El Gobierno ha dado este martes luz verde al proyecto de ley de Universidades impulsado por el ministro Joan Subirats. Supone la tercera reforma en este ámbito en democracia y deroga la aprobada por el Ejecutivo de José María Aznar en el año 2001. La norma del actual titular de Universidades presenta varios cambios respecto a la propuesta de su predecesor, Manuel Castells, que algunos rectores consideraron «intervencionista«.
Una vez aprobado por el Consejo de Ministros, el proyecto de ley va a ser remitido la próxima semana al Congreso de los Diputados, donde comenzará su tramitación parlamentaria en la que necesitará una mayoría absoluta de apoyos para salir adelante por tratarse de una norma orgánica.
Será en esta fase donde se intensifiquen las negociaciones con los diferentes grupos que, según explicó Subirats, han transmitido “de momento” sensaciones “positivas” respecto al texto.
Las novedades de la Ley de Universidades de Subirats
Temporalidad. Según consta en el proyecto de ley al que ha tenido acceso Newtral.es, el profesorado con contrato temporal no podrá superar el 8% de la plantilla de docentes e investigadores, esto es, una quinta parte del umbral establecido por el Ejecutivo de Aznar (40%).
- Proceso de estabilización. Antes de que termine 2024, las universidades tendrán que convocar concursos de méritos para convertir en indefinidas plazas que hoy ocupan profesores asociados. Subirats estima que afectará a unos 25.000 puestos.
Profesorado. Se establece que los profesores funcionarios a tiempo completo tendrán asignadas entre 120 y 240 horas lectivas por curso y los asociados – puesto destinado a que “profesionales aporten sus conocimientos y experiencia profesionales»-, un máximo de 120. Para el acceso a los cuerpos docentes universitarios se exigirá, además del título de doctor, la obtención de una acreditación estatal por parte de la ANECA.
- Profesores sustitutos. Se crea esta figura, que tendrá como único fin la de relevar al titular durante el tiempo que permanezca ausente por una baja o un permiso. Los titulares tendrán derecho a reserva del puesto de trabajo y el contrato de su sustituto no podrá durar más de tres años.
Más dinero. El Gobierno y las comunidades autónomas deberán acordar un plan para incrementar el gasto público en la educación universitaria hasta el 1% del PIB, como mínimo.
Paro académico. Según la la ley de Universidades de Subirats, los estudiantes adquirirán un nuevo derecho: el del paro académico. El texto especifica que lo podrán ejercer “garantizando, en cualquier caso, el derecho a la educación del estudiantado” y que serán las universidades las que desarrollen las condiciones y el procedimiento para declarar estos paros.
- Un 25% del claustro. El texto fija, además, que una cuarta parte del claustro universitario la compondrán los estudiantes y un 51%, el personal docente e investigador funcionario.
Elección de rector. Ya no será necesario ser obligatoriamente doctor para poder optar al puesto de rector. Podrán presentarse tanto estos como los funcionarios que reúnan “los méritos de investigación, docencia, y experiencia universitaria que determinen los estatutos”. Lo que sí será obligatorio es que sean elegidos por sufragio universal ponderado por “todos los miembros de la comunidad universitaria”. Por otro lado, no podrán renovar su puesto más allá de los seis años que dura el mandato.
Formación a lo largo de la vida. En la futura ley de Universidades, Subirats quiere potenciar la formación en edades adultas para responder tanto a “las necesidades competenciales” de esta fase vital como al “cambio demográfico” previsto para los próximos años. Para ello, se da flexibilidad a las universidades para desarrollar distintas modalidades educativas, como microcredenciales, microgrados u otros programas de corta duración.
Internalización. Gobierno y comunidades elaborarán una estrategia de internalización del sistema universitario con la vista puesta principalmente en dos puntos: Europa e Iberoamérica. De igual manera, el texto recoge distintas medidas -no muy concretas- para atraer talento internacional, como la simplificación de trámites y la flexibilización del acceso a la universidad.
No han desaparecido los recelos
Lo primero que hizo Joan Subirats cuando tomó la palabra en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros fue poner en valor sus intentos por lograr un consenso respecto a este proyecto de ley: “Llevo seis meses de ministro. Lo que hemos hecho en este tiempo es básicamente algo que mi antecesor no pudo hacer por culpa de la pandemia y es estar en contacto con todo el sistema universitario, visitando universidades, haciendo reuniones con los distintos actores e intentando conseguir que la ley fuera vista por todos como una ley que pueda superar estos 20 años que llevamos de la anterior ley”.
Sin embargo, la aprobación de la ley de Universidades de Subirats ha despertado ciertos recelos en diferentes niveles del mundo universitario. Entre ellos, el rector de la Universidad Complutense de Madrid, que cree que no resuelve los problemas del sistema; el sindicato CSIF, que considera que la norma “rompe la igualdad y el marco común básico entre comunidades”; o la CREUP (Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas), cuyo presidente considera que el texto “no introduce las herramientas suficientes que permitan transformar la universidad”.
- Referencias Consejo de Ministros del 21 de junio de 2022
- Proyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario