Marta Xargay, ganadora de siete medallas con España en siete años: «Fue un alivio dejar el baloncesto»

Marta Xargay, en la final del Eurobasket 2019
Marta Xargay, en la final del Eurobasket 2019 | FOTO: @NPhoto-Alberto Nevado-FEB
Tiempo de lectura: 9 min

El patio del colegio fue la primera piedra de toque para Marta Xargay (Girona, 1990). Tenía cuatro años cuando comenzó a jugar en un equipo mixto de baloncesto, pero pronto se dio cuenta de que en realidad los niños estaban en un lado de la pista y las niñas en otro, y así era imposible conectar con este deporte. Mientras, practicaba ballet y asistía a clases de música. «Un día, de repente, me pasaron la pelota. Se me quedó marcado. Me gustó muchísimo, y quise hacer eso a toda costa».

Publicidad

La práctica lúdica se transformó en estilo de vida. Pese a carecer de referentes femeninos, supo que algún día sería profesional. Veinticinco años después, Xargay colgaba las zapatillas con 29 años y una vida deportiva exprimida. Siete medallas con la Selección en Europeos, Mundiales y Juegos y un referente en España con una Euroliga y dos ligas entre otros títulos. Detrás dejaba también una experiencia agridulce en el extranjero, primero en la WNBA y después en República Checa y Rusia.

Marta, colgada del aro en sus primeros pasos en el baloncesto. | FOTO: Cedida por Xargay

«Sentí alivio al retirarme y contar lo mal que lo había pasado en mi última etapa», cuenta a Newtral.es. Para entender la exigencia de Xargay, hay que remontarse a su adolescencia, cuando convirtió este deporte en su gran pasión. «Mi prioridad era entrenar el doble cada día, jugar cuatro partidos cada fin de semana en vez de dos… No salía con mis amigas, no iba a fiestas. Daba todo por dedicarme al baloncesto. No terminas de ver la posibilidad, pero tenía más ilusión que nadie».

Las renuncias fueron habituales, y el reconocimiento al esfuerzo llegó con 18 años, cuando cambió Girona por Salamanca tras ser elegida MVP del Mundial sub-19. «Lo que había conseguido había pasado desapercibido, y de repente llegué allí y me presentaron como la mejor jugadora del mundo de mi generación. ¡Se lo tomaban en serio! Venían 3.000 personas a vernos, prensa en los partidos de Euroliga… Una pasada», recuerda. Aunque nada tenía que ver con los recursos económicos. «Imagina los viajes en bus».

En Salamanca, inició una vida plenamente profesional donde levantó, entre otros títulos, dos ligas, tres copas y cinco supercopas. «Desde el momento en que me fichan me lo tomé como lo que era, mi trabajo, como quien va a un despacho. Cuidar el cuerpo, descansar, hidratarse… y muchas renuncias. Quería vivir de ello, y lo he conseguido con mucho esfuerzo y gracias a compañeras que han currado como jabatas».

Publicidad

Siete medallas en siete años

La generación de oro derribó la puerta en el Europeo 2013, en Francia, ante las anfitrionas. De aquél campeonato apenas recuerda el momento decisivo, la final. «Fue un verano emotivo y especial porque acababa de fallecer mi abuelo y era mi primer año en la selección. Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar se estaban retirando y yo tenía un rol importante porque Lucas Mondelo quería hacer un cambio generacional. No recuerdo nada más, solo miles de franceses gritándonos y un grupito con nuestros padres en la esquina». 

En el aeropuerto de Barajas esperaba un grupo reducido de medios de comunicación, pero en los seis veranos siguientes la expectación creció hasta necesitar seguridad en los pabellones. «Hemos estado llamando a la puerta año a año para que nos hicieran caso, y eso ha tenido repercusión. Hemos atraído a mucha gente que se siente identificada con nosotras, con tías que nos dejamos la rodilla en la pista y que somos muy normales. La afición se siente parte de nuestro éxito, disfruta, ve que nos curramos esto».

Xargay y Laia Palau levantan el Eurobasket 2019. | FOTO: @NPhoto-Alberto Nevado-FEB

Xargay reposa su palmarés mientras disfruta de la familia en Girona, pero todavía es incapaz de valorar lo que ha logrado. A veces, se conecta a las redes sociales y absorbe el cariño de quienes le siguen. «Ahí es cuando ves que puedes ser un referente, cuando alguna niña te contacta y te dice que le gusta cómo defiendes, cómo luchas, cómo juegas. Te dicen incluso que quieren ser como tú. ¡Yo siempre les digo que sean mejores!», bromea. Y advierte del riesgo: «Es una responsabilidad, cuidado con las exigencias».

Exigencia, expectativas, frustración, ansiedad… Son conceptos que Xargay conoce bien y que no quiere que se perciban en edades tempranas, en fase de crecimiento. «A veces me llegan peques preguntando qué tienen que hacer para meter más canastas. Ahora los padres quieren tener un hijo que sea Rudy Fernández. Esa presión es innecesaria. Yo les digo que se limiten a jugar con el balón y divertirse, porque si no van a odiar el baloncesto muy rápido. No te enseñan a manejar las emociones, el éxito, o el fallo».

Publicidad

Etapa WNBA

Para la exjugadora de Girona y Salamanca, Estados Unidos es de otro mundo. Xargay aprovechó los veranos de descanso en Europa para dar el salto a la WNBA, y en el Phoenix Mercury fue consciente de la magnitud del baloncesto allí. No solo el masculino. «Les gusta sin más, no distinguen. Es una experiencia totalmente diferente». 

Gradas llenas, instalaciones compartidas con los hombres y un material inagotable que siempre le llamó la atención. «Me daba vergüenza pedir unas mallas y me dieron tres. Tenías todo lo que necesitabas, desde chanclas para la ducha hasta tops. Un día llamé a mis padres para decirles que me habían dado opciones para elegir zapatillas, unas para entrenar y otras para jugar. No tenía que preocuparme de nada».

