El secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Sánchez, aseguró en una entrevista en Els Matins de TV3 (en el minuto 28:43) que su partido no llevaba un referéndum en el programa electoral para las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero.
Es falso. El programa de la candidatura de Carles Puigdemont y Laura Borràs recogía la propuesta de “si los independentistas obtenemos más del 50% de los votos, solicitar la intervención de los organismos europeos para alcanzar un referéndum acordado y vinculante”. Jordi Sánchez añadió en su respuesta que JxCat considera que “el escenario está en otro lugar”, pero que “si el estado español aceptase un referéndum acordado”, ellos serían “entusiastas”.
Un referéndum acordado y vinculante
El programa electoral de JxCat incluía “cincuenta medidas para un gobierno fuerte y eficiente” y la tercera de ellas era “solicitar la intervención de los organismos europeos para alcanzar un referéndum acordado y vinculante” en caso de que las formaciones independentistas superasen el 50% de los votos. Estas medidas se presentaron en rueda de prensa en medio de la campaña electoral.
El programa también defendía la necesidad de combinar “el empuje de las instituciones y de la movilización popular, acompañadas de una labor de preparación y organización que no esté expuesta a la represión del Estado” y señalaba que se procedería a “activar la Declaración de Independencia, a movilizar el país para su defensa pacífica y democrática y a pedir el reconocimiento internacional” cuando “la ciudadanía, las instituciones y el Consell per la República estén preparadas”.
Esta idea ya quedaba recogida en la página 45 de la ponencia política de Junts per Catalunya, aprobada en el congreso fundacional del partido, que también defendía (en la página 43) que Junts asumía “la confrontación con el estado español utilizando la desobediencia civil y la no cooperación de manera democrática” como estrategia para “lograr la plena efectividad de la independencia de Cataluña”. Sin embargo, el texto también sostenía que la confrontación con el Estado debe ser compatible con “forzar un diálogo y una negociación con el Estado (que desemboque en un eventual referéndum acordado) o lograr la independencia al margen de toda negociación (vía unilateral)”. Añadía que esta confrontación “no es incompatible con la voluntad de diálogo”.
Verificat ha contactado con el departamento de prensa de Junts per Catalunya, pero en el momento de la publicación de esta pieza, no habían respondido.
Un debate desde hace tiempo sobre la mesa
El debate sobre un nuevo referéndum en Catalunya está encima de la mesa tres años y medio después del referéndum convocado por el Govern para el 1 de octubre. Seis de los consellers de aquel Govern fueron condenados por el Tribunal Supremo por sedición y otros tres consellers fueron condenados por desobediencia. Parte del Govern y el expresident Carles Puigdemont están en el extranjeros y no han sido juzgados.
Pero más allá de los últimos comicios, ¿cuál ha sido la posición de las formaciones independentistas en otros momentos? Lo repasamos.
Junts pel Sí, un referéndum de ratificación de la Constitución catalana
En alguna ocasión, dirigentes independentistas han afirmado que Junts pel Sí (la coalición entre Convergència y ERC para las elecciones de septiembre de 2015) llevaba en su programa el referéndum de autodeterminación que se celebró el 1 de octubre. Lo afirmaron, por ejemplo, Oriol Junqueras (presidente de ERC) en julio de 2020 y Laura Borràs (entonces diputada de JxCat en el Congreso) en octubre del mismo año en el FAQS de TV3. No era así.
La hoja de ruta de Junts pel Sí, que planteaba el camino hacia la independencia en 18 meses, no contemplaba ni preveía un referéndum de autodeterminación. El único referéndum que planteaba Junts pel Sí debía ser para ratificar la Constitución del nuevo estado independiente que aspiraban crear: “La pulcritud democrática está presente desde la obtención del mandato democrático a favor de la independencia [en las elecciones al Parlament], hasta la ratificación de la Constitución del nuevo Estado mediante un referéndum final”.
