La mirada de Jenni Hermoso en la previa de la final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023 muestra la liberación de quien escuchó que se marchaba a México para retirarse, el alivio por el proceso de profesionalización en sus 19 años de carrera y el reconocimiento a una niña que volvía del colegio llorando cada día porque su sueño de jugar en el recreo era imposible. “Todos los días venía con un berrinche porque le habían quitado la pelota”, recuerda su hermano Rafa en una conversación con Newtral.es. Con 33 años, y tras superar infinidad de obstáculos, la ’10’ es la jugadora más determinante y se ha hecho con el título de campeona del mundo.
Sus lágrimas tras clasificarse para la semifinal ya adelantaron que los días de Jenni Hermoso serían emotivos. El abrazo con Alexia e Irene Paredes cerraba el ciclo de una generación que luchó por un hito histórico como éste, y por delante todavía quedaba la final. “Ya no puedo llorar más”, decía tras lograr la clasificación ante Suecia. “Ahora mismo Jenni es una explosión de emociones sin filtros, por todo lo que ha superado en su vida. Estas tres jugadoras llevan a su espalda una mochila importante”, dice Rafa Hermoso.
"Mi padre nos llevaba a ver fútbol, y cuando pitaba el árbitro no había niña"
Este derroche de emociones de una de las capitanas de España hasta el conflicto de la pasada temporada, donde las tres perdieron el brazalete, cierra un círculo que comenzó cuando el Atlético de Madrid vio en ella un talento descomunal. Apenas era una niña, pero ya mostraba algo especial que hasta entonces le había supuesto insultos y mucho dolor. “En casa sufrimos mucho porque lo pasaba realmente mal, el fútbol era su gran pasión y durante muchos años le impidieron jugar”, comenta el hermano de Jenni Hermoso.

Su padre, muy aficionado al fútbol, llevaba a los niños a los campos de Carabanchel. Cuando apenas era un bebé, Jenni Hermoso (Madrid, 1990) ya fue a ver al Orcasitas y al Puerta Bonita, equipos de un barrio muy humilde donde creció. “Recuerdo que ella ni siquiera sabía andar, porque mi padre la llevaba en brazos, y el poder del fútbol era increíble. Pitaba el árbitro y no había niña, se quedaba mirando el balón como quien sigue una pelota de tenis de lado a lado. Era hipnótico”.
Jenni Hermoso en el colegio: "Que una niña les regateara era una vergüenza"
La pasión de Jenni por el fútbol era innata. En cuanto aprendió a correr, puso un balón en sus pies. “Tenía cinco o seis años y no salía de casa sin su balón”, rememora Rafa. “El problema llegó en el colegio. Su gran sueño era jugar en el recreo, pero nunca le dejaban los niños, le decían de todo, y muchas veces le quitaban el balón. No había día que no llegara con un berrinche. Le dolía más no poder jugar que los insultos que recibía, así que empezó a hacerlo sola en el portal de casa, golpeando contra la pared”.

Algunos niños comenzaron a ver a Jenni como una compañera en quien confiar, habían visto que el balón no se le daba mal, así que le dieron otra oportunidad. “Destacaba muchísimo, era mejor que los niños, y para ellos era una vergüenza que una niña les regateara. Cada vez que Jenni hacía un caño a alguno, el resto se reían, así que otra vez volvieron a impedirle jugar”.
Su abuelo no soportó verla llorar y le buscó un equipo mixto en Comillas, un barrio al sur de Madrid. “Mi abuelo buscó la manera de que Jenni jugara al fútbol porque era su gran ilusión”. En una de esas tardes, un hombre se acercó a su abuelo para indicarle que esa niña debía hacer las pruebas del Atlético de Madrid. “Y hasta aquí”.
Jenni Hermoso, dos décadas de pasión por el fútbol
Máxima goleadora de la liga española en tres ocasiones y una de las figuras más determinantes de la historia del fútbol en España, a Jenni Hermoso solo se le resistió la etapa en la que tuvo que salir al extranjero para ser profesional. “Ni a Suecia ni a Francia se llegó a adaptar, fue un momento en el que todos lo pasamos mal porque ella se sentía sola. Y por eso volvió”.

En su regreso, su rendimiento siguió creciendo a la par que el fútbol para las mujeres en España. Tras un breve paso por el Atlético de Madrid, regresó a un FC Barcelona que buscó la ansiada Champions League. Jenni Hermoso formó con Alexia Putellas un dúo imparable que llevó a las azulgrana a conseguir su primer triunfo europeo. En el Balón de Oro que reconoce a las mejores jugadoras del planeta, ambas ocuparon primer y segundo lugar del ranking.
Tras cumplir con su gran sueño, se marchó a México, a un Pachuca en el que actualmente juega. “Ha escuchado de todo estos meses, parecía que se estaba retirando y solo recibía comentarios negativos. En este Mundial ha demostrado que está en uno de sus mejores momentos”, concluye Rafa Hermoso.
Mejor jugadora del partido (MVP) ante Zambia, tres goles y dos asistencias en el global y un gran carácter en duras eliminatorias ante Países Bajos y Suecia suman para que la selección dispute su primera final, su gran oportunidad de disfrutar.
Jenni Hermoso ha jugado en el Atlético de Madrid y el FC Barcelona en dos etapas diferentes. Además, fue jugadora de Rayo Vallecano, Tyresö (Suecia) y PSG (Francia). En su palmarés cuenta con una Champions League, siete ligas y cinco copas.

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Las canchas, los campos también son nuestros. Adelante Jenni Hermoso. Adelante el fútbol femenino. Adelante el feminismo.
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