El falso ‘fact-checker’ del Kremlin: reservista del Ejército de Tierra y “camarada” del español más buscado por Europol

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Juan Antonio Aguilar es falangista, sindicalista de la UGT, empleado de Indra, “experto” de la organización estatal rusa de fact-checking y, desde el 2005, reservista voluntario en la división acorazada. No le gustan las armas, pero sí lo castrense. Ingresar en las Fuerzas Armadas le permitió conocer Rusia hace 15 años, un país al que no ha dejado de viajar desde entonces. En muchas ocasiones, vistiendo el uniforme del Ejército de Tierra y el escudo de la Brigada Guadarrama XII, con base en El Goloso, que es la que le ha estado activando casi cada año. En las últimas elecciones presidenciales de 2024, que dieron una victoria abrumadora a Vladímir Putin, fue invitado por el gobierno ruso como observador internacional. Aunque no es periodista, ahora se desempeña como el único “experto” español de la Global Fact-Checking Network (GFCN), una red de verificadores creada bajo el paraguas del Kremlin.

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Como desvela una investigación conjunta de Newtral y El Periódico, los viajes a Moscú en los que Aguilar lucía el uniforme del Ejército de Tierra —al principio con galones de sargento y, más tarde, de sargento primero— se sucedieron entre los años 2010 y 2019. Fueron organizados por la IAC, una asociación creada por un oficial del Ejército ruso, el coronel Alexander Kanshin, que fue condecorado por Putin el año pasado. Su asociación, con sede en la capital rusa, nació para reunir a oficiales en la reserva de aquellos países aliados de Rusia, aunque se amplió a otros Estados como Francia, Grecia o España. Aguilar nunca ha sido oficial, sino suboficial, pero hicieron la excepción.

La red de contactos establecida por Aguilar le ha permitido colaborar con la televisión estatal rusa RT o la iraní HispanTV. En buena medida, gracias al Instituto Español de Geopolítica, una suerte de observatorio creado por él mismo donde varios oficiales retirados de las Fuerzas Armadas españolas publican artículos y análisis. Un informe publicado en 2024 por el Center for Defense Reforms —un think tank ucraniano vinculado a la OTAN— sostiene que este supuesto instituto que dirige Aguilar “da signos de ser una operación encubierta de los servicios secretos de Rusia”.

Más allá de lo que afirma este informe, lo cierto es que Juan Antonio Aguilar ha prologado el libro de “Desinformador Ruso”, el alias utilizado en la red social Telegram por Enrique Arias Gil. Desde el pasado 12 de septiembre, este hombre de 37 años se ha convertido en el español más buscado por Europol después de que la Audiencia Nacional haya pedido su detención por delitos de ciberterrorismo. Actualmente se encuentra huido en Moscú y se sospecha que ha colaborado con hackers vinculados al Kremlin para atacar instituciones y empresas estratégicas en España. En su libro —publicado antes de su orden de detención—, Arias Gil afirma que le animó a escribirlo su “buen amigo y camarada Juan Antonio Aguilar, el director del Instituto Español de Geopolítica”.

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Juan Antonio Aguilar Santillana, nacido en 1960, es considerado lo que se conoce en el argot de la contrainteligencia como un “agente de influencia”. Es decir, no es un espía, sino una persona que promueve los intereses de un gobierno extranjero dentro de otro país. En este caso, los del Kremlin en España. Tampoco es ni ha sido militar profesional, ya que la figura del reservista voluntario es una forma de acceder a las Fuerzas Armadas sin hacer carrera militar, lo que permite compaginar el Ejército con un trabajo civil. Pese a que se les llama “voluntarios”, sí cobran un sueldo del Ministerio de Defensa cuando son activados, el mismo que un militar acorde a su grado. En el Ejército español hay cerca de 3.000 reservistas voluntarios con una media de edad de 51 años, según datos oficiales.

Como ya relató una investigación anterior de Newtral y El Periódico publicada el pasado mes de junio, Aguilar concurrió entre 1979 y 2004 en varias listas electorales de Falange Española de las JONS, Plataforma España 2000 y el Movimiento Social Republicano (MSR), todas ellas formaciones de extrema derecha. También estuvo vinculado a grupos de corte filonazi como Blood & Honour, cuyos integrantes fueron condenados por asociación ilícita y tenencia de armas prohibidas.

