Los sindicatos de inquilinos de España han convocado manifestaciones este sábado en 39 ciudades para protestar por el precio de la vivienda. Las movilizaciones están teniendo lugar a lo largo de todo el día, aunque la mayoría están convocadas en torno al mediodía.
Madrid. Según la delegación del Gobierno en Madrid, a la manifestación de Madrid han acudido 15.000 personas. Por su parte, el Sindicato de Inquilinas de Madrid, eleva la cifra a 150.000.
Málaga. La manifestación celebrada en Málaga, una ciudad que sufre la presión del turismo, ha reunido a 5.000 personas, según ha informado la Policía Nacional, y a 30.000, según los convocantes, recoge EFE.
Sevilla. Unas 3.000 personas, según los organizadores, han recorrido las calles de la ciudad para, posteriormente, unirse a los metros finales de la manifestación por la sanidad pública también organizada en esta ciudad y leer conjuntamente sus manifiestos, informa EFE.
Granada. Unas 4.000 personas, según la Policía Local, se han manifestado en la ciudad contra el precio de la vivienda, recoge EFE. La movilización ha sido convocada por el Movimiento de Vivienda de Granada, que aglutina a asociaciones de vecinos de barrios especialmente afectados por la turistificación como el Albaicín o el Realejo.
Las Palmas de Gran Canarias. La manifestación para protestar por la crisis habitacional en Las Palmas de Gran Canaria ha reunido a 500 personas, según datos de la Delegación del Gobierno. Los organizadores han denunciado que, según sus propios datos, más de 211.000 viviendas permanecen vacías en las islas, mientras unas 180.000 personas no tienen acceso real a una vivienda estable, informa Europa Press.
Santander. Unas 300 personas se han concentrado en Santander para reivindicar el derecho a una vivienda digna y reclamar a las administraciones una solución a la actual problemática, informa Europa Press. Los manifestantes han pedido que se «ponga coto a la especulación» y a hacer «negocio» con este bien «tan básico».
- Contexto. Las manifestaciones han sido organizadas para reclamar que bajen los precios de los alquileres, que se generalicen los contratos indefinidos o el impulso de las Administraciones para recuperar las viviendas vacías, turísticas o en alquiler de temporada. Las concentraciones también piden que se acabe la compra de pisos para especular o que se desarticulen los grupos de desokupación.
Da absolutamente igual 1.500, 15.000, 150.000 o 1,500,000 de personas, personajes, personajillos o personoides mientras no se entienda el problema y no se propongan soluciones sensatas y racionales. En contra del sesgo cognitivo que explota la infame siniestra y sus técnicas estatistas de fabricación de opinión y manipulación psicológica de masas, la justicia no es un sentimiento y los deseos de las personas no constituyen un derecho.
El "derecho a la vivienda" del folleto a todo color del 78 no significa nada de nada como no puede hacerlo un flatus vocis contrahecho salido de las facus de derecho. No le subyace concepto inteligible alguno. Yo también tengo derecho a irme de vacaciones a Tailandia y nadie tiene que pagarme esas vacaciones. En todo caso, puestos a darles el beneficio de la duda, podríamos pensar que el Estado tendría que dar una vivienda a la gente por el hecho de haber salido del toto de su madre hace años pero eso no deja también de ser absurdo. Absurdo y aberrante es que ahora el Estado quiera que un particular que ha ahorrado le pague la casa a un tercero.
Pues bien, en España no hay un problema de vivienda per se sino un problema de falta de empleo en zonas agrícolas, en provincias, en ciudades pequeñas, etc.. Eso por no hablar de las masas de inconscientes que exigen todos vivir en el centro de Madrid o Barcelona porque sí.