Descubren un mecanismo para que el cáncer de mama agresivo no pase desapercibido para las defensas

anticuerpo cáncer
En verde, células tumorales en un organoide de laboratorio, sin la sustancia que las hace visibles a las defensas |IMIM
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En la imagen que encabeza esta información puedes ver unas llamativas manchas verdes. Son células malignas de cáncer de mama. A tus ojos, son fosforescentes (porque las han manipulado en el laboratorio). Pero a los ‘ojos’ de nuestras defensas, serían invisibles. Y lo que no ven, no es atacado. Por eso prosperan en los cánceres mamarios metastásicos, un 15% del total.

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El cáncer de mama ‘triple negativo’ es agresivo y suele afectar a mujeres jóvenes. No es habitual, pero este subtipo a veces se resiste a las terapias basadas en estimular al propio sistema inmunitario para combatirlo. El motivo es que las células del tumor consiguen camuflarse entre las sanas. Ahora, un equipo del Hospital del Mar de Barcelona (IMIM-HdM) ha descubierto cómo evitar que se escondan.

En un estudio, publicado este jueves en Nature Cancer, se ofrece una solución prometedora a este cáncer de mama en modelos preclínicos que hace que las células madre cancerosas sean visibles para el sistema inmunitario, y que luego pueda eliminar el tumor.

Han visto que la subpoblación de células más agresivas tienen bajos niveles de un factor llamado LCOR. Este es el que hace que los tumores sean más visibles para el sistema inmunitario, al presentar antígenos en la superficie celular. Es decir, sería como si LCOR colocase un banderín clavado en cada célula maligna, indicando al ejército de las defensas que es ahí donde deben atacar.

En el caso de las células madre de este tipo de cáncer de mama, la baja presencia de este factor LCOR las hace invisibles para las defensas. Como resultado, estas células son resistentes a la inmunoterapia contra el cáncer de mama, que tiene una tasa de éxito relativamente baja en la práctica clínica actual.

Este cáncer de mama sucumbe a las defensas, pero por ahora, en ratones

Tal y como explica el doctor Toni Celià-Terrassa, “a pesar del tratamiento con inmunoterapia, estas células sobreviven y tienen la capacidad de generar resistencia, lo que va ligado a su capacidad de esconderse del sistema inmunitario, lo que les permite evadir la inmunoterapia”. Ahora han conseguido que funcione, pero hasta el momento, sólo en ratones.

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El equipo ha demostrado cómo esta situación cambia cuando el gen LCOR se activa en este tipo de células, poniendo en marcha la maquinaria que permite a las defensas detectar el tumor. “Se trata de reconfigurar el tumor para hacerlo completamente visible y, por tanto, sensible a la inmunoterapia, transformándolo de invisible a visible”, añade Iván Pérez-Núñez, investigador que realiza su tesis en el Laboratorio de Dinámica de Células Madre del Cáncer y Metástasis.

Los investigadores pudieron ver cómo, al combinar este enfoque con la inmunoterapia, la tasa de respuesta al tratamiento fue total y se eliminaron todos los tumores, curando a los ratones a largo plazo. Esto previene tanto la recurrencia del cáncer como la generación de resistencia.

ARN mensajero contra el cáncer de mama

Inspirándose en la tecnología utilizada en el diseño de vacunas de ARN mensajero para la COVID-19, los investigadores decidieron utilizar una estrategia similar para transportar y administrar el ARN del gen LCOR a las células tumorales. Se desarrollaron vesículas artificiales, estructuras similares a bolsas formadas en las células, para transportar esta información. Se demostró que lo hacen con éxito, evitando que las células madre tumorales permanezcan invisibles.

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 “Lo que estamos haciendo es que el sistema inmunitario vea mejor a la célula tumoral. A diferencia de las células sanas, las células malignas tienen una carga mucho mayor de antígenos ‘extraños’ reconocidos, que no son inherentes al sistema inmunitario. De esta forma, la función natural del organismo las defensas reconocerán, atacarán y eliminarán las células malignas” , explica el Dr. Celià-Terrassa.

Esta estrategia puede ser aplicable a otros tipos de tumores de cáncer de mama y otros tipos de tumores, aunque primero se necesitan estudios de seguridad y ensayos clínicos en humanos. Joan Albanell, colíder del estudio y jefe del Servicio de Oncología del Hospital del Mar, es optimista: “Lo importante es que los resultados experimentales demuestran una sensibilización sin precedentes del cáncer de mama triple negativo a la inmunoterapia, haciendo que los tumores resistentes sean prácticamente curables”.

El uso de LCOR en combinación con inmunoterapia ha generado una patente y se creará una empresa para desarrollarla. Los tratamientos basados en las propias defensas prometen erradicar tumores y curar el cáncer. Desafortunadamente, para los de mama, la inmunoterapia sólo está aprobada en el subtipo de cáncer de mama triple negativo, donde los resultados aún están lejos de lo que se espera.

Cabe recordar que el cáncer de mama metastásico, a pesar de los importantes y continuos avances, aún no es curable en la mayoría de las pacientes. Sin embargo, el resto de tumores mamarios tiene muy buen pronóstico. Como explicaba aquí la directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) María Blasco, el 95% se curan.

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