Desde el comienzo de la invasión rusa a Ucrania, los países de la Unión Europea han vivido con la dualidad de imponer paquetes de sanciones a Rusia, al tiempo que seguían comprándole gas. En 2021, el 74% de las importaciones de gas ruso fueron a parar a países europeos, según la Agencia Internacional de la Energía (EIA). Esta contradicción ha sido criticada por el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en numerosas ocasiones. Entre ellas, durante su intervención en el Bundestag alemán. Pero desde este mes de abril, Lituania no tiene que tratar con esta dualidad, ya que ha dejado de comprar gas ruso.
Además de una apuesta por instalaciones de gas licuado, el 1 de mayo está previsto que empiece a funcionar, aunque no al 100%, el nuevo gasoducto entre Polonia y Lituania, el GIPL (por las siglas en inglés de Gas Interconnector Poland Lithuania). Este no solo conectará Lituania con el resto de la Unión Europea, abandonando su condición de península energética, sino que proporcionará una alternativa a los países bálticos para adquirir gas. Las autoridades esperan que esté totalmente operativo para finales de 2022, según Amber Grid, el operador de energía lituano.
Aunque conseguir autonomía de Rusia no ha sido un proceso de un día para otro; ya estaba recogido en su estrategia energética nacional de 2018. Te explicamos cómo ha llegado Lituania a una independencia del gas ruso y por qué ha dado este paso.
Lituania: el primer país de la UE en abandonar la comprar gas ruso
Desde que Lituania dejó de comprar gas ruso, el presidente del país, Gitanas Nauséda, ha estado animando a otros líderes europeos a seguir su ejemplo. “Comprar crudo y gas ruso es financiar la guerra. No hay excusas para que la UE siga haciéndolo”, dijo en sus redes. Otros países de la Unión Europea llevan años sin comprar gas a Rusia, como Chipre, Estonia, Irlanda, Rumanía o Suecia, según la IEA, pero Lituania es el primero en abandonar las compras de gas ruso después de ser dependiente de él.
El presidente lituano lo anunciaba así en un tuit: “A partir de este mes (abril de 2022), no habrá más gas ruso en Lituania”. “Hace años, mi país tomó decisiones que hoy nos permiten romper los lazos energéticos con el agresor. ¡Si nosotros podemos hacerlo, el resto de Europa también puede!”, añadió.
Desde el 2 de abril las importaciones de gas ruso para el consumo de Lituania se han suspendido. “Toda la demanda de gas de Lituania se está consiguiendo a través de la terminal de regasificación de Klaipéda”, en el oeste del país, afirmaron desde Amber Grid.
Lituania comparte frontera con Rusia y Bielorrusia. Hasta 2014, la única manera que tenía de proveerse de este tipo de energía era importar gas ruso a través de Bielorrusia. Pero ese año terminó la construcción de la primera planta regasificadora del país, que le ha permitido expandir su mercado de gas y pasar a depender en mayor medida del gas licuado noruego. Estas plantas permiten la compra de gas licuado y ya están presentes en varios países europeos, sobre todo en España y Francia, según el informe del bufete King & Spalding.
El camino de LItuania hacia una autonomía del gas ruso
Aunque la coyuntura de la guerra contra Ucrania ha incrementado la preocupación por la dependencia energética de Rusia, Lituania lleva años trabajando para reducir su compra de gas ruso.
En 2018 el país presentó su nueva Estrategía Nacional de Independencia Energética. “Nuestra principal aspiración es erradicar la dependencia energética rusa en Lituania de una vez por todas”, dijo el entonces ministro de Energía Žygimantas Vaičiūnas en un comunicado. Según el documento, Rusia “usa la energía como una herramienta política”.
Para conseguir mayor autonomía, se planearon inversiones para generar electricidad nacional, con el objetivo de producir el 70% de la electricidad que necesita el país para 2030 y el 100% para 2050. Además, ya se había empezado a reestructurar el sector energético en Lituania, por ejemplo, con la construcción de la terminal de gas licuado en 2014 en Klaipėda. Antes de ese año, Lituania dependía casi exclusivamente de gas ruso. En 2020 su dependencia había bajado al 50%, según IEA. Antes de ese año, Lituania dependía casi exclusivamente de gas ruso, aunque en 2020 su dependencia había bajado al 50%, según la IEA.
Fuentes:
- Estrategia Nacional de Independencia Energética
- Comunicado del Ministerio de Energía
- Tuits del presidente de Lituania: 1 y 2
- IEA
- Amber Grid