El resultado de COP27, en 4 claves
? Se creará un fondo para compensar pérdidas y daños causados por los fenómenos extremos derivados del cambio climático. Sus destinatarios fundamentales, los países vulnerables.
?️ No te toca el objetivo ideal: Que la Tierra no supere los +1,5ºC de temperatura media antes de fin de siglo. Incluso aunque parezca ya utópico. A este acuerdo se ha llegado por los pelos.
⛽ Ningún avance para dejar de quemar combustibles fósiles. Los países productores y sus ‘lobbies’ han bloqueado la idea de abandonarlos.
❓ Pese a los avances, no queda claro quién pagará exactamente los platos rotos de las emisiones masivas. Tampoco quiénes serán exactamente los beneficiarios del dinero. Y, desde luego, está por ver que se cumpla el compromiso.
Al borde del descarrilamiento, la cumbre del clima COP27 ha conseguido un acuerdo de madrugada que no supone grandes avances en mitigación, pero sí en financiación: crear un fondo que palíe los estragos del clima entre los países vulnerables. Esas eran un poco las expectativas con que las partes negociadoras iban a Sharm el Sheij, una cumbre algo descafeinada y caótica, pero con resultados en materia de financiación, algo eternamente postergado.
Con este acuerdo, esta COP27 «ha dado un paso importante hacia la justicia. Acojo con satisfacción la decisión de crear un fondo para pérdidas y daños y de ponerlo en marcha en el próximo periodo», ha asegurado el secretario general de la ONU, António Guterres, aunque ha advertido de que «esto no será suficiente».
Las tensiones entre la UE y China en el último momento estuvieron a punto de hacer descarrilar la COP27.
El asunto de la financiación era el primer elemento de la lista de deberes de la COP27 y este acuerdo es una victoria para muchos países en vías de desarrollo que ya viven los impactos de la emergencia climática, como los estados insulares, devorados por la subida del nivel del mar o los huracanes más intensos. Eso sí, no hay un reconocimiento de responsabilidad jurídica de los ricos sobre los pobres. El acuerdo de la COP27 deja claro que esto no son ‘indemnizaciones’ que dicte un juez.
¿Quién dice que un evento meterológico concreto es por el cambio climático? Por ejemplo, una ola de calor concreta y devastadora o un huracán. Este es uno de los asuntos peliagudos a partir de ahora, porque no existe un mecanismo fino de peritaje, como el que tienen los seguros. Y no porque científicamente no se pueda establecer. “Ha avanzado sustancialmente en estos últimos años la ciencia de la atribución permitiendo diferenciar, incluso en tiempo real, cuándo un evento puede ser atribuido a la variabilidad natural o al cambio climático“, precisa Ernesto Rodríguez Camino, Meteorólogo Superior del Estado en el SMC de España.
La UE no quería que este fondo sea usado por países como China o Emiratos, que aunque no estén en el club de los más desarrollados de la OCDE, sí que cuentan con sobrados recursos económicos ligados al gas y el petróleo. En el texto del acuerdo de la COP27 introdujo que el fondo dé “prioridad a los países particularmente vulnerables”. Lo cual, eso sí, no excluiría a China. Estados Unidos, que no quería ni oír hablar de este fondo, no lo ha boicoteado.
En paralelo ha habido otros acuerdos sobre el dinero poco concretos, más allá de la creación del fondo en sí. Carlos de Miguel Perales, abogado y profesor de Derecho Civil y del Medio Ambiente en ICADE destaca: 1) El papel y la responsabilidad de los países desarrollados. 2) Que el dinero debe ir hacia energías renovables, mitigación y adaptación. 3) La transformación del sistema financiero público y privado.
Guterres lo ha considerado “una señal política muy necesaria para reconstruir la confianza rota“, toda vez que los grandes emisores de dióxido de carbono (CO2), el primer gas de origen humano que calienta el planeta, no partían de posiciones de avance. China –el primer emisor de carbono– y la UE han tensado la cuerda hasta el final. Europa amagó con levantarse de la mesa si se borraba del horizonte el objetivo de recortar CO2 para evitar que la temperatura de la Tierra suba +1,5ºC.
Acuerdo al límite en la COP27 para no superar los +1,5ºC
“Desde el inicio, esta COP27 ha estado impulsada por dos temas primordiales: la justicia y la ambición. Justicia para aquellos en primera línea que hicieron poco para causar la crisis, incluidas las víctimas de las recientes inundaciones en Pakistán. Y ambición para mantener vivo el límite de 1,5 grados y sacar a la humanidad del precipicio climático“, ha señalado Guterres.
Y lo cierto es que, lo que parecía increíble –que se dieran pasos atrás– estuvo a punto de suceder este sábado. Por un momento, buena parte de los países grandes emisores pusieron sobre el tablero olvidarnos del objetivo de los 1,5 grados. La evidencia científica asume que a partir de cierto umbral de temperatura media, el clima se vuelve cada vez más extremo, amenazando la supervivencia en ciertas zonas de la Tierra (no necesariamente las más calientes). Los estados fijaron dos umbrales en 2016: los +2ºC y, preferiblemente, los +1,5ºC como límites a no rebasar de temperatura media respecto a antes de la Revolución Industrial.