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En 2021 publicó el libro Somos lo que defendemos (Editorial Fides) —que firma con el pseudónimo “Iñaki Aguirre”— donde Aguilar defiende una serie de “bases” encaminadas a una “reconstrucción doctrinal” que adapte el falangismo a los tiempos que corren. En su libro abraza las tesis del pensador ruso Alexander Dugin —apodado como el “Rasputín de Putin”—, quien ha defendido ideas genocidas contra el pueblo ucraniano y está sancionado por la Unión Europea.

Este historial de militancia ultra no le impidió acceder al Ejército en el año 2005. “He sido de los privilegiados. Me han activado mucho tiempo, casi todos los años de los últimos 20”, cuenta Aguilar en conversación con Newtral. La investigación realizada por este medio junto a El Periódico ha permitido identificar el destino donde era activado Aguilar durante sus viajes a Rusia: la Brigada Guadarrama XII, heredera de la división acorazada. Fuentes militares confirman a El Periódico y Newtral que ha sido activado en el Ejército de Tierra hasta, al menos, el año 2023. Según estas mismas fuentes, su labor se ha centrado en prestar apoyo en asuntos de informática.

Gracias a su activación como reservista pudo ingresar en la Asociación de Reservistas Españoles (ARES), donde consiguió un asiento en la Junta Directiva. “En el año 2010 se presentó en Madrid un ruso. Este hombre venía buscando agrupaciones de militares en la reserva. Nos cuentan que nos quieren invitar a un congreso que se va a celebrar en Moscú”, relata Aguilar. Este es, según su testimonio, su primer contacto con Rusia, el cual le llevará a formar parte del Consejo Editorial de la Confederación Internacional de Generales, Almirantes y Oficiales de Reserva (IAC), la organización fundada por el coronel ruso Alexander Kanshin. Junto a él ingresó el español Santiago Carrasco Díaz-Masa, entonces presidente de ARES y reservista.

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Una imagen especialmente significativa es una fotografía tomada durante una de las reuniones de la IAC, en este caso celebrada en Eslovaquia en el año 2017. En ella aparece Aguilar con el uniforme del Ejército de Tierra —él afirma que el uso del uniforme estaba autorizado— junto a la bandera de España, que aparece decorada con la cinta de San Jorge, un símbolo del nacionalismo ruso.

La mayoría de reuniones de la IAC a las que acudía Aguilar se celebraron en Moscú, aunque algunas de las asambleas tuvieron lugar en Sofía (Bulgaria), Bratislava (Eslovaquia) o Belgrado (Serbia). En muchas ocasiones, la agenda de estos eventos organizados por la asociación militar rusa incluía convites en espacios oficiales como la Cámara Pública de Moscú, comidas y momentos de distensión en restaurantes de lujo. Por ejemplo, una de las reuniones coincidió con el 55 cumpleaños del coronel Alexander Kanshin, fundador de la IAC, que lo celebró en un crucero por el río Moscova al que fue invitado Aguilar.

“Cuando me invitan a ir a Moscú con la IAC, yo me quedo enamorado de Rusia. Y empiezo a darme cuenta de la cantidad de mentiras que nos han contado en Occidente siempre”, explica Aguilar tras ser preguntado por estos viajes. Según su testimonio, el Ministerio de Defensa siempre estuvo al tanto de su participación en la IAC y del uso del uniforme. 

El ya citado informe del Center for Defense Reforms asegura que el fundador de la IAC, el coronel Alexander Kanshin, también es vicepresidente del Consejo Público del Ministerio de Defensa ruso y académico de la Academia de Ciencias Militares de la Federación Rusa. Pero lo llamativo es que el informe relaciona a Kanshin con la inteligencia militar rusa, el GRU. Según figura en el Registro Mercantil ruso, el coronel Kanshin montó en 2021 una empresa de inversiones (Катод-ИДИ) junto a Oleg Dukhovnitsky, un exoficial del GRU que fue nombrado director de la Agencia Federal ‘Rossvyaz’, disuelta en 2020 y que se encargaba de regular las comunicaciones.

