El 30 de marzo, una nave rusa Soyuz MS-19 regresará a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (ISS). En ella, Antón Shkáplerov, Piotr Dubrov y Mark Vande Hei. El último, estadounidense. Si todo va según lo previsto, esta misión será la prueba de que la guerra en territorio de Ucrania no ha saltado al espacio. Eso, pese a que el jefe de la agencia de Rusia amenazó con “dejar caer” la ISS o se especuló con el abandono a su suerte a Vande Hei a 400 km de altura. No ha ocurrido, pero varias misiones espaciales han quedado afectadas por la guerra.
Roscosmos, la agencia rusa, ha insistido en que respetarán los acuerdos firmados con los socios de la ISS. “Negarse a retornar un astronauta sería un acto sumamente hostil y que repercutiría muy gravemente en la seguridad de la tripulación de la estación, al no existir plazas suficientes en las naves actualmente acopladas en caso de que surja una emergencia“, explica el experto en misiones espaciales y astrónomo Daniel Marín en Eureka.
De la escalada verbal en Twitter a misiones espaciales amenazadas
El 2 de marzo, Rogozin tuiteó un video que mostraba a trabajadores de Roscosmos quitando banderas estadounidenses y japonesas de un cohete de reabastecimiento de la ISS. “Sin esas banderas –agregó– nuestro cohete luce más bonito”. Scott Kelly, es célebre astronauta de la NASA que pasó un año en órbita le respondió: “Sin esas banderas y las divisas que traen, tu programa espacial no valdrá nada”, escribió, sugiriendo que, en tal caso, Rogozin tendría que buscar trabajo en McDonald’s, “si McDonald’s todavía existe en Rusia”.
Sin embargo, más allá de los rifirrafes en torno a la ISS, hay varias misiones espaciales europeas que se tambalean o se verán necesariamente aplazadas ante la crisis abierta por la guerra. Empezando por la que compartía la ESA con la rusa Roscosmos: el róver Rosalind Franklin de la misión ExoMars, la suspensión más sonada debida a la guerra. Adiós a la búsqueda de vida en Marte sobre el terreno.
Más allá de la escalada dialéctica y las amenazas, en respuesta a las sanciones masivas, el 26 de febrero Rusia retiró a sus empleados del sitio de lanzamiento de Europa en la Guayana Francesa. Allí estaban preparando cohetes Soyuz para las próximas misiones. Ahora esas misiones están en el limbo.
Misiones espaciales rusas (no tan) afectadas por la guerra
Rusia es una potencia espacial. En la historia, la primera en poner un objeto, una perra y una personas en órbita. Sin embargo, tras la caída del bloque soviético, el poderío en solitario ha quedado eclipsado por una etapa de colaboraciones internacionales. Tanto con la norteamericana NASA como con la europea ESA.
La más emblemática, desde el año 2000, es la Estación Espacial Internacional (ISS). Esta plataforma flotante de experimentación conjunta vivió en 2014 su primera crisis, de la que la ciencia en órbita salió airosa. Sin embargo, tras el abandono del programa del Transbordador estadounidense, empezó a depender íntegramente de las naves de transporte rusas.
Hoy, sin embargo, parte de ese trabajo está subcontratado a americana SpaceX, de Elon Musk, que ya ha llevado astronautas a la ISS en tres ocasiones. No obstante, la amenaza del jefe de la agencia Roscomos iba más por desacoplar sus módulos, que también dan impulso a la estación para conservar su órbita.
Como explicaba a Newtral.es Noelia Sánchez-Ortiz, ingeniera aeroespacial de Barrabés y profesora de la Universidad Carlos III, los socios de la Estación Espacial y, particularmente “los americanos no la van a dejar caer” en ningún caso. Hay plan B para la ISS, pero no así para otras misiones.
Rusia sigue siendo una gran potencia en cohetes y tiene sus propias misiones, aunque la más importante, por su inminencia, iba a ser la destinada a poner ese róver en Marte, junto a la ESA: ExoMars. Su actual suspensión puede propiciar que se cancele para siempre. La ventana de oportunidad para hacer estos lanzamientos marcianos se cierra en breve. Y, por la posición de ambos planetas, no habrá otra oportunidad hasta dentro de dos años, como explicaba en este stream de Newtrinos la geóloga planetaria Laura Parro.
Luego está la saga del telescopio espacial Spektr-RG. Es una misión conjunto entre Alemania y Rusia, que se lanzó en julio de 2019. Cuenta con un instrumento de rayos X alemán, llamdo eROSITA. Poco después de que comenzara la invasión rusa de Ucrania, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) puso eROSITA en hibernación, para cancelar después sus operaciones. Rusia respondió rescindiendo su apoyo a los experimentos germano-rusos en curso en la Estación Espacial Internacional (ISS).
La lucha también está afectando a las misiones más allá de la órbita terrestre. Rusia quiere llegar a Venus mediante su sonda Venera-D. Sin las relaciones no se restablecen antes de que acabe la década, se acabará la posible colaboración de la NASA en este proyecto.
ExoMars, la gran misión espacial afectada por la guerra que desdibuja a Europa en Marte
En la misma línea, incluso aunque se restableciesen las relaciones con Europa, la NASA quedaría completamente fuera de ExoMars, si bien no estaba prevista una participación importante en esta misión eurorrusa.
Señala Marín, en Eureka, que en realidad, la probabilidad de que ExoMars 2022 despegue con otro cohete es bajísima, pero todo dependerá del dinero extra que los países miembros de la ESA estén dispuestos a invertir. Y esto no va sólo de un cohete ruso. La empresa NPO Lávochkin iba a encargarse de la delicada maniobra de posar el róver Rosalind Franklin en la superficie marciana mediante.
Rusia intentará lucirse en la Luna. En su agenda, el programa ILRS, una especie base espacial internacional lunar… que ya no será tan internacional. Además, con el nombre Luna, una serie de sondas destinadas a posarse en nuestro satélite natural serán su gran apuesta esta misma década. Aquí, su gran aliada es China, después de que los asiáticos hayan desarrollado con éxito su programa de exploración lunar, que quieren culminar con los rusos, en la segunda mitad de los años treinta, con un base permanente en suelo lunar o, como mínimo, una estación en órbita, en competencia con la americana Plataforma Lunar Gateway.
Referencias y catálogos de las misiones espaciales afectadas:
- Misión ExoMars, en la ESA
- Misiones de SpaceX para la ISS
- Programa lunar chino y ruso ILRS, CSA
- Instrumento eROSITA de la DLR, y suspensión de la actividad por la guerra, en Space.
- Misión Venera D, en NASA.
- Daniel Marín, astrofísico y divulgador en Eureka (Naukas).
- Noelia Sánchez-Ortiz, ingeniera aeroespacial de Barrabés y profesora de la Universidad Carlos III.
- Laura M. Parro, sobre ExoMars y exploración marciana de la NASA, en Newtrinos.
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