Jade Boho: “Necesitamos futbolistas capaces de liderar; esto no es un hobby, es la élite”

jade boho
Jade Boho controla un balón ante dos jugadoras del Athletic. | FOTO: EDF Logroño
Tiempo de lectura: 9 min

Días antes de disputar la final de Copa de la Reina de este sábado, el estrés invade la rutina de Jade Boho. Tiene una maleta que hacer para viajar a Valencia primero y después a Málaga—donde el EDF Logroño espera dar la sorpresa ante el FC Barcelona—, y muchos apuntes de acondicionamiento físico que asimilar. De noche, la delantera madrileña enciende el ordenador y mira hacia el futuro. Con 34 años, cuenta y disfruta los momentos que le quedan por vivir en el terreno de juego, y se prepara para una nueva vida. “Estudio de lunes a domingo. Si no tienes un porvenir, puede ser catastrófico”, dice a Newtral.es. 

Publicidad

Jade Boho (Valladolid, 1986) piensa en la posibilidad de que esta Copa de la Reina 2020—no se disputó antes por la pandemia—sea el último título que disfruta después de una carrera en la que ha ganado tres ligas. El rival, uno de los principales candidatos a disputar la Champions League, no tiene mayor análisis para ella. “No podemos negar la realidad, están intratables. Pero siempre sigo mi lema: nada es imposible. Es algo que me enseñó mi hermano y que he aprendido en muchos años de fútbol. Me armo de valor, trabajo al máximo, y si no consigo mi objetivo, me voy tranquila porque he dejado todo”.

https://twitter.com/edflogronofem/status/1358397795481374727

Tirar la toalla antes de tiempo no entra en el carácter de una futbolista nacida en Valladolid pero formada en Orcasitas, un barrio humilde de Madrid, donde con 13 años ya disputaba encuentros con el equipo senior. Después de dos décadas y experiencias muy extremas, poco queda de la Jade que comenzó en el fútbol. “A veces te vienen pensamientos negativos que te restan y hay que ser muy fuerte para abordarlos. No tiro un partido. No sabes lo que va a pasar, no puedes ser derrotista. Eso lo aprendes con el tiempo”. 

Una larga trayectoria en equipos punteros como Rayo Vallecano y Atlético de Madrid, y la experiencia en una liga profesional como Inglaterra, otorgan a Jade una posición desde la que aconsejar a las más jóvenes. “Tienes que tirar de orgullo propio, y dejarte guiar por compañeras que te guían con su conocimiento. Tienes que evitar pensamientos negativos y contagiarte de quien da el 100%, porque cuando ves que alguien tira en el campo, tú también tiras. Ahora sé gestionar emociones que me jugaron malas pasadas”. 

Jade Boho: “Las palabras no sirven de nada, hay que actuar”

Hace un año que se dio un margen de tres temporadas para la retirada. La primera se acabó con la pandemia, la segunda está en curso. “Y la tercera, ya veremos”, reconoce. En esa cuenta atrás, su equipo intenta absorber lo que puede. “A veces te sientes observada. Cuanto más se acerca esa fecha, más disfruto cada viaje con ellas y cada conversación con las más jóvenes. Hace poco charlaba con Judith Luzuriaga (21 años), que podría ser su madre. A muchos equipos les encantaría jugar esta final de Copa en la que estamos a base de mucho sacrificio. Quizás no vuelva a jugar un partido así, y por eso vivo todo con tanta intensidad. Hasta los mínimos detalles los disfruto como si me fuera la vida en ello”. 

Publicidad

En los entrenamientos, Jade Boho se autoexamina. “Muchas veces me quedo paralizada. Miro el campo, el balón… y me miro a mí misma de arriba a abajo hasta ver que tengo las botas puestas. Pienso que pronto será muy diferente y que tengo que exprimir ese momento al máximo”. 

La delantera del EDF Logroño intenta dar ejemplo ante finales como la del Barça. “Siempre les digo que podemos, que entrenamos de maravilla y estamos capacitadas. Y luego actúo, porque de nada sirven las palabras. Un futbolista, por muy bueno que sea, tiene que dar el callo cuando salta al campo. Las palabras que has transmitido a la gente, las tienes que demostrar para provocar cambios de mentalidad. Pero si hablas y luego saltas al campo y no demuestras ni transmites absolutamente nada, todas esas cosas se pierden”.

“Tuve una depresión de caballo”

La delantera habla con la tranquilidad de haber disfrutado sus últimos años de un fútbol profesional y haber revertido una situación crítica en dos ocasiones, cuando quiso olvidar este deporte. La primera, cuando después de ser campeona de Europa sub-19 con España, vio cómo su generación tuvo las oportunidades en la absoluta que ella no tuvo. “Estuve siete años esperando, y me costó una barbaridad cerrar esa puerta”, recuerda. Se marchó a jugar a Guinea Ecuatorial, país de origen de su madre, con la ilusión de disputar un Mundial. 