Según Andréi Kalitin, periodista de investigación del medio Nóvaya Gazeta contactado por Newtral y El Periódico, Oleg Dukhovnitsky —socio de Kanshin— “sirvió durante muchos años en la Dirección Principal de Inteligencia (GRU)” y “entre 2008 y 2011 dirigió un departamento del Ministerio de Comunicaciones; después fue nombrado viceministro de Comunicación”.

Sindicalista de UGT en un comité de empresa de Indra

Juan Antonio Aguilar ha compaginado sus activaciones en la reserva del Ejército de Tierra con su trabajo en la empresa Indra Soluciones Tecnologías de la Información, que antes de su absorción por parte de Indra se llamó Getronics y, posteriormente, Tecnocom. Actualmente, Aguilar es miembro del comité de empresa de esta compañía por parte del sindicato UGT, según han podido confirmar Newtral y El Periódico a partir de tres fuentes distintas. No obstante, la compañía Indra no ha contestado a las preguntas formuladas por los periodistas.

Antes de UGT, Aguilar estuvo en CCOO, hasta que en el año 2009 se pasó a la CGT. Varios afiliados de este sindicato publicaron entonces un informe en el que alertaban de que un grupo de “ultraderechistas” se habían infiltrado en el sindicato, con Juan Antonio Aguilar a la cabeza. En concreto, se refirieron a las actividades de Aguilar como una “infiltración nazi”, dado su pasado de militancia en el MSR y sus vínculos con Blood & Honour. La CGT lo acabó expulsando con el pretexto de que había dejado de pagar las cuotas. A raíz de estos hechos, la revista Interviú publicó en 2010 un reportaje titulado Neonazis en la CGT que, entre otras cosas, desvelaba los nombres de otros miembros del MSR infiltrados en el sindicato.

Como se señala al inicio de esta investigación, Juan Antonio Aguilar prologó el libro publicado por Enrique Arias Gil, el español más buscado por la Europol acusado de ciberterrorismo por, supuestamente, cooperar con hackers rusos. En una entrevista reciente concedida a un youtuber, Arias Gil asegura que él creó y coordinó los ciberataques sufridos por organismos y empresas estratégicas españolas en marzo de 2025 y que fueron lanzados por ciberactivistas prorrusos. Entre los objetivos atacados, que fueron expuestos en el canal de Telegram de “Desinformador Ruso”, figuraba la compañía Indra, la empresa donde trabaja Aguilar, a quien el propio Arias Gil define como “buen amigo y camarada” y una inspiración para su libro.

Juan Antonio Aguilar y el ‘fact-checking’

Juan Antonio Aguilar estará de nuevo en Moscú el próximo 29 de octubre. Esta vez acudirá como “experto en fact-checking” invitado por la GFCN, la organización de verificadores impulsada por el Ministerio ruso de Exteriores. En concreto, participará en un panel con otros “expertos” internacionales en el marco del foro Dialog about Fakes, donde se presentará “un informe exclusivo sobre la desinformación que ha sacudido a sus países”. Preguntado por su papel dentro de la GFCN, Aguilar reconoce que él no es verificador. “Nos pasan informes y a veces son curiosos. Hay un canal de comunicación y, bueno, para mí es una fuente de información“, concluye.

Rusia presentó la GFCN el 20 de noviembre de 2024 en oposición a la International Fact-Checking Network (IFCN), que reúne a varias agencias y medios de verificación profesionales e independientes. La red rusa de supuestos verificadores ha sido impulsada por la fundación Dialog, el Ministerio de Exteriores de Rusia y la agencia estatal TASS, dependiente del Kremlin. Según el director de Dialog, Vladimir Tabak, su objetivo es reunir a periodistas de verificación que compartan los “puntos de vista y valores” de Moscú. El medio independiente Meduza asegura que la fundación que dirige Tabak está ligada al Ministerio ruso de Defensa. Entre los invitados a la presentación de la GFCN el año pasado figuraban Juan Antonio Aguilar y caras conocidas como la del actor de origen estadounidense Steven Seagal, que obtuvo la nacionalidad rusa y ahora ostenta un cargo en su Ministerio de Exteriores. El actor dijo que uno de los propósitos de la organización rusa de fact-checking es contrarrestar “los fakes de Occidente” y de “la CIA”.

[El Kremlin presenta su proyecto de ‘fact-checking’ con Steven Seagal y un ex de Falange]

Fuentes