Demostrado: lo de 2020 fue un huracán en pleno mar Mediterráneo

Ciclones Alfa e Ianos en Europa | NASA
Ciclones Alfa e Ianos en Europa | NASA
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El 18 de septiembre de 2020, el mapa de Europa era un bodegón de fenómenos extremos. De punta a punta, dos masas arremolinadas de nubes parecían barrer las costas de Portugal, a un lado, y las de Grecia, al otro. Dos ciclones tropicales fuera de sitio, a la vez, con tintes de huracán. El segundo, en pleno mar Mediterráneo.

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Grecia vio como se le venía encima una profunda depresión de aire formada en Libia. Las aguas calientes del golfo de Sidra fueron el caldo primigenio de un ciclón con vientos de 195 km/h. Bautizada como Ianos, tenía todos los tintes de ser un huracán de categoría 2 en pleno Mediterráneo. La destrucción a su paso estuvo a la altura de la nomenclatura.

Ya no es que un medicán sea un fenómeno muy parecido a un huracán. Pueden ser perfectamente huracanes mediterráneos de categoría 2.

“Los medicanes [MEDIterranean hurriCANES] son ciclones formados en el Mediterráneo muy parecidos a los huracanes“, explica a Newtral.el mayor experto mundial en megahuracanes, Kerry Emanuel. El científico estudió los medicanes junto a Romualdo Romero (UIB) durante su año sabático en España, en 2005. La cuestión es que cada vez hay más evidencias de que los medicanes son huracanes ‘con todas las de la ley’. No simplemente “parecidos”.

La última prueba llega en forma de trabajo publicado en el Boletín de la Sociedad Meteorológica de EE.UU. Kostas Lagouvardos (Observatorio Nacional de Atenas, Grecia) y su equipo han hecho un estudio exhaustivo del ciclón Ianos, en su recorrido de más de 1.900 kilómetros de devastación. Aunque se usó el término ‘medicán’ para referirse a él, oficialmente fue un ciclón.

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“En la isla de Cefalonia (Mar Jónico) se registraron vientos persistentes hasta 44 m/s , mientras que en varias islas Jónicas, así como en partes de Grecia central, se registraron cantidades récord de precipitación acumulada“, explican los autores. “Ianos ha demostrado ser el medicán más intenso jamás registrado en el Mediterráneo”. Aportan los datos suficientes para que empecemos a llamarlo ‘huracán’ con todas sus letras.

Huracanes mediterráneos más frecuentes por la emergencia climática

El equipo de Lagouvardos no ve diferencias en la génesis, evolución, energía liberada y poder destructivo entre Ianos y otros huracanes considerados como tales, tras analizar de datos captados y procesados con tecnología de última generación proveniente de satélites.

Las imágenes de infrarrojo satelital, así como los datos de rayos permitieron hacer un seguimiento y compararlo con los medicanes de 2003 y 2006. A diferencia de Ianos, en aquellos “no se detectó convección profunda y nubes precipitadas cerca del centro durante la máxima intensidad del ciclón, a pesar de la impresionante formación de ojos de huracán sin nubes”.

Hasta ahora no se había podido hacer un análisis con esa profundidad y detalle. Incluso ha coincidido el paso de un satélite de la NASA que proporciona información muy importante para el análisis de estos fenómenos, justo cuando el medicane estaba en su etapa de madurez.

El físico y modelizador de la AEMET Juan Jesús González Alemán, estudioso de los medicanes, asegura que hay algo en común con los huracanes a los que nos hemos acostumbrado en el atlántico: a mayor temperatura del mar, a nivel superficial, mayor probabilidad de intensificación. Esto entronca directamente con la emergencia climática.

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“Independientemente de la tecnología –explica González Alemán– también se ha observado un aumento de estos fenómenos en su intensidad, contexto en el que se ha formado este medicán. Este es un caso especial por alcanzar incluso una equivalencia a huracán de categoría 2”.

Se da la circunstancia de que Lagouvardos, al frente de la oficina meteorológica helena, propuso el verano pasado empezar a poner nombre a las olas de calor por su efecto devastador –especialmente, en incendios–. Un poder destructivo al nivel de los huracanes o tormentas tropicales a las que se enfrenta con cada vez más frecuencia su país y, por extensión, casi todo el Mediterráneo.

Un mar con huracanes pero cada vez más seco

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El físico Kerry Emanuel, en entrevista con Newtral.es en su reciente visita a España para recoger un Premio Fronteras del Conocimiento

Kerry Emanuel estuvo de nuevo en España el pasado septiembre, recogiendo un Premio Fronteras del Conocimiento FBBVA. Reconoció entonces que esta zona del mundo, la península ibérica, es particularmente sensible a la emergencia climática, como revela la imagen de satélite que ilustra esta información.

El profesor señala una paradoja: “En el Mediterráneo las proyecciones apuntan a más sequías, pero también a lluvias más torrenciales. Más sequía y más inundaciones a la vez”. Los modelos apuntan a que habrá más huracanes mediterráneos en algunos sitios y menos en otros, “pero en todo caso serán más potentes, con lluvias más torrenciales, incluso aunque sean menos frecuentes”.

El equipo de Lagouvardos recalca desde Grecia: “Además de los obvios beneficios científicos, la capacidad de predecir los huracanes mediterráneos y sus impactos deben servir para promover una mejor preparación social y una mayor capacidad para afrontarlos cuando lleguen”. Y esto no es algo abstracto. La amenaza está ahí:

Algo importante, pues para González Alemán, “el impacto es el mismo o mayor incluso [que el de huracanes atlánticos], porque los medicanes (sobre todo uno como Ianos) suelen tener asociados también vientos destructores, con un mar muy bravo y con gran impacto en la costa”.

La mediterránea es especialmente vulnerable, densamente construida en primera línea y en zonas inundables. Lo vemos cada año en algunos episodios de DAN. “Ya hay estudios que apuntan a la posibilidad de más casos como Ianos, en el que los medicanes ya se empezarían a comportar como auténticos huracanes” dice el investigador español. Eso sí, Emanuel precisa que quizás, en este lado occidental del mar Mediterráneo sean menos frecuentes, pero con más poder destructivo. González Alemán precisa: “serán más probables en la mitad norte de la costa mediterránea peninsular y las Islas Baleares”, ante un escenario de emisiones de CO2 globales parecido al actual.

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