La mesa de diálogo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido en tantas ocasiones para resolver las demandas del independentismo de Cataluña parece quedar atrás después de la solicitud del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de crear una ley de claridad en el Debate de política general en el Parlament de Catalunya.
Esta ley de claridad que defendió Aragonès se basa en una que formuló Canadá en el 2000 para las solicitudes de escisión que hacía la región francófona del país, Quebec. En ella, Canadá reconocía la posibilidad de que Quebec se separara siempre y cuando el resultado del referéndum en la región fuera “de una mayoría clara y contundente”, algo que no pasó, aunque sí dio el nombre a la norma.
No obstante, existen diferencias sustanciales entre el modelo constitucional de España y Canadá, por lo que la petición de Aragonès de crear esta norma no podría dar los mismos resultados que en el país del que extrajo la idea.
Qué es la ley de claridad a la que se refiere Pere Aragonès
La ley de claridad de la que habla Aragonès no es otra que la ley canadiense llamada Act to give effect to the requirement for clarity as set out in the opinion of the Supreme Court of Canada in the Quebec Secession Reference (Ley para hacer efectivo el requisito de claridad establecido en la opinión de la Corte Suprema de Canadá en la Referencia de la Secesión de Quebec).
Tal y como explica Javier Tajadura, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco, lo que sucedió en Canadá fue que su Corte Suprema resolvió las distintas demandas sobre una separación en el país alegando que “Quebec no tiene derecho a la secesión, pero sí lo tiene a hablar sobre ello”. Para lograrlo, la Corte estableció unos términos.
El primero es que se puede celebrar una consulta popular en el territorio, pero la pregunta debe estar claramente formulada, que no dé pie a malinterpretaciones. El segundo: si se obtiene una mayoría a favor de la separación debe ser clara y contundente. Tras ello, y si se cumplen los requisitos, la Corte permite la posibilidad de que la región de Quebec establezca los términos de su separación. Algo que no ha sucedido, hasta el momento.
Pero Tajadura explica que esto es algo que no podría suceder en España por las diferencias entre el sistema constitucionalista canadiense y el español. A pesar de que Aragonès proponga una ley de claridad similar.
Por qué en Canadá sí se puede aplicar pero en España no
Sobre lo que propone Aragonès, el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco afirma que «la ley de claridad de Quebec y Canadá no pueden servir de modelo para Cataluña y España”. Esto se debe a que “España tiene una Constitución, mientras que en Canadá se sigue el modelo constitucionalista inglés, en el que no hay una ley suprema, sino que tienen un conjunto de tratados y leyes”, explica.
Es por ello que, para Tajadura no es aplicable lo que se hizo en Canadá y su ley de claridad con lo que se podría llevar a cabo en España, a pesar de lo que dice Aragonès. “En cambio, se podría hacer una reforma de la Constitución, algo que ya ha avalado el Tribunal Constitucional de España para la situación con Cataluña”, afirma.
De hecho, el catedrático señala que esto es una anomalía en Europa y en sistemas con constituciones como la de España, ya que, “por ejemplo, los tribunales constitucionales de Alemania e Italia ya han sentenciado que ninguna región podría separarse del país, da igual el procedimiento que siguiera”.
No obstante, en España podría celebrarse un referéndum si se hace un cambio en la Constitución que contemple la separación de Cataluña. Eso sí, votaría toda la ciudadanía española.
- Debate de política general celebrado en el Parlament de Cataluña
- Act to give effect to the requirement for clarity as set out in the opinion of the Supreme Court of Canada in the Quebec Secession Reference
- Javier Tajadura, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco
Al redactor de este artículo se le olvida algo muy importante sobre esa Ley y que es la principal razón de que los separatistas de Quebec no hayan vuelto a convocar un referéndum.
La ley establece que, además de lo dicho, en caso de victoria del "Si" y de que no haya forma de evitar la secesión en la negociación posterior, las zonas en las que hubiese ganado el "No" se quedan en Canadá, porque si Canadá es divisible por la voluntad popular, Quebec también.
Y claro, dado que los unionistas son mayoría en las principales ciudades y comarcas más pobladas (incluida la capital), entonces el resultado sería un Quebec rural sin su industria ni sus principales ciudades, lo cual no es viable.