Las manifestación de este jueves 17 de noviembre en Ferraz, tras la reelección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en la segunda jornada de investidura, terminaron con siete detenidos, todos hombres mayores de edad, según han informado a Newtral.es fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid. Estas protestas contra la futura ley de amnistía frente a la sede del PSOE en Madrid, congregaron, según cifras provisionales, a 4.000 personas y una noche más, terminaron con incidentes y cargas policiales con un saldo de siete heridos leves, uno de ellos un policía nacional.
Manifestaciones en Ferraz durante la investidura de Pedro Sánchez
Las protestas del jueves 17 suponen más de 13 días consecutivos de protestas en Ferraz contra los pactos firmados entre PSOE y Junts, que incluyen una proposición de ley de amnistía, en el marco de los actos relacionados con el procés.
De acuerdo con la Delegación del Gobierno, el balance provisional de manifestantes que se reunieron en los alrededores de la sede nacional del PSOE es de unos 4.000 manifestantes. Durante la mañana, la asistencia en Neptuno habría sido de 250 personas y en Cedaceros de 200.
Contexto de las manifestaciones durante la investidura de Pedro Sánchez
Como informamos en Newtral.es, durante el primer día de investidura de Pedro Sanchéz, el miércoles 16, la manifestación en los alrededores del Congreso de los Diputados se trasladó en la noche a Ferraz. Allí, se congregó un grupo de unas 2.000 personas y al menos hubo 15 detenidos tras varios incidentes que terminaron con cargas policiales.
Ese día, en previsión de las diversas manifestaciones convocadas el miércoles, el Ministerio de Interior movilizó un operativo de más de 1.600 policías nacionales y guardias civiles para blindar las inmediaciones del Congreso. Además, nueve personas, entre ellas un policía, tuvieron que ser atendidas por los servicios sanitarios por contusiones de carácter leve.
- Delegación del Gobierno en Madrid
Vuelvo a repetir:
“El patriotismo es el último refugio de un canalla”. La frase es del eminente Samuel Johnson (1709-1784)