No conseguir la plaza para Londres 2012 fue un punto de inflexión en la vida de María López. Muy joven, asistía a una reunión de jugadoras y staff para apostar por una profesionalidad ajena a su contexto. En plena crisis, sin recursos para competir con potencias mundiales, se unieron en un objetivo. «Si vamos con todo, sois deportistas las 24 horas del día, los 365 días del año», dijo el seleccionador. Ellas no dudaron. Siete años después, Adrian Lock aprovechaba la concentración previa a Tokio 2020 en otra dirección: «Si alguna quiere ser madre, planificamos, pero que no deje el hockey por ello».
La historia reciente de la selección femenina de hockey es un ciclo de superación, desde el hobby de un grupo de jóvenes que ni tenía conciencia del oro conseguido por sus predecesoras en los Juegos de Barcelona 92’, hasta la toma de conciencia de sus opciones de medalla olímpica al conseguir el bronce en el Mundial 2018 y Europeo 2019. Y este proceso se palpa a través de veteranas como María (Gijón, 1990), co-capitana de las ‘Red Sticks’ y referencia en el Club de Campo de Madrid, donde ha sido campeona de liga y copa en cinco ocasiones, además de mejor jugadora de la temporada 2016/2017.
«Nunca hubiera creído que viviría todo esto», reconoce a Newtral.es. «Hay veces que piensas si merece la pena, porque no llegas a todo entre los entrenamientos dos o tres veces al día y los estudios, pero basta con jugar un gran torneo para sentir satisfacción. Hacemos muchas renuncias, nos concentramos en verano y en Navidad cuando los demás pueden pasar tiempo con sus familias, pero compensa». A sus espaldas, doce años en la élite de un deporte al que cuando llegó era completamente amateur.

Su talento ya había llamado la atención con 14 años, y antes de llegar a la sub-16, los seleccionadores habían tratado de que diera el salto a Madrid, al Centro de Alto Rendimiento (CAR) donde conviven los mejores deportistas del país. «Decidimos que era pronto, y que podía empezar al cumplir los 18, cuando me matriculé en Administración y Dirección de Empresas. No sabía ni qué era el CAR, pero cuando me vi conviviendo con Carolina Marín, Craviotto, Damián Quintero… Me motivé».
El hockey pasó a ser el centro de su vida. Por las mañanas acudía a clase, y por las tardes se dedicaba en exclusiva a entrenar con las mejores jugadoras del país. Atrás quedaba la niña del Grupo Covadonga en Gijón, donde había aprendido a organizar su vida. «Las chicas éramos las raritas pero crecí en un ámbito deportivo y fue fácil, entendían mi dedicación. Aunque mi madre me exigía competir con los deberes hechos. El deporte te enseña a aprovechar media hora de autobús o el rato entre la merienda y el entreno».
Desde los 12 años, María tenía rutina de deportista. «Aprendí una forma de vida y a día de hoy, si tengo una tarde libre, no la aprovecho, porque maximizamos el tiempo cuando es mínimo». Pero, ante todo, una vida en la élite, con todas sus consecuencias. «Las renuncias han sido constantes. Es algo de lo que me di cuenta en mi primera semana en el CAR, pasé de entrenar tres veces por semana a ver cómo me sangraban las manos de tanto entrenar».
Herederas de Barcelona 92’
El 7 de agosto de 1992, el estadio de hockey de Tarrasa vivió el histórico oro de la selección femenina de hockey. En la plantilla se encontraba María Ángeles Rodríguez, procedente de Gijón. Pese a la coincidencia en el deporte y el origen, no conocía su existencia. «No tenía referentes de pequeña, no las conoces. Ya en Madrid coincidimos con ella y otras protagonistas de esta gesta, porque a veces entrenamos con el equipo de INEF de la Universidad Politécnica, donde son profesoras», explica. «Nos dicen que les recordamos a ellas y eso para nosotras es un halago, porque de la nada fueron campeonas. Son nuestro punto donde mirar».
La generación de oro de 1992 dejó su vida al margen durante seis meses para preparar a conciencia el campeonato. «Imagina cómo sería que un grupo de mujeres dejase trabajo o estudios para buscar un resultado en los Juegos Olímpicos, de la nada. Hacían doble sesión todos los días en Tarrasa, se centraron 100% en el hockey sin saber si eso les daría resultado. En esa época sería muy raro, fueron semiprofesionales. ¡Suerte que les salió bien».
El aprendizaje de la derrota
María solo llevaba un año en la selección cuando el equipo se quedó fuera de Londres 2012. «Tenía asumido que estaríamos porque siempre habíamos estado, pensaba que era lo normal. De repente también somos últimas en la clasificación para el Mundial… Ahí aprendes a ganarte las cosas». Fue entonces cuando decidieron dar un paso hacia la profesionalidad, pero los resultados tardaron años en llegar. «No poníamos excusas, hicimos todas un esfuerzo, entrenamos por nuestra cuenta cada día del año».
Tres años después, el grupo estaba en los Juegos Olímpicos de Río 2016, partiendo de la 14ª posición en el ranking y logrando un diploma olímpico siendo octavas. «Ahí reflexionas, y a parte de ver que no era un hecho aislado, que era fruto del trabajo, ves que lo importante es el proceso y no el resultado, porque esto no lo puedes controlar. En Río vimos que el trabajo nos había situado entre las mejores selecciones, ya no éramos las chicas finitas y delgadas».

Cambio de mentalidad
A finales de enero de 2020, las 22 elegidas por el seleccionador se encontraban en la gran concentración previa a los Juegos Olímpicos de Tokio, que debían celebrarse el pasado verano. Allí Adrian Lock hizo una reflexión: ¿Por qué Argentina, Australia o Inglaterra trata con tanta normalidad que las jugadoras sean madres y vuelvan a la élite en grandes torneos y España no? ¿Se habrían planteado sus jugadoras un futuro ajeno al hockey por causas personales? Entendió que debía ser sincero con ellas, y facilitarles cualquier decisión.
«Nos reunimos. Nos daba vergüenza, era una situación extraña porque en España no tenemos esa cultura, hasta ahora pensábamos que ser madre era retirarse, y en hockey al menos no tenías un referente en ese sentido». Vieron que igual que en 2012 no tenían inquietudes personales, ahora, alrededor de los 30 años, podría haber compañeras que desearan formar una familia. «Nos dijo que si teníamos en mente ser madres, se lo contáramos para poder planificar entrenamientos y volver después, que nadie se retirara por ello. Y fue positivo, muy tranquilizador».
En algunas jugadoras, el plan pasaba por disputar Tokio y ser madre a continuación, pero la pandemia de la COVID-19 trastocó el calendario de todas. «Se empezaron a cancelar las ligas, las competiciones europeas… En marzo estábamos hasta arriba de trabajo y de repente había que entrenar en casa. El lado positivo es que pude disfrutar dos meses de mi madre, que es algo que no he podido hacer durante años, pero 2020 ha sido horrible».
María celebra ser deportista de alto nivel, por la que recibe una beca ADO, y las garantías laborales en su club, donde tiene contrato. «La cantidad de las becas dependen de los resultados, pero al aplazarse Tokio a 2021 nos han prometido garantizar la cantidad que recibimos, con la ayuda del Consejo Superior de Deportes. Si no hay beca, para muchos deportistas esto sería inviable». En lo personal, ha aprendido a vivir partido a partido. «Pensaba que a los 30 dejaría el hockey, pero ahora tengo ilusión».
Conscientes de la dificultad de ser profesionales, ella y sus compañeras aprovechan todas las concentraciones de la selección para acercar el hockey a niños y niñas. «Desconocen lo que no es fútbol, necesitamos visibilizar otros deportes y eso pasa por explicarles lo que hacemos. Les contamos que aunque seas de Gijón, de Cádiz o de un pueblo perdido de Jaén, puedes soñar con estar en unos Juegos Olímpicos. Nuestro éxito pasa por ser una familia y hacer que las futuras generaciones vean que todo es posible».
Palmarés de María:
- 193 veces internacional
- Bronce en el Mundial 2018
- Bronce en el Campeonato de Europa de 2019
- Diploma en los Juegos Olímpicos 2016 (octavas)
- Quintas en la Copa de Europa 2017
- Cuartas en la Copa de Europa Londres 2015
Ha jugado una temporada en el SV Kampong holandés (Utrecht).
Ha jugado en el Club de Campo, donde ha ganado:
- Liga Española, 6 veces
- Copa de la Reina, 7 veces
- Mejor Jugadora Liga Española Temporada 2016/2017
- Mejor Jugadora Copa de la Reina, 2017 y 2019
- Máxima goleadora de la Copa en 2020
Mujeres en el deporte
En esta sección nos hemos propuesto dar voz a mujeres deportistas y generar referentes a través de su actividad. Fútbol, balonmano, rugby, surf…
¿Qué medidas se pueden tomar para un deporte igualitario? ¿Qué historias personales hay detrás de su éxito? ¿Cómo convertir este ámbito en una herramienta de inclusión y diversidad?
Lo hablamos en este grupo de Facebook.
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