Los bulos de la dana, bajo la lupa de la comunidad investigadora

Barranco del Poyo tras la dana de Valencia de 2024
Barranco del Poyo
Tiempo de lectura: 4 min

Durante la dana, la desinformación se difundió con rapidez a través de las redes sociales, extendiendo mensajes falsos y teorías conspirativas a toda la población. Cinco investigaciones del ámbito académico han analizado lo ocurrido durante esos días para entender cómo funciona este fenómeno y qué estrategias se han puesto en marcha para atajarlo. 

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  • Bulos que, por ejemplo, aseguraban que el gobierno escondía el número real de víctimas o que había zonas afectadas a las que nunca llegó la ayuda institucional. 

Un suceso climático convertido en fenómeno desinformativo 

Múltiples investigadores y científicos de todo el país han usado el trabajo de Newtral.es y otros verificadores como referencia para entender cómo se viralizó y propagó la desinformación durante las peores inundaciones que ha vivido recientemente la Comunidad Valenciana.

Los principales hallazgos tras la desinfodemia de la dana 

De este análisis, se publicaron al menos cinco investigaciones científicas que ofrecieron los siguientes hallazgos: 

  • Los bulos alcanzaron su momento de mayor viralidad durante la primera semana desde la tormenta. Así lo afirma un estudio liderado por la Universidad Carlos III y también lo contempla una publicación académica de la Universidad Jaume I de Castellón. Esta última, sin embargo, aclara que estos picos desinformativos también coincidieron con acontecimientos sociopolíticos específicos, como la visita de la Familia Real, Pedro Sánchez y Carlos Mazon a Paiporta. 
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  • Las narrativas desinformativas más difundidas fueron las teorías sobre la manipulación climática y el colapso institucional, como puntualiza esta  investigación de la Universidad de Salamanca y la Universidad de Valencia. Este mismo estudio señala que las instituciones gubernamentales fueron las principales afectadas por esta campaña de descrédito. 
  • Todas las investigaciones citadas concluyen que los bulos con mayor impacto fueron aquellos que generaron respuestas emocionales más intensas entre los usuarios, un fenómeno frecuente durante campañas desinformativas como esta.

Sin embargo, un estudio liderado por la Universidad Politécnica de Valencia puntualiza que, en el caso de la desinformación que rodeó a la dana, surgió una diferencia: dependiendo de la red social, los bulos hacían énfasis en unas u otras emociones para apelar a la polarización de los usuarios. Por ejemplo, en X los contenidos tenían una carga emocional que apelaba principalmente a la tristeza y el miedo, mientras que en TikTok los contenidos propiciaban la rabia y el desprecio. 

  • Por último, tanto la publicación de la Universidad Carlos III como la de la Universidad de Salamanca (previamente citadas) coinciden en que algunos influencers y figuras públicas del ámbito político y mediático contribuyeron a la propagación de contenido no verificado

El papel de los fact-checheckers bajo la lupa de la comunidad científica

Además de analizar el comportamiento de la desinformación durante este período de crisis informativa e institucional, los estudios citados en esta pieza también abordaron el rol de las agencias de verificación en la lucha contra la desinformación

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En concreto, un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos señala cómo el trabajo de los verificadores durante este período no se limitó exclusivamente a la comprobación de bulos, sino también a ofrecer datos precisos y contextualizados a la ciudadanía. 


De hecho, esta misma publicación aborda la estrategia diferenciadora que empleó Newtral.es durante las inundaciones para priorizar información explicativa sobre temas susceptibles a generar confusión o a expandir la desinformación.

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