La propuesta de hacer un referéndum en otoño del 2017, que acabó siendo el 1 de octubre, la planteó el entonces president Carles Puigdemont en el debate de su cuestión de confianza en septiembre de 2016: “La resolución de la demanda catalana se hará, por lo tanto, de esta manera: o referéndum, o referéndum”. Puigdemont recogía así la demanda hecha previamente por la CUP, que había suscrito un manifiesto reclamando un referéndum unilateral de independencia; lo había defendido, por ejemplo, Anna Gabriel.
ERC promete la autodeterminación desde los años 30
Esquerra Republicana abandera la autodeterminación de Catalunya desde sus inicios. Ya en sus principios básicos aprobados por la Asamblea de constitución del partido en 1931 (en la página 3) reservaba “al pueblo catalán el uso de la facultad autodeterminadora, que le compete por derecho propio”. En la misma línea se expresaba el programa electoral de 1984 (en las segundas elecciones tras el restablecimiento de la democracia), donde ERC apostaba (en la página 10) por que “se reconociera a Catalunya el derecho a la autodeterminación” y se definía como “un partido nacionalista de verdad”.
Desde entonces, la autodeterminación y el referéndum han sido conceptos habituales en las propuestas políticas de Esquerra. Por ejemplo, en 1999 apostaba por un nuevo estatuto de autonomía que condujera a la autodeterminación, en 2003, por lograr el derecho de autodeterminación ante la Unión Europea y en 2012 volvía a proclamar la voluntad “inequívoca de celebrar, durante el 2014, un referéndum sobre la independencia de Catalunya”.
La CUP, “insurrección democrática” y referéndum
La CUP se presentó por primera vez a las elecciones al Parlament en 2012 y defendía en su programa “la ruptura con los estados ocupantes a través del ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo catalán”. En las elecciones de 2015 insistía en la misma idea. Dos años más tarde, en los comicios de 2017 (tres meses después del 1 de octubre), la CUP reclamó (en la página 68) “el inicio del proceso constituyente a través de la convocatoria de la Asamblea Constituyente” para definir las bases de la nueva República. El proceso constituyente, según la CUP, debía “desarrollarse a través de un proceso participativo vinculante de base y participación popular” y que tenía que culminar con “una propuesta de Constitución para la nueva República” que se tendría que ratificar en referéndum.
Para las elecciones generales de 2019 (las primeras a las que se presentó), la CUP proclamaba (en la página 4 de su programa) que intervendría, dentro y fuera del Congreso, para facilitar “el ejercicio del derecho a la autodeterminación”. En esta misma línea, en las últimas elecciones catalanas, la CUP se ha mostrado partidaria de “recuperar la iniciativa y reconstruir la unidad alrededor del referéndum de autodeterminación” y ha pedido (en la página 61) “una acción institucional focalizada a reforzar el conflicto con el Estado” y “tensiones y embates constantes que conduzcan hacia un nuevo momento de catarsis popular e institucional: la insurrección democrática”. Una “insurrección” que podría tomar forma de “una huelga general, de un nuevo referéndum de autodeterminación o de un acto institucional de unilateralidad al que las instituciones se vean forzadas por las presiones del movimiento popular”. Sin embargo, una de las propuestas estrella de la CUP para el 14F, que no aparece en su programa, ha sido un “referéndum que haga efectiva la autodeterminación antes del 2025”.
Antes de dar el salto al Parlament, la CUP ya se había presentado a elecciones municipales. En 2007, por ejemplo, reivindicaba “un firme compromiso de los ayuntamientos y de sus representantes en la defensa del ejercicio democrático del derecho a la autodeterminación”. En 2006 la CUP hizo campaña por el ‘no’ en el referéndum de la reforma del Estatut y defendió su negativa argumentando que el futuro no pasaba por España, sino por la autodeterminación.
Convergència, derecho a decidir a partir de 2010
La apuesta de la antigua Convergència (CDC) para el derecho a decidir se remonta a 2010. Entonces, su programa electoral apostaba abiertamente (en la página 6) por el derecho a decidir como el “camino posible y real para alcanzar el autogobierno que Catalunya necesita y reclama” y sostenía (en la página 81) que Cataluña es “una nación que no ha renunciado nunca a sus derechos inherentes como pueblo, ni tampoco al derecho a la autodeterminación, y que siempre ha ansiado las máximas cotas de autogobierno”.
