Los regalos institucionales que recibe la Familia Real: unas limitaciones teóricas sin valor máximo

El rey Felipe recibe un ejemplar del libro "Comentarios a la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional" | Web de la Casa Real
Don Felipe recibe un ejemplar del libro "Comentarios a la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional"
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Corbatas, bolsos, pendientes, obras de arte, monedas conmemorativas y hasta la colección de varias temporadas de la serie Juego de Tronos que le regaló el entonces eurodiputado Pablo Iglesias al rey son algunos de los regalos institucionales recibidos por la Familia Real en los últimos años. 

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Con la llegada al trono del rey Felipe VI en 2014 y la reciente entrada en vigor de la Ley de Transparencia, la institución introdujo la regulación de los obsequios que recibían en sus actos o visitas oficiales, una medida que comenzó a aplicarse en 2015. Con ello, se fijaban los límites de los regalos tanto institucionales como personales que podían ser aceptados por sus miembros. 

Unos límites cualitativos, pero no cuantitativos 

La Ley de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno que es aplicable a los miembros del Gobierno, altos cargos, las comunidades autónomas y las entidades locales, establece unos límites para los regalos institucionales. Aunque no es aplicable a los miembros de la Familia Real, decidieron adaptarse a esta regulación tal y como indican en su propia normativa

“No aceptarán para sí regalos que superen los usos habituales, sociales o de cortesía, ni favores o servicios en condiciones ventajosas que puedan condicionar el desarrollo de sus funciones”, recoge la ley. Sin embargo, no se indican las cuantías máximas y mínimas entre las que se puede situar el valor de estos bienes. 

De esta forma, se establecen límites a regalos como los dos Ferrari recibidos por el rey Juan Carlos como obsequio de Emiratos Árabes en 2011. Según explicó EFE, el rey emérito donó estos vehículos a Patrimonio Nacional, desde donde pasaron a la Administración General del Estado. Tras ser sometidos a subasta pública, fueron adjudicados en 2017 por un importe conjunto de 443.842 euros.

Los límites a los regalos institucionales en otros organismos

Lo mismo ocurre con los regalos que reciben otras instituciones como el Congreso. En el caso de la Cámara Baja, también se aplica lo recogido por la ley de 2013. Por tanto, existen unas limitaciones pero no se fijan unas cantidades determinadas. 

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Otro caso es, por ejemplo, el del Ayuntamiento de Madrid, que cuenta con un régimen propio de regalos donde sí se establecen límites económicos. Su normativa determina que sus miembros pueden recibir “las muestras de cortesía habitual o atención protocolaria comprendidos dentro de los usos y costumbres sociales”. Así, entran dentro de este marco los regalos que no sobrepasen el importe de 50 euros. Además, en su normativa recoge que no se podrán acumular regalos procedentes de la misma persona física o jurídica, cuando la suma de sus valores sea superior a 150 euros durante el periodo de un año.

Además, la normativa especifica que en caso de que los obsequios recibidos tengan una “mayor relevancia institucional”, serán incorporados al patrimonio de la administración pública correspondiente. Así, en el caso de los obsequios recibidos por la Familia Real que tengan carácter institucional, serán incorporados al Patrimonio Nacional.

La Royal Family también tiene su propia normativa, pero no fija límites económicos

En el caso de la Familia Real británica, su normativa sobre regalos institucionales se remonta a 2003. En ella se establece como principio fundamental que no se deben aceptar obsequios, incluyendo hospitalidad o servicios, que puedan suponer para el miembro que lo recibe cualquier obligación hacia el donante.

También se determina que en todos los casos, especialmente en viajes oficiales al extranjero, debe evitarse obsequiar a los miembros de la Familia Real con bienes de alto valor monetario. Sin embargo, tampoco quedan fijados límites económicos concretos.

En este sentido, sí se indica que los regalos oficiales perecederos con un valor inferior a 150 libras no deben ser utilizados ni consumidos por la Familia Real, y deben pasar a la caridad. En caso de recibir dinero, el modo de actuar es muy similar al de España. Si no puede ser devuelto, debe ser donado a una organización benéfica.

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Una vez que los regalos son aceptados, la normativa de la Casa Real británica señala que para evitar costes de almacenamiento innecesarios, los obsequios recibidos son revisados anualmente por una persona designada por el Director de la Colección Real. Así, se tendrá en cuenta su valor histórico, estético o económico entre otros. En función de esta valoración, el obsequio podrá ser incorporado en la Colección Real, donado o, incluso, destruido.

Más de 2.000 regalos para la Familia Real en seis años

Desde 2015 la Casa de Su Majestad el Rey publica anualmente en su web todos los regalos. Junto al listado, se incluye una breve descripción del regalo así como la persona o entidad que lo haya entregado y a quién va dirigido.

Según los datos ofrecidos por la institución durante estos últimos seis años, fue en 2018 el año en el que más regalos recibieron sus miembros, con un total de 440 obsequios. Entre ellos se encuentran algunos como camisetas personalizadas de clubes deportivos, artesanía rusa o dos ejemplares del libro Don Quijote de la Mancha

Por su parte, el rey Felipe VI es el miembro de la Familia Real que más regalos ha recibido en estos años. Entre 2015 y 2020 ha llegado a superar los mil. En la siguiente tabla se muestran los regalos entregados a cada miembro:

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Regalos que no se pueden aceptar

Aquellos bienes que tengan un alto valor económico, interés publicitario o que por su propia naturaleza puedan “comprometer” la funciones institucionales de la Familia Real no podrán ser aceptados. En cambio, en la normativa no se recogen las cantidades económicas marcadas para estos límites. 

Tampoco podrán aceptar préstamos sin intereses o con un interés menor al del mercado. Si es dinero, tendrá que ser devuelto o donado a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general. Este último caso también debe cumplirse en el caso de recibir una dotación económica como premio o reconocimiento. 

No obstante, para aquellos actos en los que vaya a haber ofrecimiento de regalos se establece un régimen propio que se hace público. La Unidad de Protocolo será el organismo encargado de dar información sobre el régimen de regalos de los miembros de la Familia Real.

[Transparencia ‘Real’: lo que publican las casas reales de Europa en sus portales oficiales]

Regalos institucionales y de carácter personal

Sin embargo, no todos los regalos que reciben el rey, la reina, y los demás miembros de la Familia Real son considerados como institucionales. Entran dentro de esta categoría aquellos ofrecidos en actos oficiales por las autoridades anfitrionas, tanto en España como en el extranjero, por administraciones públicas o instituciones internacionales. 

Algunos de estos regalos institucionales recibidos por el rey Felipe VI en 2020 han sido un tricornio de gala en urna y peana por parte de la Dirección General de la Guardia Civil, una bandera de España enmarcada de la Agencia Estatal de Administración Tributaria o la escultura de un olivo del Consejo Oleícola Internacional.

De este modo, todos los regalos que quedan fuera de estas características son considerados de carácter personal. A pesar de no tener la categoría de institucionales, también están sometidos al límite de no superar “los usos sociales o de cortesía”.

En caso de que lo excedan, existen dos posibilidades para estos bienes. Pueden ser incorporados al Patrimonio Nacional –al igual que los regalos institucionales– o bien ser cedidos a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general o a un organismo que se dedique a la conservación de bienes de la misma naturaleza que el objeto de regalo.

Fuentes

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