Mayo se despide con temperaturas récord: ¿el cambio climático empuja a redefinir las olas de calor?

Calor de mayo en Sevilla | Carlos Rivera, Efe
Calor de mayo en Sevilla | Carlos Rivera, Efe
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Un episodio de calor (que no ola de calor), sin precedentes en primavera, lleva a media España a temperaturas de hasta 10°C más de las normales. Según Aemet, los próximos cuatro días podrían ser los más calurosos de un fin de mayo jamás registrados.

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¿Qué días serán los peores de esta (casi) ola de calor y dónde se darán?

Rubén del Campo, portavoz de Aemet, advierte en SMC de España que “Las máximas estarán entre 5 y 10°C por encima de lo normal. Es un calor propio de julio o agosto”. Confirmó que se esperan batir récords entre el 29 de mayo y el 1 de junio. El 31 puede ser el peor.

¿Por qué Sevilla supera a El Cairo en temperatura?

Roberto Granda, director de meteorología de eltiempo.es, explica que “la combinación de altas presiones y subsidencia atmosférica recalienta el aire en el interior peninsular. En ciudades como Sevilla, el efecto isla de calor urbana potencia este fenómeno“.

José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored y consultor de la OMM, detalla: “Una dorsal africana (lengua de aire caliente de sur a norte) cubre verticalmente la península y Baleares. Desde el punto de vista meteorológico, la situación actual no difiere de las que suelen darse en plena canícula”, es decir, cuando solemos tener olas de calor, pese a que técnicamente esta no lo sea.

A pesar de las temperaturas excepcionalmente altas que superarán los 38-39°C en ciudades como Sevilla o Córdoba,  no puede clasificarse técnicamente como ola de calor según los criterios de Aemet, porque el espisodio de este mayo tiene…:

  1. Duración insuficiente: No se prevé que alcance el mínimo de tres días consecutivos con anomalías extremas en todas las zonas afectadas.

  2. Extensión territorial limitada: Aunque afectará a gran parte del país, no cubrirá de forma simultánea e intensa una porción suficientemente amplia del territorio nacional.

  3. Ausencia de noches tropicales generalizadas: En la mitad norte peninsular, las mínimas seguirán por debajo de los 10°C, lejos de las «noches tropicales» (mínimas >20°C).
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Calima: aliada del calor nocturno y contaminación

Esta especie de ola de calor (que técnicamente no es tal) vendrá acompañada de polvo sahariano desde el jueves, dando:

  • Noches tropicales (>20°C) en centro-sur y Baleares.
  • Potenciará contaminantes como el ozono (O3), las partículas finas (PM) y los óxidos de nitrógeno en ciudades. Cristina Linares y Julio Díaz (GISMAU-ISCIII) alertan: “Los derivados de la contaminación pueden tener mayor efecto en la salud a corto plazo que los derivados de la propia anomalía térmica”.

Grupos de alto riesgo, como en las olas de calor

Linares destaca que en varias zonas se “superará el umbral sanitario que define una ola de calor”. La falta de aclimatación tras un mayo fresco multiplica los riesgos. Sencillamente, venimos de una primavera relativamente fresca y ahora: el calor de golpe. Por eso, hay que poner especial atención a:

  • Mayores y personas con enfermedades crónicas.
  • Infancia: Las personas expertas ponen en foco en extremar en cuidado en ciertas escuelas no adaptadas a olas de calor –se dan cuando no hay clases–.
  • Trabajadores al aire libre.
  • Embarazadas y pacientes polimedicados.

Recomendaciones

  1. Evita actividades exteriores entre 12:00-18:00 h.
  2. Refresca viviendas: ventila de noche, cierra persianas de día.
  3. Hidrátate continuamente, sin esperar sed.
  4. Protege a grupos vulnerables con control activo.
  5. Consulta niveles de contaminación con calima.

 ¿Ola de calor en mayo: la nueva normalidad?

José Miguel Viñas afirma que “estamos dirigiéndonos hacia una nueva normalidad con estos episodios de calor intenso fuera del periodo estival, tanto en primavera como en otoño”. Varios análisis lo confirman y proyectan primaveras con 30ºC incluso antes de mayo en algunas zonas, si las emisiones de carbono continúan como hasta ahora.

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Los días de verano en las principales ciudades españolas han pasado de 90 a 145 en los últimos 50 años. Las olas de calor diurnas se han multiplicado casi por siete. Las noches tropicales o tórridas, casi por once en las últimas décadas.

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Algunos equipos científicos señalan que los índices actuales para medir olas de calor subestiman los riesgos reales para la salud, especialmente en contextos de baja humedad o en poblaciones vulnerables. Un estudio del verano pasado, en la revista Nexus, constató que cinco de los seis indicadores principales de olas de calor (incluídas las de España) no llegan a retratar el peligro real para ciertas personas.

Otro trabajo salido de la Universidad de Miami (EE.UU.) propone distinguir entre calor agudo (como el episodio de este final de mayo o las olas de calor de verano) y calor crónico (exposición prolongada). Este último requiere estrategias de adaptación distintas, como modificar edificios o sistemas de alerta temprana. El problema es que, como señalaba Dominic Royé (FIC) en Newtral.es, las olas de calor son cada vez más prolongadas en nuestras latitudes. Y esto, según los modelos de la emergencia climática, va a ir a más.

Fuentes
  • AEMET, Rubén del Campo
  • José Miguel Viñas (Meteored)
  • Roberto Granda (Eltiempo.es)
  • Cristina Linares y Julio Díaz (ISCIII)