La primera bebé nacida por fecundación in vitro cumplirá este verano 47 años. La película Joy, disponible en Netflix, relata la historia real de la concepción y nacimiento de Louise Brown, que nació en Reino Unido en 1978, y entró en la historia de la biología al haber sido fecundada en un laboratorio, fuera del útero de su madre.
Para hacer esto posible, un equipo de investigadores trabajó durante 10 años, enfrentándose a la oposición de varios sectores de la sociedad, como la prensa, la Iglesia y hasta la propia ciencia.
Analizamos en este #Fact-Fiction la historia real que relata la película, basada en el trabajo de los investigadores Robert Edwards, Patrick Steptoe y Jean Purdy.
- Qué es la fecundación in vitro. Se trata de una técnica de reproducción asistida en la que se extraen óvulos de una mujer, se fecundan con espermatozoides en un laboratorio, y se devuelven al útero para que tenga lugar la gestación, como recoge la Enciclopedia Britannica.
La historia real de Joy. Como recogía en 2019 la Revista Internacional de Biología del Desarrollo, en 1968, Robert Edwards, biólogo de la Universidad de Cambridge, empezó a colaborar en la fecundación de óvulos en condiciones de laboratorio con el ginecólogo Patrick Steptoe. Para ello, contrataron a la enfermera y embrióloga Jean Purdy.
Durante los diez años siguientes, los investigadores lograron la fecundación in vitro de los óvulos, pero tuvieron problemas para su implantación en el útero de las pacientes.
Aunque en 1972 ya consiguieron empezar a trasladar embriones fecundados, no lograron el primer embarazo hasta 1975, y derivó en un embarazo ectópico (el feto se aloja fuera del útero, normalmente en una de las trompas de falopio, y su desarrollo no es viable), como muestra la película y recogió en 2012 un artículo de la Revista de Biomedicina Reproductiva.
Sin embargo, en 1978, 10 años después de comenzar el trabajo, lograron que, en su primer intento, Leslie Brown llevase a término el embarazo de su hija Louise, la primera ‘bebé probeta’ del mundo.
- Brown tenía las dos trompas de falopio bloqueadas, lo que imposibilitaba un embarazo natural, como indica la clínica de fertilidad Bourn Hall, la primera del mundo en ofrecer este tratamiento, fundada por el equipo que protagoniza la historia real.
Como muestra la película del mismo nombre, y ocurrió en la historia real, los investigadores eligieron Joy (alegría en inglés) como segundo nombre para Louis, como ella misma afirmó en una entrevista a la revista People: “Los médicos me pusieron el segundo nombre de Joy porque mi nacimiento le traería alegría a mucha gente”.

El papel de Jane Purdy. La enfermera y embrióloga Jane Purdy tuvo un papel fundamental, tanto en la película Joy como en la historia real, que no siempre ha sido reconocido.
Como revela el archivo personal de Robert Edwards, publicado por la Universidad de Cambridge, el investigador luchó repetidamente por reconocer la importancia de Purdy en el proceso de investigación y descubrimiento.
El archivo contiene, por ejemplo, la correspondencia que mantuvo con las autoridades sanitarias de Oldham para que el nombre de Purdy figurara en una placa conmemorativa que solo les incluía a él y a su compañero Steptoe, como se relata en los créditos finales de Joy.
“Jane viajó conmigo a Oldham durante 10 años y contribuyó tanto como yo al proyecto. La considero una colaboradora en igualdad de condiciones con Patrick Steptoe y conmigo”, escribió el científico.
- Edwards recibió en 2010 el premio Nobel de Medicina por la invención de la fecundación in vitro. Steptoe y Purdue habían fallecido en los 80 y no pudieron participar del galardón, que no se otorga de forma póstuma.
La película también relata los conflictos internos de Purdy para participar en el proyecto. La Iglesia se opuso a la fecundación in vitro, y oficialmente lo sigue haciendo a día de hoy, lo que, en la película provoca que la parroquia de Purdy la expulse de sus actividades. En la historia real, Purdy sí era creyente, pero no hay registros de sus conflictos con la parroquia, como recoge la revista Time.
Otra licencia de Joy respecto a la historia real es la motivación de Purdue para participar en el proyecto. Según la película, la enfermera sufre de una endometriosis grave que le impide tener hijos, lo que le hace empatizar con otras mujeres con problemas de infertilidad. En la vida real no hay constancia de su enfermedad, como también recoge Time.