Convergència, con Artur Mas al frente, dio un paso más en 2012 y sostuvo que era la hora de que Catalunya iniciara “el rumbo hacia el Estado propio” (página 10). En su programa, CDC mantenía (en la página 13) que Catalunya tiene derecho a decidir su futuro y que había llegado el momento de poder ejercer ese derecho.
En 2003, Convergència había sido mucho más sutil: “Nuestro país debe poder ser y decidir en libertad, debe tener capacidad para expresarse y para elegir en aquellas cuestiones que son fundamentales para nuestro futuro” (página 7). CDC es uno de los dos partidos que integraba la federación de Convergència i Unió (CiU) y que se rompió en 2015 en pleno auge del procés. CiU fue el partido que llevó a Jordi Pujol a gobernar la Generalitat durante 23 años con un discurso catalanista y autonomista, pero no pedía un referéndum de autodeterminación.
Podemos, referéndum acordado
En los últimos años, el espacio de Podemos en Cataluña siempre ha defendido un referéndum pactado. En 2015, Catalunya Sí Que Es Pot definía al territorio (en la página 208) como “una nación que tiene derecho a decidir libremente su futuro”. Dos años más tarde, la formación, que había pasado a llamarse Catalunya En Comú-Podem, seguía firme a esta postura, expuesta en su ideario político. En las elecciones del 14F han vuelto a proponer acordar “un procedimiento que permita consultar a la ciudadanía sobre el futuro político, y regule el referéndum” (pàgina 73).
En España, Podemos también ha defendido el derecho a decidir. El programa electoral para las elecciones del 26J de 2016 abría la puerta (en la página 13) a “celebrar consultas a la ciudadanía sobre el encaje territorial de país cuando una mayoría lo pida con intensidad” y proponía “un referéndum con garantías en Catalunya para que sus ciudadanos y ciudadanas puedan decidir el tipo de relación territorial que desean establecer con el resto de España”. También lo mantuvo en las elecciones del 10 de noviembre de 2020.
El PSC, a favor del derecho a decidir en 2012
Finalmente, quien también defendió el derecho a decidir durante un corto período de tiempo fue el PSC. Hace nueve años, para las elecciones anticipadas de 2012, los socialistas catalanes fijaban como prioridad (en la página 9) “la reforma constitucional para avanzar en la construcción de un Estado federal” y se comprometía a “promover las reformas necesarias para que los ciudadanos y las ciudadanas de Catalunya puedan ejercer su derecho a decidir a través de un referéndum o consulta acordado en el marco de la legalidad” (página 10).
El año siguiente, el Consejo Territorial del PSOE aprobó la Declaración de Granada, que apostaba por un nuevo pacto territorial y por reformar en profundidad y actualizar el Estado de las Autonomías y avanzar hacia el federalismo.
Tres años más tarde, “dada la inviabilidad de cualquier consulta que no sea acordada con el Estado”, los socialistas pasan a plantear que el referéndum sea para votar sobre una reforma federal de la Constitución (en la página 27 de su programa electoral de 2012). En las elecciones de 2017, el PSC se mostró contrario a “un referéndum de secesión unilateral”. Los socialistas tenían como prioridad “un nuevo acuerdo, una reforma constitucional federal inclusiva que sea sometida al voto de los ciudadanos y las ciudadanas” (página 142) y defendían un doble referéndum para la reforma constitucional y para un nuevo estatuto.
Resumen
Después de revisar el programa de Junts per Catalunya para las pasadas elecciones del 14F se puede comprobar que en un apartado especifica lo siguiente: “Si los independentistas obtenemos más del 50% de los votos, solicitar la intervención de los organismos europeos para alcanzar un referéndum acordado y vinculante”.
Por tanto, la afirmación que hace el secretario general de Junts per Catalunya, Jordi Sánchez, sobre que su partido no llevaba un referéndum en el programa electoral es falsa.
Este artículo es fruto de la colaboración entre Verificat y Newtral.