La laguna del Soto Gutiérrez: la ‘Pequeña Doñana’ de Madrid está siendo drenada

Atardecer en la Laguana de Soto Gutiérrez, Ciempozuelos, la 'Pequeña Doñana' de Madrid
Foto: Thess Móstoles
Tiempo de lectura: 10 min

Al atardecer en la vega del Jarama, junto a Ciempozuelos, el sol se aparta de los campos de alcachofas y maíz. Es ahí donde cientos de aves llegan volando a refugiarse entre la vegetación y pasar la noche en las lagunas del Soto Gutiérrez, la ‘Pequeña Doñana’ de Madrid.

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Debido a la abundante agua subterránea de la zona –la localidad se llama Ciem-pozuelos al fin y al cabo– y a la cantidad de explotaciones de grava cerca del río Jarama, se han formado varios humedales y lagunas. La gran diversidad en estas áreas le ha valido a esta ruta del Parque Regional del Sudeste el apodo de la ‘Pequeña Doñana’ de Madrid. 

Según la herramienta Ebird que desarrolló la Universidad de Cornell para el registro de aves, el Soto Gutiérrez es uno de los lugares donde más especies se han visto en España y donde más se han registrado en la Comunidad de Madrid.

Pero el pasado verano, los propietarios del terreno donde se encuentran las lagunas de la ‘Pequeña Doñana’ de Madrid “instalaron una tubería de un metro de diámetro para drenar la laguna” explica Almudena González, miembro del Equipo de Trabajo del Soto Gutiérrez, un grupo de científicos y aficionados de la ornitología, que se han organizado para realizar estudios de la zona de manera independiente.  

La laguna de Soto Gutiérrez es «única en España»

“Aunque parece exagerado llamarlo la ‘Pequeña Doñana’, no lo es”, dice Miguel García, miembro del grupo de trabajo del Soto Gutiérrez a Newtral.es. “En Doñana se han avistado unas 240 especies de aves en las zonas más ricas. Aquí, en este humedal, hemos visto 228”, añade García. Esta cifra, dice, incluye 52 aves en peligro de extinción o vulnerables, según el informe del grupo de trabajo de las lagunas Soto Gutiérrez.  

Los humedales se formaron después de que empresas graveras llegasen a la zona freática del terreno y brotase el agua subterránea, cuentan a Newtral.es fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. Según explican los expertos del grupo de trabajo del Soto Gutiérrez, una vez se llega a esta capa, no se puede continuar excavando. En ese momento se tiene que implementar un plan de reconstrucción. Esto no se hizo, cuentan desde este equipo. En su lugar se abandonó el terreno durante dos décadas. 

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La primera imágen satélite de la zona disponible en la herramienta Google Earth Pro, de 2004, muestra la explotación gravera, y la aparición de pequeños humedales en el terreno. En la segunda fotografía aérea, tomada en octubre de 2020 antes de que se secase parte de la laguna de la ‘Pequeña Doñana’, se podían ver varios humedales en la zona de Soto Gutiérrez.

Desde su creación se han avistado más de 228 especies de aves, algunas en peligro de extinción. Otras especies solo se han visto allí en toda la Comunidad de Madrid. Una de ellas es el correlimos pectoral, explican desde el grupo de trabajo del Soto Gutiérrez.

“Es una zona húmeda creada de manera involuntaria por el ser humano que ha sido colonizada por la fauna”, explica Luís Miguel Domínguez, presidente de la Asociación Lobo Marley, que lleva años visitando el Parque Regional del Sudeste. “Aquella zona siempre fue interesante, pero ahora esta zona de humedales es única en España”.

García explica a Newtral.es que hay una razón por la que hay tantas especies diferentes entorno a las lagunas de Soto Gutiérrez. Debido al relieve, y las actividades agrícolas y ganaderas, se ha creado un hábitat óptimo para varias especies de aves. Las lagunas se encuentran en una zona de vega con cultivos, sobre todo de maíz, lo que proporciona alimento. Al este la zona está flanqueada por el río Jarama y unos cerros de yeso y arcilla, y ambos atraen a otros tipos de aves. Por último, hay varias granjas de caballos, bueyes y vacas, que son ideales para aves como la garcilla bueyera, que tienden a seguir al ganado y alimentarse junto a él.

“Se genera una sinergia entre todo, que hace de este un lugar especial, y sostenible”, resume García.

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El drenaje de la laguna de Soto Gutiérrez

Aunque los terrenos donde se encuentran los humedales están dentro del Parque Regional del Sudeste, siguen siendo privados, explican fuentes de la Consejería de Medio Ambiente. “La zona donde se encuentra Soto Gutiérrez tiene calificación ‘D’. Por lo que se trata de una zona que, siendo Parque Regional, cuenta con un menor nivel de protección”, indican desde la Consejería. 

La Laguana de Soto Gutiérrez, Ciempozuelos, la 'Pequeña Doñana' de Madrid en 2020
La laguna antes de ser drenada. Foto: equipo de trabajo de Soto Gutiérrez

Añaden también que no es necesario tomar medidas cautelares sobre la canalización en las lagunas de Soto Gutiérrez, ya que “la mayoría de las aves son migratorias y ya se han ido a otras regiones más cálidas para pasar el invierno. Por lo que no requieren que se haga ninguna actuación específica”. Añaden, además, que “es muy distinta la situación en esta zona artificial que en los humedales reconocidos y protegidos de la región, porque no tiene el mismo valor medioambiental”. 