La COP27 ha llegado al acuerdo de no tocar, finalmente, ese objetivo reforzado de no superar los +1,5ºC. Eso, pese a que ya estamos en +1,1ºC de media y los cálculos apuntan a que para la década de los treinta habremos llegado a los +1,5ºC, al ritmo actual de emisiones. La UE se apunta el tanto de haber conseguido este compromiso, pues fue la contrapartida a aprobar el fondo de compensación en los términos tan ambiguos (quién paga y quién recibe) en que ha sido redactado.
Para la panelista del clima de la ONU (IPCC) Vanesa Castán Broto, “La COP27, de momento, nos trae buenas noticias. Ha sido la primera en la que el fondo de pérdidas y daños se ha puesto en la agenda de negociación y se ha adoptado inmediatamente en un ambiente de consenso político. La cuestión ahora es práctica y de implementación”.
No perder de vista el objetivo de los +1,5 grados no es poca cosa. Porque esos grados no tienen que ver con los que podamos sentir en una ola de calor, cada vez más recurrente. Por ejemplo, hay modelos que apuntan que para finales de siglo, si los superamos, tendremos en el valle del Guadalquivir más de 15 días al año con picos de 50 grados o más.
Fracaso para abandonar los combustibles fósiles
La COP26 de Glasgow 2021 sirvió, a nivel geopolítico, para que Estados Unidos volviese al Acuerdo de París para reducir sus emisiones. Y para que se reencontrase con China, en un tono tan amistoso, que les sirvió para acordar el recorte en gas metano y aumentar el gasto en captura de carbono. La luna de miel duró poco porque llegó el conflicto con Taiwán. Sin embargo, este domingo han vuelto a la senda del acuerdo.
Sin embargo, la resistencia de los habituales grandes dependientes del petróleo y del gas ha frenado ir más allá de Glasgow. El consenso no queda equilibrado con nuevos compromisos de los países para la reducción de emisiones de CO2 o metano (CH4). Y mucho menos para abandonar a los combustibles fósiles. Algo que ya pasó en 2021. India, por ejemplo, no parece dispuesta a renunciar a sus centrales de carbón al mismo ritmo que los países más ricos. Depende de ellas para producir el 70% de su electricidad y, aún así, sufren limitaciones al suministro constantes. Aún hay poblaciones que viven sin red de energía eléctrica.
En plena crisis energética, con Rusia en guerra (y ausente en la cumbre), el peso de los grupos de presión fósiles (incluidos los rusos) ha sido importante en esta COP27. La European Climate Foundation ha contabilizado hasta 600 representantes de estos 'lobbies'. “La influencia de la industria de los combustibles se ve en todos los ámbitos. Esta COP ha debilitado los requisitos en torno a que los países asuman compromisos nuevos y más ambiciosos. El texto no menciona la eliminación de los combustibles fósiles y apenas hace referencia a la ciencia y al objetivo de 1,5 grados”, asegura Laurence Tubiana, directora de la fundación.
Para la oceanógrafa Carolina Gabarró (ICM-CSIC), es muy desalentador ver que no se consiga frenar el uso de los combustibles fósiles. "Es triste ver cómo no somos capaces de unir esfuerzos y planificar a 20 o 30 años vista, porque todos vamos a sufrir las consecuencias. Quienes más radicalmente tenemos que cambiar somos los países que más hemos emitido en estas últimas décadas. En mi opinión, hay que decrecer como sociedad", afirma la experta. "Lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico”, explica en el SMC de España a través de un vídeo de su centro de investigación.
Los acuerdos para la transición energética y dejar atrás los combustibles fósiles “parecen fuera de alcance en la COP27”, explica Vanesa Castán Broto en el SMC. “Ahora más que nunca necesitamos mantener el objetivo de limitar el aumento global de temperatura a 1,5 ºC. Cada fracción de aumento implica mayores costos, mayores daños, y más muertes”.
Alivio para los más pobres, amenaza para todos
¿Qué dice la evidencia científica? Para mantener vivo, de facto, el objetivo de los +1,5ºC habría que recortar las emisiones de tal modo que el pico máximo llegue en 2025, y luego descender bruscamente (sólo la pandemia lo consiguió durante un año). En 2030, las emisiones deberían ser no más del 45% de las de 2010. Sólo la UE y, en menor medida, Estados Unidos están por esa senda. China e India aún están lejos, sobre todo por la quema de carbón.
Nada de esto está recogido como tal en el texto del acuerdo de la COP27. Pero esta, la llamada 'cumbre africana', sí ha supuesto un alivio para los países del G77, en vías de desarrollo. Aunque ahora quedan vigilantes: el fondo carece de recursos concretos. El ecólogo del MSCN-CSIC y activista Fernando Valladares advertía de esos riesgos en Newtral.es, advirtiendo de que la emergencia climática no es tanto un apocalipsis para la Tierra, como un fenómeno de injusticia con los desfavorecidos, aunque este verano –quizás por primera vez– lo hayamos sentido en carne propia los países más ricos:
Tras el acuerdo de la COP27 es muy crítico: “El fondo de pérdidas y daños representa un ejemplo muy claro del fracaso y la hipocresía que suponen cada vez más las cumbres del clima. La COP27 quiere ponerse contenta por haber conseguido un avance pírrico, insuficiente y todavía sin concretar al respecto de los mecanismos financieros para ayudar a los países más vulnerables”.
Y hay un mal precedente. En 2009 ya se acordó un Fondo Verde por el que los estados mas ricos darían 100.000 millones al año para proyectos climáticos a los países pobres, desde 2020. Aún estamos esperando.
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