Empieza oficialmente el verano en el hemisferio norte, aunque parezca que en España ya empezó hace semanas, tras sufrir una intensa ola de calor. Las lluvias de principios de junio en Galicia, Asturias y Navarra aliviaron el estado alarmante de falta de agua en el norte, pero el temor a una sequía generalizada en el mapa de España incrementa tras pasar el segundo mes de mayo más seco desde 1961, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La agencia señala en su último balance climático que el mes de mayo ha sido extremadamente cálido, tanto que ha sido el más caluroso de este siglo. Las predicciones apuntan a que el trimestre de junio a agosto será más cálido de lo normal, y que lloverá menos de lo habitual. En la actualidad, la reserva de agua en España está al 48% de su capacidad, lejos de la media de los últimos cinco años, de acuerdo con el Boletín Hidrológico Nacional.
Según los datos del Monitor de Sequía del CSIC, el 2021 fue particularmente seco en gran parte de Andalucía, Cataluña, Canarias y Galicia.
Las zonas más secas en 2021 se concentraron en el noreste, noroeste y sur de España
De acuerdo con el Índice de Precipitación Estandarizada (SPEI) de 12 meses
Las lluvias han calmado pero no han sofocado la sequía en España
A pesar de su carácter húmedo, las lluvias caídas durante la estación primaveral no fueron suficientes para revertir la sequía meteorológica con la que terminó el invierno, tal y como apunta el balance de primavera 2022 de Aemet.
La sequía meteorológica es un fenómeno que ocurre cuando se produce una escasez continuada de precipitaciones. En otras palabras, no llueve lo que tendría que llover para cubrir la demanda. Los datos del CSIC muestran el Índice de Precipitación Estandarizada (SPEI), un indicador para medir la sequía en España utilizando datos de precipitaciones acumuladas y evaporación potencial.
“Las lluvias de marzo acabaron con la sequía meteorológica en Valencia”, apunta Javier Martín-Vide, catedrático de Geografía Física y director del Instituto de Investigación del Agua (IdRA) de la Universidad de Barcelona. Sin embargo, el experto asegura que “la sequía es un peligro natural consustancial con el clima mediterráneo” y “hay certezas de que la sequía volverá, más en el contexto actual de cambio climático”.
Este invierno, el segundo más seco de la serie histórica, estuvo precedido por un otoño también más seco de lo normal, tal y como asegura Aemet en su balance y como confirman los datos del CSIC.
Un otoño sin agua: las zonas más secas de septiembre a octubre de 2021
De acuerdo con el SPEI de tres meses
En el mapa de la sequía extrema en España, las zonas más afectadas entre septiembre y diciembre fueron Andalucía, el sur de Castilla-La Mancha, Galicia, el Pirineo oriental, y la Región de Murcia. En contraste, en la cornisa cantábrica, el Pirineo occidental, Aragón y las Baleares se registraron valores entre normales y húmedos.
“La situación de sequía en invierno era inquietante hasta la primera quincena de marzo”, señala el catedrático, aunque no en todo el país, porque “el País Vasco y Navarra disponían de unos niveles de agua en sus pantanos que superaban el 80% de la capacidad máxima”.
Un invierno con precipitaciones bajo mínimos
El invierno de 2021-2022 fue extremadamente seco en cuanto a precipitaciones, según el avance de la Aemet. Aunque el mes de diciembre arrancó con lluvias (alcanzaron el 75% de los valores normales para la época), los dos primeros meses del año fueron particularmente secos.
En enero, la media en la península fue de 16 milímetros de agua acumulada (que equivale a 16 litros por metro cuadrado) lo que significa que cayó solamente el 26% del agua que se acostumbra a recibir. En febrero, la cifra bajó al 21%, una tendencia que se rompió con las lluvias generalizadas de marzo.
En mayo, la media de precipitaciones fue de 23,5 milímetros, menos de la mitad que la media histórica (1981-2010), que es de 60,9 mm. El Duero es la zona de la península más castigada por la sequía en España. Desde octubre de 2021 tan solo han llovido 310,5 milímetros, cuando las cifras habituales rondan los 490, lo que representa que ha llovido el 63% de lo que se esperaba.
Aunque en menor medida, en las zonas del Pirineo oriental y del Guadiana ha llovido mucho menos de lo normal. En el norte, Júcar y Ebro, en cambio, las precipitaciones han sido más abundantes, aunque tampoco han superado las cifras habituales.
El mapa de la sequía en España: la tendencia apunta hacia una tierra más árida
En todo el territorio español se está observando una tendencia creciente hacia una mayor aridez, particularmente por un aumento de la duración de los periodos de falta de agua. Además de la falta de precipitaciones, el 2021 fue especialmente caluroso. La temperatura media del invierno fue 1,5 grados centígrados superior al promedio. En concreto, fue el cuarto año con la temperatura más alta de los últimos 60 años.
La actual sequía es grave, pero no tanto como la producida entre 1991 y 1995, que tuvo repercusiones mucho más serias, y que fue uno de los detonantes para crear un Plan Hidrológico Nacional para gestionar este tipo de crisis climatológicas.
“La sequía de 1992 a 1995 en el centro y sur de España fue extremadamente grave, ocasionando restricciones de agua muy severas en poblaciones de Cádiz y Sevilla, y otras”, afirma Martín-Vide, y añade: “En el final del invierno de 2007 a 2008, por ejemplo, la situación en Cataluña era tan grave que se pensó incluso en transportar agua de la planta de desalación de Carboneras (Almería)”.
El año hidrológico 2016-2017 (del 1 de octubre de 2016 hasta el 30 de septiembre de 2017) fue el octavo año hidrológico más seco de los últimos 36 años. Asimismo, el informe Olas de calor en España desde 1975, de la Aemet, apunta que en el verano de 2017 se registraron cinco olas de calor en la Península y Baleares, un nuevo récord desde 1975.
Península aparte, las Islas Canarias se encuentran en una situación de sequía prolongada desde 2019, apuntan los expertos, y seguirán así en 2022 si no cambia la tendencia actual. El otro archipiélago, Baleares, registró en 2021 el invierno más seco de toda la serie histórica.
Esta situación que deja el mapa de la sequía en España, tanto en la península como en las islas, podría agravarse en las próximas décadas debido al calentamiento global, según las últimas proyecciones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). Además, el estudio científico de Frontiers in Water proyecta un mapa de sequía extrema en España en 2080-2099 en comparación con la referencia preindustrial.
“España está condenada a ver sus embalses semivacíos, lejos de su máxima capacidad por el aumento de la evaporación en un clima más cálido y, probablemente, algo menos lluvioso”, explica Javier Martín-Vide. Una de las medidas para afrontar estas condiciones ambientales poco favorables que encuentra el experto es “la gestión prudente de la demanda de agua”, y como acciones inaplazables destaca “la contención del regadío, la disminución de las pérdidas en las redes de distribución, el ahorro de agua y el aprovechamiento de las aguas pluviales y de las aguas grises domésticas”.
- Balance de primavera 2022 de Aemet
- Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
- Monitor de Sequía del CSIC
- Javier Martín-Vide, Catedrático de Geografía Física y director del Instituto de Investigación del Agua (IdRA) de la Universidad de Barcelona
- Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC)
- Hot Spots and Climate Trends of Meteorological Droughts in Europe–Assessing the Percent of Normal Index in a Single-Model Initial-Condition Large Ensemble, Frontiers in Water (2021)
- Olas de calor en España desde 1975, AEMET (2021)