato del técnico y la puesta de los hechos en conocimiento de la liga, que cerró el caso. Riley siguió entrenando en Western New York Flash (2016) y North Carolina Courage (2017-2021), club que ahora ha rescindido su contrato.
Con la exposición pública, la liga ha suspendido la licencia del entrenador y provocado la renuncia de Lisa Baird, quien niega implicación en un caso que-dice- encontró cerrado en su llegada al cargo en 2020. Hasta ella habían acudido recientemente 240 futbolistas a través de una carta en la que solicitaban protección para las trabajadoras en su ámbito laboral.
Ante la negativa de responsabilidad de Baird, Morgan publicó correos electrónicos en los que Farrelly le mostraba su «preocupación» por la seguridad de las jugadoras en base a una experiencia omitida por la propia liga. La respuesta fue que ahora estaban activando protocolos para denuncias, agradeciendo el contacto a la jugadora. «Gracias por tu email, te deseo lo mejor”.
- Despido del entrenador de Washington Spirit y dimisión de su CEO.
Washington Spirit despidió al entrenador Richie Burke al tomar conciencia del ambiente de trabajo “hostil y tóxico” que había generado. Los motivos de un “ambiente enfermizo” han sido desvelados con un por la jugadora Kaiya McCullough.
Con la fuerza de su testimonio y del estado actual de la liga, han logrado la dimisión del CEO del club, Steve Baldwin. «No podemos recuperarnos de todo lo que hemos descubierto este año. Bajo tu liderazgo, la confianza en la organización se ha roto». Las 27 jugadoras firmaron una carta para pedirle la venta de su parte del club a la copropietaria, Michele Kang. “Ella pone los intereses y necesidades de las jugadoras en primer lugar”.
¿Cómo han inspirado un MeToo internacional en Venezuela y Australia?
Veinticuatro futbolistas venezolanas firmaron en los días posteriores un comunicado exponiendo los abusos de poder del exseleccionador Kenneth Zseremeta hacia menores de edad, sucedidos entre 2013 y 2017. «Muchas de nosotras seguimos con traumas y heridas mentales que nos acompañan en nuestro día a día», dicen, recordando que las jugadoras de la comunidad LGTBI eran cuestionadas y el acoso hacia las heterosexuales era habitual. “Las insinuaciones sexuales eran temas del día a día, con acoso, invitaciones indebidas, sobornos, regalos o masajes”.
En un texto posterior de carácter particular, la delantera del Atlético de Madrid, Deyna Castellanos, señalaba a la NWSL como inspiración. “Su valentía me ha hecho reflexionar de una manera profunda. Leer el artículo me hizo recordar muchas cosas y darme cuenta de que los entrenadores que utilizan su poder para manipularnos son más comunes de lo que muchas veces queremos admitir. Durante mucho tiempo asumí que este ambiente machista y desagradable para la mujer era el precio que tenía que pagar por ser profesional”.
Este movimiento internacional ha llegado también a Australia, donde la Federación ha abierto una investigación después de los testimonios narrados por varias exjugadoras en los medios de comunicación, espoleadas por sus compañeras norteamericanas. Primero fue la segunda máxima goleadora histórica de las ‘Matildas’, Lisa de Vanna, quien alertó de que ese ambiente tóxico también lo encontró entre compañeras cuando se iniciaba en el fútbol.
Renaye Iserief respaldó su testimonio: durante años envió cartas mostrando su preocupación. «Esta cultura tóxica ha estado bajo la alfombra durante años, tuve que dejarlo porque no podía hacer nada desde dentro. He presenciado cosas terribles. Tuve que salir de ahí«, dice en declaraciones al periódico Daily Telegraph. En este mismo contexto, Bronwyn Nutley lamenta los dos años y medio que tardó la federación en investigar al entrenador Mark Jones por llevarle a “situaciones estresantes y depresión” cuando era una adolescente, en 2002. Aunque la federación encontró indicios de “técnicas que no encajaban con entrenar a mujeres o menores”, ella no volvió a jugar, él siguió entrenando.
Fuentes:
- The Athletic
- National Women’s Soccer League (NWSL)
- Asociación de futbolistas NWSLPA
- Comunicados de Alex Morgan, Lisa Baird, Deyna Castellanos y Washington Spirit.
- Daily Telegraph
- Podcast True Be Told de Kaiya McCullough
- Comunicado de FIFA.
- Comunicado de la Federación estadounidense de fútbol.
¿Alguien podría investigar por favor porqué a estas alturas no se ponen en marcha protocolos de prevención y actuación en posibles casos de acoso como marca la ley?
En mi caso en una administración pública como la Conselleria d'Educació del Govern Balear, el inspector de turno apreció que yo tenía un compañero cariñoso que no entendía que no es no y no activó protocolo alguno. Finalmente tuve que acudir a la Policía. La propia administración permite que sigan pasando estas cosas y nadie actúa. En Baleares no actúa el propio Govern admitiendo las negligencias, ni el IBDona (mismo color político?) y el Instituto de las Mujeres es demasiado lento en sus investigaciones. ¿De qué nos sorprendemos? Sigue pasando porque quien comete abusos o acoso sabe que puede seguir haciéndolo con total impunidad.