El 90% de los medios de fact-checking sufre campañas de desprestigio y ataques en línea por parte de políticos y figuras públicas, y el 70% afirma que estas han sido llevadas a cabo de manera coordinada y prolongada, viéndose especialmente intensificadas durante la pandemia de coronavirus, los periodos electorales y la guerra de Rusia contra Ucrania.
Son algunos de los datos preliminares que se extraen de un estudio liderado por el fact-checker croata Faktograf para explorar el impacto del acoso dirigido a organizaciones de verificación. Los primeros resultados del informe, que se podrá leer completo en el mes de mayo, han sido publicados como parte del proyecto Decoding Disinformation Playbook, dirigido por el International Press Institute (IPI) en colaboración con el diario alemán Taz.
Del estudio también se extrae que de los 35 encuestados que habían sufrido ataques, 24 (69%) no denuncian el acoso penal a la Policía o lo hacen de forma excepcional. Solo el 17% denuncia de manera regular este tipo de agresiones a las autoridades.
El objetivo de este análisis es documentar las experiencias de acoso y amenazas sufridas por distintos medios de verificación de noticias, centrándose especialmente en las campañas dirigidas contra periodistas y fact-checkers. En total, han participado 41 miembros europeos del International Fact-Checking Network (IFCN).
La mayor parte de los ataques a medios de fact-checking ocurren en línea, especialmente en redes sociales
La encuesta se realizó entre diciembre de 2022 y enero de 2023, y tenía como objetivo recopilar información sobre el acoso sufrido por los verificadores con motivo de su actividad profesional, incluyendo ataques en línea, físicos, verbales, doxing, sexuales, de género o intentos de difamación y piratería, entre otros.
Tal y como plasman los primeros resultados extraídos del informe, la mayor parte del acoso ocurre en línea, fundamentalmente en redes sociales. De los 41 medios que han participado en la encuesta, 32 forman parte del Programa de verificación de datos de terceros de Meta para verificar contenido en Facebook e Instagram. La mitad de ellos informaron que los ataques habían aumentado «sustancialmente» después de unirse a este tipo de programas, aunque sostienen que no está claro si este aumento se debió a la participación en él, a que adquirieron mayor relevancia pública o a circunstancias diversas que tuvieron lugar al mismo tiempo, como el retroceso democrático en sus respectivos países.
El entorno político es la principal fuente de ataques
La encuesta también esboza el perfil del tipo de personas y organizaciones más comunes a la hora de perpetrar estos ataques a medios de fact-checking. El 85% de los medios de verificación participantes en el estudio reportaron ataques de figuras públicas que no están directamente involucradas en la política, pero sí de forma indirecta, como expertos, analistas, activistas o líderes de grupos y movimientos.
No obstante, 32 de las 41 organizaciones aseguraron que sí habían sido atacadas directamente por políticos, no solo del partido en el poder, sino también por diputados o representantes de partidos sin escaño en el Parlamento.
Los verificadores no denuncian por la falta de confianza en que prospere
Otro de los aspectos que se extrae de este informe preliminar es que los verificadores de medios de fact-checking que han sufrido ataques y amenazas tienden a no denunciarlos ante las autoridades por considerar que no van a prosperar. En torno a la mitad de los encuestados expresaron poca confianza en que su denuncia finalmente desencadenara en algún tipo de castigo para sus perpetradores, incluso algunos de ellos apuntan que denunciar este acoso puede llegar a tener peores consecuencias.
En este sentido, solo uno de los 23 encuestados que respondieron esta pregunta afirmó que su denuncia había tenido consecuencias para quienes la habían llevado a cabo.
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