Sin embargo, Francisco Delgado Piqueras, catedrático de Derecho de la Universidad de Castilla-La Mancha, señala a Newtral.es que la Ley de Aguas protege a los humedales, aunque se creen artificialmente. Las zonas pantanosas o encharcadizas, incluso las creadas artificialmente, tienen la consideración de zonas húmedas (art. 111). 

De hecho, “las antiguas graveras en muchos casos se han convertido en humedales artificiales. Por lo que merecen igual protección legal. La desecación requiere la previa declaración de insalubridad o interés público”, explica el catedrático. 

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Además de la protección a los humedales en la Ley de Aguas,  Domínguez explica que España firmó el Convenio de Ramsar en 1982. En este “se protege de facto cualquier humedal”, dice Domínguez. Esa protección empieza en el artículo 1, que no hace diferencia entre terreno público o privado, e incluye explícitamente humedales de “régimen natural o artificial”. 

Newtral.es ha tratado de ponerse en contacto con el propietario del terreno para conocer su versión, pero no ha sido posible. Desde la Consejería de Medio Ambiente, indican que el propietario defendió las obras alegando que se trataba del plan de reconstrucción de la gravera, que terminó su actividad en 2001.

La Laguana de Soto Gutiérrez, Ciempozuelos, la 'Pequeña Doñana' de Madrid en Noviembre de 2021
Estado actual de la laguna. Foto: Thess Móstoles

El “doble pecado”: desecación en época de cría

A principios de mayo, indican en la Consejería, se comenzó el movimiento de tierras y la instalación de una tubería en la ‘Pequeña Doñana’. El tamaño de esta tubería que se puede observar en la siguiente imagen es de aproximadamente un metro de diámetro. Desde entonces, el agua continúa siendo drenada. Zonas que otros años por estas fechas tenían entre medio y un metro de agua, están secas, explican desde el grupo de trabajo. 

Domínguez describe la creación, y la destrucción de las lagunas del Soto Gutiérrez como “un doble pecado. Primero se crean mediante la destrucción del terreno, excavando en la grava. Después, la naturaleza lo reclama y se crea un ecosistema, y 20 años después, lo destruyen”, dice Domínguez. 

Además, añade, se produjo otro “pecado”: comenzar las obras en plena época de cría, explica Domínguez. Desde el grupo de trabajo, explican que al secar la laguna del Soto Gutiérrez ya entrada la primavera, se ha interrumpido la cría de muchas especies. Es probable que las aves hayan sufrido bajas en sus crías e impedido que otras muchas siquiera pudiesen empezar su labor de crianza. “Ha sido muy grave, teniendo en cuenta de que se trata de un Parque Regional, que además pertenece a la Red Natura 2000, dentro de la Directiva Aves (ZEPA)”, dice García. 

Además, explica García, otras especies que se encuentran en las lagunas de Soto Gutiérrez son especialmente vulnerables después de criar. “Todas las anátidas (las comúnmente conocidas como patos) pierden sus plumas de vuelo a la vez una vez que han terminado de criar”. Pasan entonces por un periodo de varios meses en los que no puede volar. “Esto las hace muy vulnerables a los depredadores. Necesitan imperiosamente de estos espacios llenos de vegetación palustre, que les proporcionan a la vez alimento y un magnífico escondite”, dice García. 

Tubería de canalización en la Pequeña Doñana de Madrid
Foto: Thess Móstoles

¿Se puede recuperar la laguna de la ‘Pequeña Doñana’ de Madrid?

Desde la Consejería de Medio Ambiente dicen haber hecho varias visitas de inspección desde mayo de 2021. “Al descubrir el alto valor ecológico del ecosistema, se ha informado al promotor de que no se podrá ejecutar ningún relleno de tierras”, si no se cuenta con la autorización expresa de la Dirección General de Biodiversidad y Recursos Naturales. 

Además, explican, la Unidad de Parques Regionales está a la espera recibir la solicitud de informe por parte del Área de Disciplina Ambiental en relación con un posible expediente sancionador por las obras realizadas en la laguna de Soto Gutiérrez. 

Tanto Domínguez, como los miembros del grupo de trabajo del Soto Gutiérrez están de acuerdo en que, si se parase el drenaje de agua a través de la tubería, la zona se recuperará en unos meses. “Si después de meses sigue habiendo agua, aunque poca, significa que tiene una fuente de agua, ya sea subterránea o por el riego, o las dos cosas”, explica García. «En unos meses podría recuperarse».

Fuentes

2 Comentarios

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  • Llevo años siguiendo el caso de estos humedales, y es la primera vez que leo un artículo que lo explica tan bien paso a paso, con expertos y sin clickbait, y en profundidad. Se nota que enviasteis a alguien a la zona en persona. Una pena que ya no hagáis casi de estos artículos, Newtral. ¿Qué os ha pasado desde 2021?

  • El de Marley ahora resulta que también es una eminencia en humedales??. Pues por lo menos escribid bien las cosas, CONVENIO RAMSAR, que la gente pueda acceder a información fiable.