Lemmon, un cometa para Halloween pero sin terror: por qué no son (casi nunca) un peligro

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Se hace la noche. Y dos criaturas surcan sigilosas los cielos del hemisferio norte. Lo que hasta el siglo XIX eran entidades tenebrosas —de mal augurio, cuando no terror— son ahora objetos cargados de fascinación astronómica. Los cometas son trozos de hielo y roca, vestigios del nacimiento del sistema solar. Y coincidiendo con Halloween, uno, el recientemente bautizado cometa Lemmon, llega a su máximo acercamiento. Acercamiento de un cometa carente de peligro.

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Cuando se aproximan a nuestro Sol, se calientan, regalándonos un espectáculo que, en esta ocasión, viene de la mano de dos cuerpos: además del comenta A6 (Lemmon), durante todo octubre ha venido siendo observable el R2 (SWAN). Son visitantes de los fríos confines de nuestro vecindario galáctico e incluso podrían ser visibles al mismo tiempo.

En latitudes como la de España, los dos son visibles poco después de ponerse el Sol. SWAN, al sur. El comenta Lemmon, al oeste. Pero es este último quien toma protagonismo hacia el final del mes y el comienzo de noviembre.

Secuencia del cometa Lemmon — fotograma 1
19-O 6-N

Según informa el Instituto de Astrofísica de Canarias, Lemmon será visible poco tiempo tras el ocaso (entre media hora y una hora) variando su posición sobre el horizonte noroeste a oeste a medida que pasan los días, pero sin subir apenas en el cielo.

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Qué hacer y qué no para ver el cometa Lemmon

  • Cielo oscuro. El investigador del Grupo de Meteoritos, Cuerpos Menores y Ciencias Planetarias del ICE-CSIC Josep Maria Trigo recomienda para los cometas “buscar un entorno oscuro (sin peligro), alejado de las grandes urbes, con el horizonte oeste libre de obstáculos, alejado de farolas y luminarias”, ya que no se elevan demasiado en el horizonte, al atardecer.
  • Buscar dos estrellas de referencia. Si miramos al oeste, por donde se ha puesto el sol, veremos, por un lado, una estrella rojiza (Antares). Más a la derecha, otra muy brillante (Arturo). Pues bien, entre las dos se eleva el cometa Lemmon estos días.

  • Mejor con prismáticos. Puedes mirar directamente a un cometa como Lemmon sin peligro, a diferencia del Sol. No esperes ver una imagen tan nítida como la de las astrofotografías. Más bien, con paciencia y unos prismáticos, una especie de mancha, más marcada cuanto más limpio esté el cielo. Si tienes tiempo y paciencia, puedes usar una cámara (si tienes un móvil con modo nocturno u opciones pro, te puede valer). Idealmente, ponla en un trípode o superficie estática y programando una exposición larga (mayor a 1").

La cola es verdosa por la presencia de carbono de dos átomos. Estas visitas cometarias ayudan a entender cómo era el sistema solar joven, desde el punto de vista químico.

Una vez que nos deje atrás, el cometa Lemmon no volverá a acercársenos hasta dentro de aproximadamente 1.350 años. El doctor Trigo ofrece más detalles sobre cómo ver este cometa y las características de su cola en este artículo en The Conversation.

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Recién descubiertos, ¿nos podían haber dado un susto o los cometas no tienen peligro?

“Si un asteroide grande impacta cada 10 millones de años, en el caso de un cometa podría ser una vez cada 100 millones de años

Llama la atención que hace realmente poco fueron descubiertos estos cometas. A6 (Lemmon) fue detectado en enero por el Mount Lemmon Survey. R2 (SWAN) fue descubierto el mes pasado por Vladimir Bezugly, astrónomo aficionado de Ucrania. Y lo vio revisando imágenes captadas un observatorio en órbita, SOHO. ¿Tener tan poco margen de maniobra desde que se descubre un cometa y se describe su trayectoria es un peligro?

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A Josep Maria Trigo le preocupan algo más los cometas extintos, como explicaba en el pódcast de Newtral.es Tampoco es el fin del mundo. Los cometas se originan o bien más allá de Neptuno (Cinturón de Kuiper), o bien en la Nube de Oort (cáscara que rodea el sistema solar), o más raramente fuera del sistema solar o el cinturón de asteroides. Esto último es lo que en todo caso debería “preocuparnos algo más... en concreto, el impacto con pequeños asteroides, porque es algo más frecuente” que encontrarnos frente a frente con un cometa.

En general, la Tierra tiene un guardián anticolisiones, que es el masivo planeta Júpiter, que desvía sus trayectorias. “Algunos cometas pueden extinguirse y fragmentarse por el paso cercano a Júpiter“. En ocasiones, eso sí, se escapan y pueden quedar en órbitas muy excéntricas, como el cometa extinto 2015 TB145.

El cometa extinto con forma de calabaza que nos visitó por Halloween

En octubre de 2015, un equipo del telescopio PAN_STARRS de Hawái vio un punto ligerísimamente brillante moverse en una región concreta del cielo. En las siguientes semanas, miles de telescopios del mundo apuntaron a ese lugar. Y entonces, emergió algo sobrecogedor. Era un asteroide que, según el ángulo de la luz, tenía la forma de una calavera. Rápidamente se bautizó como el asteroide de Halloween o Gran Calabaza.

Su nombre oficial es 2015 TB145 y se acercó a tan solo 486.000 km de la Tierra entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre de 2015. La distancia de la Tierra a la Luna aquel día era de 380.000 km. Se catalogó como objeto potencialmente peligroso, pero la inmensa mayoría de los que entran en esa categoría son totalmente inocuos.

Volvió a visitarnos en Halloween de 2018. El asteroide de Halloween seguramente sea un cometa extinto. Es decir, un ‘fantasma’ cometario. Un mensajero del más allá que, como explica en este capítulo de Tampoco es el fin del mundo Josep Maria Trigo, nos recuerda la importancia de estar atentos a los cielos. “2015 TB145 parecía una broma de mal gusto”, ironiza el astrónomo experto en asteroides y meteoritos del ICE-CSIC e IEEC y la Red de Investigación sobre Meteoritos y Bólidos.

Tenemos fichados a los asteroides más grandes, los que sí podrían acabar con todo. Pero el asteroide de Halloween se detectó por primera vez apenas un par de semanas antes de que pasase ‘tan’ cerca de la Tierra.

29-O: El misterioso cometa 3I/Atlas se nos acerca y activa a la NASA

Además de Lemmon y SWAN, el pasado verano se descubrió el tercer objeto interestelar que se nos acerca, aunque no pasará realmente cerca de la Tierra. Bautizado como 3I/Atlas, no se sabía muy bien de qué se trataba. El físico de la Universidad de Harvard y escritor sobre supuesta tecnología alienígena Avi Loev apostó, sin pruebas, que podría ser producto de una civilización extraterrestre.

La NASA concluyó que se trata de un cometa proveniente de más allá del sistema solar. Llegará a su máxima aproximación al Sol el 29 de octubre; es decir, alcanzará su perihelio, a 210 millones de kilómetros del nuestra estrella.

Según la NASA, “a medida que el cometa 3I/ATLAS viaje a través del sistema solar, no se acercará a más de 1,6 ua (unos 240 millones de kilómetros) de la Tierra”. No podrá observarse a simple vista. La agencia estadounidense, no obstante, ha activado para noviembre la campaña de astrometría (mediciones de órbitas o trayectorias) y de morfología (características físicas) de este cometa.

Fuentes
  • IAA
  • NASA
  • Josep Maria Trigo (ICE-CSIC)

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