Según un estudio publicado en la National Library of Medicine, llorar en público hace que se perciba a las personas que lo hacen como “más cercanas, pero también como menos competentes” y menos capaces. Es por eso por lo que las personas deciden guardar en un cajón ese tipo de sentimientos, especialmente delante de desconocidos o incluso de conocidos.
“Digamos que, a nivel social, hay sentimientos o emociones que sí se acepta expresar en público, como la alegría”, explica la psicóloga Ziortza Karranza, del centro Gurenduz en el País Vasco, especializada en intervenciones en momentos traumáticos y emergencias, y anteriormente coordinadora de la Comisión de Emergencias del País Vasco.
“Sin embargo, la tristeza es de esas emociones que en público, a día de hoy, parece que cuesta que tengan una expresión o que salgan más allá de la persona”, dice.
En ese sentido, la psicóloga explica que “el llanto en público tiene unos espacios muy concretos donde sí está legitimado y se entiende perfectamente […] Pero fuera de ahí nos cuesta, y de hecho, suele haber unas miradas raras a la persona que está llorando en público porque no ha sido capaz de reprimirse, como entendemos que hay que hacer”, asegura.
El llanto es una respuesta natural ante las emociones, que pueden ir desde la tristeza y el dolor hasta la felicidad y la alegría. Los psicólogos coinciden en que nos permite liberar el estrés y el dolor emocional.
“Claro que tiene beneficios llorar, porque al final llorar es una expresión innata”, explica Ziortza Karranza. “Entonces, a nivel físico, incluso dicen que es una especie de analgésico para el cuerpo. Hace que el cuerpo se relaje y que puedas ver la vida de otra manera”, asevera.
Los hombres esconden más las lágrimas que las mujeres
Según recoge la Universidad de Harvard, hay diferencias de género a la hora de llorar. Las mujeres estadounidenses lloran 3,5 veces al mes mientras que los hombres estadounidenses lloran alrededor de 1,9 veces.
La Universidad de Tilburg, de Países Bajos, publicó un estudio con una escala dependiendo de la tendencia a llorar de los ciudadanos por países, y ahí también se vio claramente cómo las mujeres tienden más a llorar que los hombres.
“Digamos que, a nivel social, hay emociones que están asignadas prácticamente a cada uno de los sexos. No se entiende que un hombre pueda estar muy triste, pero en cambio sí que legitimamos que saque esa tristeza en forma de enfado”, dice.
“El enfado en los hombres está mejor visto que la tristeza muchas veces, aunque en el fondo sea la misma emoción la que se está mezclando”, explica.
Llorar en público, una forma de no reprimir emociones
Volviendo al aspecto concreto de llorar en público: ¿tiene beneficios? Según los psicólogos, sí.
“No sé si es tanto por el beneficio o por el no perjuicio de, muchas veces, tener que reprimir emociones”, explica la psicóloga Ziortza Karranza. “Es una forma de evitar que una persona tenga que estar mostrando una fachada de que todo está bien cuando por dentro está rota”, continúa.
“Lógicamente, ahí el beneficio sería el no cargar con el peso de tener que reprimir esa emoción como puede ser la tristeza o el dolor en un momento dado”, dice.
Lo cierto es que, además, los psicólogos explican que cuando lloramos frente a otra persona de nuestra confianza, como la pareja o un amigo, es positivo porque esa persona está bien equipada, por así decirlo, para apoyarnos emocionalmente.
E incluso podemos encontrar ayuda frente a quienes no conocemos. La misma investigación publicada por la National Library of Medicine sugiere, de hecho, que es más probable que la persona que tengas delante te ofrezca su ayuda si lloras, en comparación con una persona que tan solo denote tristeza.
- What emotional tears convey: Tearful individuals are seen as warmer, but also as less competent
- Ziortza Karranza, psicóloga
- Ziortza Karranza, psicóloga
- Culture and Crying : Prevalences and Gender Differences – Universidad de Tilburg