Fact Fiction

“El método Williams”: una ventana al tenis femenino en formato ‘biopic’

Tiempo de lectura: 7 min

En la lista de Forbes de los 50 atletas mejor pagados en 2021 solo hay dos mujeres: Naomi Osaka y Serena Williams. Las dos son tenistas. Las dos son negras. Sin embargo, no hace mucho esto era impensable. Concretamente, hace menos de 40 años, cuando Serena empezó a jugar al tenis junto a su hermana Venus en Compton (California). Y son precisamente los inicios de las hermanas Williams lo que narra la nueva película de Reinaldo Marcus Green, El método Williams, nominada a seis Oscars.

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El ‘biopic’, que cuenta con las dos hermanas como productoras ejecutivas, hace justicia a la sucesión real de los hechos, pese a que como la mayoría de películas de Hollywood se toma ciertas licencias cinematográficas y deja ciertos flecos sin cerrar que analizamos en este Fact Fiction.

Dos mujeres negras en un “deporte de blancos”

El filme, nominado a seis Oscars, se centra en los comienzos de Venus y Serena  (interpretadas por Saniyya Sidney y Demi Singleton, respectivamente) haciendo especial hincapié en su condición racial. Lo hace sobre todo a través de la figura de su padre, Richard Williams (Will Smith en la película), quien les recuerda a las hermanas una y otra vez que no solo juegan para ellas mismas, si no que están abriendo paso a las mujeres negras.

Richard habla en varias ocasiones del tenis como “un deporte de blancos” -de hecho, en ninguno de los torneos en los que participan las Williams a lo largo de la película aparece una jugadora negra-, y llega a decir que precisamente por esa razón lo escogió para sus hijas.

Sin embargo, la cinta se olvida de mencionar que las Williams no fueron las primeras afrodescendientes que lograron grandes éxitos dentro del circuito internacional del tenis femenino. Hay un nombre que no se menciona en los 138 minutos de la película, pero que es esencial en la historia de este deporte: Althea Gibson, que en 1956 se convirtió en la primera mujer negra en ganar un Grand Slam. Lo hizo, eso sí, antes de la denominada “Era Abierta”, que se inicia en 1968 y que profesionaliza el tenis, dejando fuera a los jugadores amateurs. Gibson ganó, en total, once Grand Slam (cinco en individuales, cinco en dobles y uno más en dobles mixto).

Existe, además, otra figura que debe tenerse en cuenta. Es la australiana Evonne Goolagong, la primera tenista aborígen en lograr un Grand Slam. Lo consiguió en 1971, pero luego vinieron 13 más. En total, obtuvo siete títulos de Grand Slam en individuales, seis en dobles y uno más en dobles mixto.

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¿Qué le pasó a Jennifer Capriati?

Otro de los puntos en los que incide la película de Green es en la obsesión de Richard Williams porque sus hijas sigan siendo “niñas” el máximo tiempo posible y la presión deportiva y mediática no llegue a sobrepasarlas.

La amenaza de que esto suceda se introduce a través de Jennifer Capriati. Esta tenista estadounidense debutó en 1990 como profesional con solo 13 años. Cumplidos los 14, logró colarse en las semifinales de su primer Grand Slam y se convirtió en la tenista femenina más joven en situarse entre las 10 mejores jugadoras del ránking mundial. En 1992 ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona con 16 años.

Sin embargo, en 1993, después de perder el US Open, sufre un “tormento”, como ella misma lo llama, que la aparta de las pistas durante casi dos años. En 1994 toca fondo, cuando la Policía la arresta por posesión de drogas en un hotel. “Realmente no estaba contento conmigo misma, mi tenis, mi vida, mis padres, mis entrenadores, mis amigos..”, cuenta Capriati ese mismo año en una entrevista con The New York Times, donde reconoce que “realmente quería suicidarme”.

La película muestra a Richard Williams enterándose de esta noticia en la misma pista donde entrenaba Capriati y donde entrenan sus hijas, lo que le hace dudar en si permitir a Venus empezar a competir, temeroso de que la presión pueda con ella y le ocurra lo mismo.

El patriarca de los Williams acaba dando su brazo a torcer, pero Capriati no vuelve a ser mencionada en la película, que no da cuenta de la vuelta de la tenista al circuito profesional pese a que en 2001 logró ganar dos Grand Slam y se convirtió en la número uno del mundo.

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Las imprecisiones en el partido de Venus Williams contra Arantxa Sánchez Vicario

Uno de los momentos de la película que en España se esperaba con más emoción es la escena del partido entre Venus Williams y la tenista española Arantxa Sánchez Vicario en el torneo de Oakland de 1994. 

Según la película, Williams le ganó a Sánchez Vicario el primer set por 6-0 y, cuando iba ganando el segundo 3-1, la tenista española pidió tiempo para ir al baño. Allí pasó nueve minutos con el objetivo de “romper el juego” a su contrincante, en palabras del entrenador de Williams por aquel entonces, Rick Maccci (interpretado por Jon Bernthal). 

El resultado final del partido, según la cinta, fue 0-6, 6-3 y 6-0 con victoria para Sánchez Vicario. Sin embargo, los periódicos de la época relatan un final ligeramente diferente. Según ABC, la española se impuso 2-6, 6-3 y 6-0. Es decir, es falso que Williams lograra encajar un set en blanco a Sánchez Vicario. Al revisar el registro del enfrentamiento en la WTA se puede confirmar este resultado.

Sobre los “nueve minutos” que la tenista patria pasó en el vestuario, ni la prensa española ni la estadounidense del momento se hacen eco del asunto. Cabe destacar que este tipo de comportamiento está prohibido desde noviembre de 2021, cuando la Asociación de Profesionales del Tenis (ATP) anunció que los parones en medio de los partidos estarán limitados a una vez por encuentro y a un máximo de tres minutos. El reglamento de la WTA recoge la misma normativa.

Pero hay una licencia más en esta escena. Cuando disputaba este partido, Arantxa Sánchez Vicario todavía no era número uno de la WTA, pese a que en la película el comentarista la anuncia con ese título antes de saltar a la pista. Su primer partido contra Venus Williams lo jugó en noviembre de 1994, pero la tenista española logró situarse a la cabeza de la clasificación femenina de tenis en febrero de 1995.

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Las hermanas Williams: una carrera de récords

Venus Williams se convirtió en 2002 en la primera tenista negra en ser número uno de la clasificación WTA. Su hermana, Serena Williams, fue la primera afrodescendiente en ganar un torneo individual de Grand Slam en la Era Abierta en 1999. Además, es la segunda tenista con más Grand Slam de la historia del tenis (tiene el récord de la Era Abierta): ha ganado 23 en individuales, el último en 2017, con 36 años.

Las Williams se convirtieron en 2001 en las primeras afroamericanas en disputar una final de un Grand Slam y en las primeras hermanas en competir entre ellas desde que en 1884 Lilian y Maud Watson se enfrentaran en la primera final femenina de Wimbledon.Después de las Williams, han tenido que pasar unos cuantos años más para que otra mujer negra lidere los grandes torneos de tenis femenino. En 2017, Sloane Stephens se hizo con el US Open (su único Grand Slam) y la japonesa Naomi Osaka lo logró en 2018, precisamente contra Serena Williams, a quien ya ha superado como atleta mejor pagada, según Forbes.

Fuentes: