Margarita del Val: “No soy inmune a los antivacunas, me preocupan los que están detrás de ellos”

Pódcast con la inmunóloga y viróloga Margarita del Val | J.T., M.V.
Tiempo de lectura: 10 min

Margarita del Val era anónima para la mayoría de la gente el el 22 de enero de 2020. Ese día, el Comité de Emergencia de la OMS se reunió en los cuarteles generales de Ginebra. Sobre la mesa, un nuevo patógeno que por aquel tiempo apenas se llamaba nuevo coronavirus de 2019 (2019-nCoV). Medio mundo esperaba que se declarase la emergencia de salud internacional, pero la decisión se postergó una semana, conforme a las actas de aquella reunión, “por falta de datos”.

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Cuarenta y nueve días después, la OMS declaraba oficialmente que estábamos en medio de una pandemia. Los acontecimientos, desde esa jornada, se iban a acelerar en medio de un torbellino de incertidumbres, presagios y llamamientos a la calma. Dos días antes de aquel (nuevo) fatídico 11-M, empezó a circular una carta de esa anónima viróloga del CBMSO CSIC-UAM llamada Margarita del Val, enviada a una lista de correo, que difundió la Universidad Complutense, entre otros.

Una carta (“que, en principio, no pensé que sería pública”) en que señalaba que algunas medidas que se estaban empezando a tomar estaban plenamente justificadas, aunque quizás mal explicadas, ante una enfermedad que a nivel individual podría ser poco grave para la mayorí a. Que se parecía a la gripe. Pero es que la gripe ya era un problema importante, solo que a otra escala, la social. Como iba a pasar con el coronavirus nuevo.

En aquel texto, Margarita del Val lanzaba una advertencia. La primera de muchas que vendrían después –ella no lo sabía–. En verdad, no podía imaginar que se convertiría en una de las portavoces científicas de la pandemia recién inaugurada por la OMS. La covid podía “ser como una gripe”, a nivel individual, para la mayoría de gente, algo leve o moderado. Pero a nivel social, un problema grave: mata a miles de personas en España cada año. Y con un elemento estadístico clave: la covid tenía que ser, a la fuerza, “mucho más contagiosa porque un patógeno nuevo nos pilla sin inmunidad”. Y la población susceptible y vulnerable, por tanto, enorme. Así ocurrió.

Margarita del Val, la voz de lo que “no queremos oír” pero que todo el mundo escucha

Un par de semanas después de aquella carta, Newtral.es hablaba con Margarita del Val de otra de las claves que dominarían el devenir (y el fin) de la pandemia: ¿cuánto iba a durar la inmunidad tras infectarse? Porque de eso iban a depender los posteriores rebrotes tras la desescalada. Apareció la palabra mágica: ‘anticuerpos’. Y con ellos, las primeras ‘advertencias de Margarita del Val‘. Sintagma hecho titular viral.

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“Los primeros estudios serológicos decían que apenas había superado con éxito el virus un 5% de la población”, recuerda ahora. “Eso era como que todavía era susceptible casi todo el mundo. Había que lanzar un mensaje realista”. Golpe de realidad o augurio de rebrote. Desde ese momento, la presencia mediática de Margarita del Val se disparó y se convirtió, de facto, en la portavoz científica de la pandemia, mientras comenzaba su labor de coordinación de la Plataforma Salud Global del CSIC. Una herramienta para poner en contacto a investigadores de distintas disciplinas y conseguir fondos en la lucha contra el virus desde ámbitos más allá de los hospitales, donde se ponían los focos.

“Yo he intentado ser realista, es esencial para prepararnos a medio plazo; entonces no podíamos pensar que con cada oleada se acababa la pandemia. Pero yo era consciente de que había cosas que no queríamos oír”, afirma en perspectiva. Llegó a firmar un artículo en El Periódico que se sentenciaba así: Lo que no queremos escuchar. Pero su voz se popularizó en medios y redes, casi siempre encabezada por ‘la advertencia de…’. Y, casi siempre, acertó. Con las malas, pero también con las buenas noticias. Como la que en 2020 anticipaba que una vez tuviéramos cierta inmunidad (por vacunas e infecciones previas), “el coronavirus sería un virus más”. Y en esas estamos.

Es 2024, el SARS-CoV-2 es un virus más dentro del cóctel tripledémico que llevamos viviendo ya dos inviernos. Ni siquiera es el que más preocupa. ¿Qué le preguntan ahora a Margarita del Val, estando ya fuera del foco diario? “Van bajando las preguntas sobre el coronavirus. En la calle me reconocen menos, ya no saben de qué, y eso es muy bueno. Pero ahora las preguntas son más bien ‘¿va a venir otra pandemia? ¿Cuándo va a venir?’”.

La próxima pandemia “es evitable. Hemos aprendido y hemos frenado dos brotes con éxito en España”

Margarita del Val es clara: “Nunca podemos decir exactamente cuándo vendrá la próxima pandemia. Dependerá de que estemos preparados y podamos frenar un brote a tiempo”. En este sentido, es optimista. Hemos frenado en España dos brotes, como el de la antes llamada viruela del mono (ahora mpox) y el del virus del Nilo Occidental en Sevilla. “No hemos vuelto a oír hablar de ello porque se está vigilando. Siempre es mejor que la prevención muera de éxito”.

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La Plataforma Salud Global, que lidera, movilizó a 300 grupos de investigación de más de 90 centros del CSIC. Hasta la fecha, ha publicado más de 1.000 resultados de investigación y ha patentado o protegido 76 tecnologías. Actualmente, se enfoca también en una de las cosas que “quizás fallaron en pandemia: un mayor peso de las humanidades”. Los comportamientos individuales y colectivos, la sociología, la psicología o la economía, dentro del cóctel de la salud pública, a la hora de abordar amenazas. Por ejemplo, antes de diseñar posibles futuros confinamientos por emergencias, que podrían ser más selectivos, quirúrgicos u ordenados. O a la hora de plantear la mascarilla universal en todo momento. “Una de las cosas que no hemos atendido es la calidad del aire, el filtrado”, ejemplifica.

Las amenazas ante una próxima pandemia vienen de la globalización, la vida en las megaciudades, la destrucción de ecosistemas y la emergencia climática.

Dicho esto, pone el foco en los riesgos actuales: “Cada vez hay más globalización. Viajamos mucho por turismo, hay migraciones forzosas, más viajes entre regiones remotas; hay más diseminación de mosquitos o de personas potencialmente transmisoras de enfermedades”. En este sentido, sencillamente, cree que hay que enfocar las estrategias de vigilancia, especialmente ahora, que vivimos más que nunca en grandes ciudades. Pero también cree que es preciso acabar con factores clave en la salud global: el proceso de urbanización depredadora, que nos acerca a animales potencialmente contagiadores; y la emergencia climática, que cambia los patrones de ciertos patógenos.

En la crisis climática, Margarita del Val destaca el papel de la ciencia. “Es necesario que se escuche aún más”. Cree que las soluciones llegarán desde la investigación, “como ocurrió con las vacunas” y tiene fe en que emerja alguna tecnología o tecnologías que sean claves para revertir la emergencia del clima, incluso sin necesidad de decrecer (al menos, en el sentido del frenazo que supuso la pandemia).

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Negacionismo y desinformación en la era postpandémica

¿Habrá una tecnología revolucionaria para el clima, como ocurrió con las vacunas anticovid, que emerja con la inversión suficiente? ¿O pecamos de tecnooptimismo ante el retraso que lleva la acción climática? “Muchas vacunas fallaron antes de dar con las buenas”, traza el paralelismo Margarita del Val. “Es cierto que no lo podemos fiar todo a una nueva tecnología –señala–. Hay que prevenir y mitigar en muchos frentes climáticos; pero no dejar de ser optimista”.

Ahora, bien, como con las vacunas, en el clima el otro gran nubarrón es el negacionismo y la desinformación. Margarita del Val, antes de la pandemia, fue una de las grandes evangelizadoras del papel de las vacunas en salud pública, por distintos países de Europa. Recuerda cómo había pediatras que no las recomendaban en sus consultas, por pura desinformación.

Pasada la pandemia, el antivacunismo sigue presente y la falta de inmunización está provocando brotes de enfermedades fácilmente evitables como el sarampión. Y seguramente hemos tenido una temporada de gripe bastante fuerte por la misma razón, según algunos expertos en epidemiología. ¿Se ha hecho Margarita del Val inmune a los antivacunas ellos? “No, no, me siguen preocupando. Me preocupan sobre todo los que están detrás de ellos, no una persona de a pie que de repente duda de las vacunas porque le falta la pieza del puzzle”, afirma.

Sin embargo, cree que “son muy visibles esas ideas, pero no triunfan. Realmente [con las vacunas en España] ha triunfado la población, tan madura, tan sensata, tan responsable, tan solidaria entre generaciones”.

La (no) advertencia de Margarita del Val para la era postpandémica

No, no hay presagios negros en el futuro de la salud global. No vienen de la mano de la enésima ‘advertencia de Margarita del Val’ que, lejos de augurar algún giro inesperado, sostiene que aunque haya “cosas que den miedo”, podemos y debemos convivir con las enfermedades infecciosas jugando con las herramientas que nos brinda la ciencia y la tecnología.

En primer lugar, las vacunas. El mayor riesgo, a su modo de ver, es no ponerlas o que no estén disponibles. “Ganar confianza en materia de salud es muy difícil. Pero se puede perder muy rápido”. Pero, ¿qué pasa cuando no hay vacunas para ciertos virus y, sobre todo, bacterias? “Para las bacterias tenemos otro invento que fue revolucionario: los antibióticos. El problema es que algunos, para ciertas bacterias multirresistentes, están dejando de funcionar.

Sólo el año anterior a declararse la pandemia, la OMS calculó que cinco millones de personas murieron en el mundo porque los antibióticos no les funcionaron, ante bacterias que se hicieron fuertes. El uso excesivo de estos fármacos pueden ‘entrenar’ a algunas bacterias y hacerlas evolucionar a formas genéticamente más fuertes. Esta es quizás “una de las grandes amenazas” a las que se enfrenta la humanidad. “Piensa que no sólo sirven para combatir una infección de orina o respiratoria, se usan en las intervenciones quirúrgicas”. ¿Puede llegar un día en que tengamos que suspender operaciones porque los antibióticos están dejando de funcionar?

Una vez más, Margarita del Val apuesta por nuevas vacunas, por investigación básica y aplicada en resistencias bacterianas y, sobre todo, en prevención. Entre los avances más prometedores, la candidata a vacuna ‘made-in-galicia’ contra la tuberculosis pulmonar del equipo español de Carlos Martín Montañés. “Una cepa más resistente y contagiosa de tuberculosis sería fatal”.


Este capítulo se ha grabado en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, con Ximo Ferrández y José A. Trinidad en las cámaras e iluminación, Afre Camarote en el sonido directo y Mario Viciosa en la dirección-realización, guion, montaje sonoro y ambientación. Con la participación adicional y voces de Anne Cleary (Universidad del Estado de Colorado), Adolfo G. Sastre (Escuela Icahn de Medicina-Monte Sinaí de Nueva York).

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4 Comentarios

  • Yo lo que no entiendo es que hace una bióloga o microbiologa de portavoz anti virus, si la biología se encarga de los organismos vivos y los virus no lo son. Es más, es que no hay nadie en el mundo que sepa exactamente que es un virus. Una charlatán es lo que es, me dicen los que están detrás mio.

  • Vaya una mierda de redacción. Una vez más, Newtral se esmera para vomitar un texto oscilante, vacilante, engorroso, con retranca y sin cohesión textual; además de evitar un análisis directo, mirando a los ojos del lector o del interlocutor. Todo esto lo hacen para confundir y apantallar al cateto de izquierdas, que para ello carece la más mínima introspección para observar sus propios sesgos cognitivos y comprender que sólo se quiere dar apariencia de profundidad recurriendo a la tinta de calamar.

    Pues bien, Margarita del Mal es tan despreciable como todos los "científicos" que no hacen sino la "ciencia" autocrática y "tecnofascista" del que manda porque paga. En una confrontación abierta y pública, frente a un público instruido, con argumentos metodológicos y con base en la biología de verdad, esta elemento saldría llorando o, cobardemente, levantándose de la silla como han hecho representantes del gobierno acorralados. Los negacionistas (¿qué?) hemos ganado la batalla de la opinión pública. Ha sido una guerra de guerrillas informativa, luchando contra la tiranía del absurdo y la destrucción de la racionalidad jurídica y científica occidental clásica por parte del globalismo. Han fracasado los suyos pero no por falta de conocimiento de las ciencias sociales o de las humanidades -como el artículo sugiere- sino más bien porque ese conocimiento se ha puesto en marcha contra las técnicas de manipulación de masas y toda la parafernalia dirigida a telecreyentes.

    A ver, chusma despreciable, ¿para cuándo un análisis estadístico metódico sobre el estado de salud de las poblaciones fuckunadas y de las no fuckunadas? ¡Cobardes! Y no, la solución no viene de la "investigación". Eso es una forma de extorsionar dinero a la sociedad con promesas. Así de bajo ha caído el estamento "científico". La solución, como han comprobado millones en todo el mundo, procede del refuerzo del sistema inmunitario, de micronutrientes, o de ciertos recursos contra la miocarditis o para la desintoxicación de la espícula.

    No es "desinformación". No es una cuestión de datos. Es una cuestión de sabiduría y conocimiento, estratos superiores en la pirámide que componen con la información y con los datos sobre los que ésta se basa.

    • Para WarriorAG (18/01/2024 a las 09:06)

      Pues me gustaría saber porqué. ¿O es mucho pedir a un milenial ofuscado, con un vocabulario inferior a 1000 palabras, que se explicotee? Por cierto, una descalificación personal no afecta tampoco al contenido de lo dicho. De otro modo, caemos en una falacia ad hominem, que consiste en intentar, vanamente, desacreditar una aseveración por quién la efectúa. Aprenda dialéctica. Es Vd. inferior: las mentes superiores hablan de ideas, las mediocres de hechos, la inferiores de los demás.