Un equipo de la Universidad de Harvard (EE.UU.) ha probado el vínculo entre el litio y el alzhéimer y la salud del cerebro, en general, en ratones. También han visto que los niveles de esta sustancia descienden drásticamente entre personas con signos de demencia. ¿Significa esto que el alzhéimer está causado por una falta de litio? ¿La falta de litio es una consecuencia? ¿O es un factor más?
- Lo que se sabe. El alzhéimer se caracteriza por la acumulación de ovillos y placas de unas proteínas basura llamadas tau y beta-amiloide. Algo que descubrió en 1990 el coautor de este estudio, Bruce Yankner. Como explicaba aquí el neurocientífico Javier Burgos (UJI), esta termina por hacer que el cerebro no pueda funcionar adecuadamente, pero no está claro el origen. Se ha visto que esas placas secuestran litio beneficioso. Se lo apropian, de modo que los tejidos sanos no pueden usarlo.
Esto provoca un efecto en cadena: al haber menos litio, se produce inflamación y células de las defensas del cerebro (microglía) no pueden fagocitar y degradar –limpiar– esas proteínas tóxicas. - Lo que se ha visto en ratones. Al darles orotato de litio, la demencia parece no progresar. ¿Por qué? Las placas beta-amiloides y tau no son capaces de secuestrar esta presentación del litio, a diferencia de otras. De esto se deduce que si los tejidos sanos tienen acceso a litio, en alguna de sus formas, se estará previniendo el alzhéimer e incluso revirtiéndose. Esto es tan novedoso como llamativo.
- Lo que se ha visto en tejidos humanos. Para determinar si el litio se encuentra en el cerebro y si sus niveles cambiaban a medida que la neurodegeneración progresa, Yanknber acudió al banco de tejidos cerebrales del Rush Memory and Aging Project de Chicago. En los cerebros de personas muertas devastados por el alzhéimer, “vimos como un campo de batalla después de una guerra, donde es difícil determinar dónde empezó todo”.
Así que revisaron también análisis de sangre y cerebro de personas vivas, en las primeras etapas de la enfermedad. Sus niveles de litio eran bajísimos, en comparación con personas sanas.

De lo más interesante que han visto. Una disminución rápida de los niveles de litio en el cerebro puede servir para diagnosticar alzhéimer u otras demencias incluso cuando aún no hay síntomas claros. Esto no se puede ver en un simple análisis, pero sí con técnicas de detección de metales, como espectroscopías de masas.
El trabajo, publicado en Nature, demuestra por primera vez que el litio se produce de forma natural en el cerebro, lo protege de la neurodegeneración. Esto se podía intuir: “Hace 20 años se vio que las personas que tomaban litio tenían un envejecimiento más lento de su cerebro”, confirma a Newtral.es Salvador Macip (Barcelonaβeta Brain Research Center / Fundació Pasqual Maragall).
Pero el litio no es capaz de explicar por sí solo el origen de la enfermedad, como recuerda Jordi Pérez-Tur (Institut de Biomedicina de València-CSIC): “El punto inicial del proceso, el evento que genera la cascada que lleva a la aparición de la enfermedad, es desconocido”, apunta en el SMC de España.
¿Es el litio la bala mágica contra el alzhéimer? No tan rápido
Que el litio tiene un papel en la salud cerebral parece probado. Esto no es nuevo. Se usó durante el siglo pasado como tónico y estaba en la primera receta del refresco 7 Up. Tiene efectos sobre casi todos los tipos de células del cerebro. También a nivel genético. Históricamente, el carbonato de litio o el citrato de litio se han usado para paliar el conocido como trastorno bipolar o algunos casos de depresión. Pero “la idea de que la deficiencia de litio podría ser una causa de la enfermedad de Alzheimer es nueva y sugiere un enfoque terapéutico diferente”, ha apuntado Yankner en la presentación de este estudio.

Puede que perdamos litio con la edad. Para Ashley Bush (Universidad de Melbourne,Australia), que no ha participado en el estudio, “el envejecimiento normal puede que altere la regulación de los niveles de litio en el cerebro”, lo que explicaría que algunas personas tiendan a acumular esas placas y ovillos que caracterizan al alzhéimer. Pero es pronto para hablar de suplementos de litio en mayores, de manera generalizada.
Los autores advierten:
- No tomes suplementos de litio por libre pensando que van a prevenir o revertir el alzhéimer. “El litio es como otros nutrientes que obtenemos del medio, como el hierro y la vitamina C”, apunta Yankner. “Es la primera vez que se demuestra que el litio existe en un nivel natural con implicación biológica, sin necesidad de administrarse como medicamento”.
Macip precisa: “La gente a menudo se lanza a tomar suplementos mucho antes de que haya un motivo científicamente validado para hacerlo. Habrá que ver si se puede reproducir el experimento en humanos antes de recomendarlos”. - No todos los litios son iguales. El litio, en según qué presentaciones y cantidades, es tóxico. Además, puede ser ineficaz, según este estudio: por ejemplo, en forma de carbonato, que es como se administra en medicamentos comunes con efectos secundarios. Además, el carbonato –a diferencia del orotato– sí puede ser secuestrado por esas proteínas tóxicas del alzhéimer. “El litio puede tener efectos secundarios serios. Puede dañar los riñones y la tiroides. No tiene ningún sentido tomarlo sin supervisión médica”.
Ojo, que no te timen. En webs de suplementos alimenticios, aparece a veces el orotato (típicamente en dosis de 5 mg). Pero también, bajo la genérica etiqueta de litio, formulaciones de hidróxido o de sal cloruro (que presentó sus problemas de toxicidad). A veces, para eludir problemas por no estar sometido al control de las agencias del medicamento, se muestran como soluciones para uso en laboratorio. En todo caso, como con cualquier posible principio activo, lo importante no es sólo la molécula, sino la dosis. Y no hay un solo experimento contrastado en humanos sobre su eficacia ante el alzhéimer, por ahora. No pueden prometer su cura o prevención.
- ¿A por la dieta del litio? El litio está presente de manera natural en muchos alimentos comunes. Pero ”no hay que caer en un excesivo optimismo e incorporar el litio a la dieta de manera indiscriminada e incontrolada”, apunta Pérez-Tur. Como señalaba en este capítulo de Tampoco es el fin del mundo la doctora Lídia Vaqué, una dieta saludable (mediterránea, por ejemplo) tiene un efecto conocido retrasando el alzhéimer, así como el ejercicio físico y mental.
¿Es el litio la respuesta final al inicio del alzhéimer? “Cuesta de creer que algo tan simple como mantener un nivel adecuado de litio sea la solución a todo el problema”, sostiene Macip. ”Sospecho que existen otras causas ambientales o genéticas que alteran la absorción de litio en el cerebro“, añade Yankner. “Hay que tener cuidado al extrapolar a partir de modelos de ratón, y nunca se sabe hasta que se prueba en un ensayo clínico controlado con humanos. Pero hasta ahora los resultados son muy alentadores”, concluye.