La exigencia, el peor enemigo

En la cresta de su carrera, cuando la madurez debía darle aplomo para afrontar una experiencia en el extranjero, comenzó a sufrir. Había pasado de ser una niña a un referente, y buscaba nuevos retos con los que motivarse. Dio el salto al USK Praha, donde sentía que tenía que demostrar quién era Marta Xargay. «Debía ser una jugadora competitiva en un club de referencia en Europa, y la experiencia fue muy dura».

Durante la primera temporada en República Checa, acudió a una psicóloga para convivir con la ansiedad que le producían las expectativas. «Era la extranjera que tenía que ganar partidos, tenía que demostrar cada día por qué cobraba un dinero y por qué valía eso. La presión me influyó, no disfrutaba y cuanto más me agobiaba peor jugaba. Entré en una rueda de la que no podía salir». En la segunda etapa en Praga consiguió resolverlo, pero los problemas regresaron cuando fichó por el Dynamo Kursk en 2018.

La presión aumentó en la liga rusa, el miedo a fallar se transformó en desmotivación. «Sé que no estuve a la altura, pero no pude salir del bucle negativo. Solo pensaba en que pasara el partido y en que me dieran días libres para no ir al pabellón, porque era pisarlo y sentirme mal. Luego iba con la selección y jugaba mejor que nunca, era la Marta de siempre. ¡Era todo mental! Ahí te das cuenta de que no somos invencibles. Aprendí mucho, al menos a nivel mental es una etapa que me ha fortalecido». 

Publicidad

En su segundo año en Rusia tenía a su familia en Girona y a su pareja -la jugadora de Seattle Storm, Breanna Stewart- en Estados Unidos. Los problemas dentro de la pista se agudizaron con la soledad que sentía. Solo pensar en baloncesto le producía tristeza. En la visita a casa en Navidad, decidió quedarse. «Fue lo mejor que podía hacer. No tenía ilusión y la solución era fichar por el club en el que comencé. Vi que el dinero no es lo más importante. Me da pena no haber demostrado lo que soy pero no pasa nada. No encajé y me ha hecho crecer».

«Me juzgaron por retirarme pronto»

Al iniciarse la cuarentena por la pandemia de la COVID-19, Xargay hizo su mayor reflexión. Necesitaba tomarse tiempo para ella y alejarse de las pistas. Anunció su retirada con 29 años. «Necesitaba echar un paso atrás, encontrarme, dedicarme tiempo… La gente empezó a juzgarme. Me escribían diciéndome que lo tenía todo y que no entendían mi decisión. Solo saben lo que ven en Instagram, un trabajo y una vida ideal. Pero no era así. Yo quería otras cosas. ¿Dónde está escrito que no te puedas retirar con 29 años?».

Sus ilusiones pasan por un ámbito lejano, una tienda de ropa que inició su madre en su ciudad natal. Ahora es feliz. «Cuando lo conté fue un alivio, me quité un peso de encima. Llevaba dos años sin dormir, y cuando lo dije me pasé días durmiendo diez horas. Ahora tengo paz mental e ilusión. He pasado un verano diferente viendo a Breanna en la WNBA. Disfruto de mi familia y no pienso si algún día volveré. He sacrificado mi vida y es momento de pensar en mí. El COVID-19 nos lo ha dicho muy claro: día a día».

Marta Xaragy jugó en Uni Girona, Avenida Salamanca, Phoenix Mercury (EEUU) USK Praha (República Checa), Dynamo Kursk (Rusia).

Con sus clubes ganó:

  • Euroliga 2010-2011
  • Liga: 2010/2011 y 2012/2013
  • Copa de la Reina: 2011/2012, 2013/2014 y 2014/2015.
  • Supercopa de España: 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014.
  • Supercopa de Europa: 2011 y 2015. 
  • Liga República Checa (NBL): 2015/2016

Con la selección ganó: 

  • Europeo 2013: oro. 
  • Mundial 2014: plata.
  • Europeo 2015: bronce.
  • Juegos Olímpicos 2016: plata.
  • Europeo 2017: oro.
  • Mundail 2018: bronce.
  • Europeo 2019: oro. 

Además fue: 

  • MVP del Mundial sub-19 de 2009.
  • Mejor quinteto del Europeo 2019. 
  • MVP de la Supercopa de España 2014. 

Mujeres en el deporte

En esta sección nos hemos propuesto dar voz a mujeres deportistas y generar referentes a través de su actividad. Fútbol, balonmano, rugby, surf…

¿Qué medidas se pueden tomar para un deporte igualitario? ¿Qué historias personales hay detrás de su éxito? ¿Cómo convertir este ámbito en una herramienta de inclusión y diversidad?

Lo hablamos en este grupo de Facebook.

Y te adelantamos algunos temas:

5 Comentarios

  • Marta, has sido, eres y serás un referente y un ejemplo para todas las chicas que jueguen al baloncesto. Te echaremos siempre de menos en la selección. Sé feliz.

  • Hola creo que eres una gran jugadora y cierto que perdemos mucho sin verte, pero lo importante es que estés bien pues la vida solo la vivimos una vez y hay que luchar por ser feliz,.Soy una aficionada de sslamanca

  • Te echaremos de menos Marta, para mi siempre serás la mejor jugadora de este país, solo deseo poder verte en las olimpiadas... Sería tan feliz, pero para mí tu felicidad es lo primero. Un fuerte abrazo Marta, y ánimo siempre.

  • L’ important és que fagis el que fagis siguis feliç.

  • Animo Marta. Eres una grande y lo primero eres tu. Campeona! !!