Después de dos meses de entrenamiento donde terminó exhausta, se quedó fuera del Mundial 2011 por un error burocrático. Veinticuatro horas antes del debut, recibía una llamada que cambiaría su vida. La FIFA le había denunciado porque no habían mandado la información sobre su cambio de federación. Una sanción de diez mil euros y tres meses sin jugar le llevaron a pensar en la retirada con solo 24 años. “Me pillé una depresión de caballo y estuve a punto de tirar todo””.

Su novia y algunas compañeras le insistieron en que era muy joven y tenía mucho talento para dejar el fútbol, así que continuó unos meses más. Pero la segunda decepción le expuso ante un ultimátum personal. “Me voy al Atlético de Madrid, hago un buen año y no me renuevan. No lo entendí. Me hundió porque pensaba que no lo merecía y veía que el fútbol solo me daba disgustos. El fútbol no me rentaba, siempre estaba mal, no tenía ilusión por jugar. Era mucho desgaste y me veía estancada”. 

Publicidad

Laura Torbisco, entonces entrenadora del Rayo Vallecano, insistió en que se fuera con ella. Siguió su camino, pero sobre el terreno de juego veía que no se encontraba bien. “Tomé una decisión: o me iba al extranjero a ver si estaba capacitada para una liga profesional, o me retiraba”. Llegó la oferta del Bristol y volvió a sentirse como una niña. “Fue la mejor decisión que he podido tomar. Vi que lo que me pasaba era mental, y sin ese cambio, hoy no estaría disputando esta Copa de la Reina”. 

La mente pasó a ser el eje central de la carrera de Jade Boho. “Las experiencias negativas te hacen evolucionar”, explica. “Ahora disfruto porque lo valoro todo y tengo confianza. Sé lo que es estar en un banquillo, viajar 13 horas en un autocar, estar lesionada tres meses apartada, que digan que no vales una patata por una mala racha. Todo te define. Casi todos pasamos por un momento de pleno apogeo y por otro de caída, y donde tienes que sacar fuerza”.

https://twitter.com/BohoSayo/status/1358776431199846405

“La confianza es determinante”

Desde su regreso a España, primero en el Madrid CFF y después en el EDF Logroño, Jade Boho ha firmado 34 goles y seis asistencias en 86 partidos. Cifras que le convierten en la referencia riojana en esta final. “Vivimos del estado anímico porque cuando tienes una mala racha te empiezas a analizar con lupa. No quiero pensar que en esta liga no tengamos jugadoras sin autocrítica ni autoexigencia”, dice, señalando que Primera Iberdrola ya no es un hobby, sino un trabajo. “Tiene que haber un nivel de preocupación para mejorar”.

Esta confianza la recuperó cuatro años atrás, cuando Bristol y Reading contaron con ella en un contexto profesional. “Lo que empezamos a vivir en España, lo viví en Inglaterra. Tienen un nivel estratosférico que mezcla técnica y táctica con el físico, para mí la mejor liga del mundo, y ver que encajaba y hacía goles ahí me dio mucha confianza. Realmente me sentí futbolista”. 

Publicidad

Jade Boho: “Necesitamos jugadoras que den la cara”

Las instalaciones que tuvo en Inglaterra poco tenían que ver con su realidad al volver a España, donde advierte que queda mucha inversión por hacer. “Necesitamos las herramientas que nos den condiciones óptimas para superarnos cada día. El terreno de juego es importante, no puedes entrenar en un tipo de césped y jugar en otro. A veces nos tiramos piedras contra nuestro propio tejado”, señala, aunque entiende que es un proceso de larga duración: “Cuando la liga sea profesional, hay que tenerlo en cuenta”. 

Además de inversión para mejorar instalaciones, incorporación de otros patrocinadores y el apoyo mediático, Jade advierte de la necesidad de mantener referentes en la liga. “A mí me marcaron Bárbara Lobo en el Torrejón de Ardoz y Chave en el Rayo Vallecano. La forma que tenían de transmitir y de levantar a las compañeras era única. Necesitamos jugadoras que sean ejemplo”. 

El progreso, insiste, pasará por la percepción del fútbol que tengan las nuevas generaciones. “Nosotras fuimos capaces de juntarnos para conseguir un convenio colectivo. Cuando no estemos, tiene que haber futbolistas capaces de dar la cara, de liderar, y que no se olviden de que esto no es un hobby, es la élite. Hay presión y trabajo. Para evolucionar, se necesitan pies en el suelo independientemente del club en el que estén. Puedes ser una fuera de serie, pero no te puedes olvidar de aprender”

0 Comentarios

Ya no se pueden publicar comentarios en este artículo.