Las formaciones políticas que han surgido en los últimos años a la izquierda de los partidos socialdemócratas clásicos, en muchos casos superándoles en intención de voto, como en Francia, comparten en Europa algunos aspectos de sus respectivos programas políticos. No obstante, difieren en otros, marcados por el contexto de cada país.
“Hay que llamarlos de izquierda radical, no de extrema izquierda. Porque el extremismo se define como una oposición práctica a la democracia que puede derivar en violencia o no. Pero, en cambio, la izquierda radical en Europa, como mucho, incluiría prácticas de democracia directa en la toma de decisiones. No son antidemócratas y en ningún caso su radicalismo derivaría en violencia”. Así define a los partidos de izquierda radical en Europa Héctor Sánchez, investigador del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB).
Una definición en la que coinciden Cesáreo Rodríguez-Aguilera, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Barcelona, y Hugo Marcos, profesor ayudante doctor en la Universidad de Salamanca y miembro del Democracy Research Unit (DRU).
A esa primera aproximación, los expertos añaden la explicación de “radical”. “Son radicales en tanto que están comprometidos con un cambio sistémico, el concepto de radical relacionado con la raíz del problema o del sistema. No se oponen a la democracia como idea”, expone Sánchez.
Estos partidos, como Unidas Podemos, el Partido Comunista Português, el Bloco de Esquerda (Portugal), Syriza (Grecia), Die Linke (Alemania), La France insoumise (Francia) o el Socialistische Partij (Países Bajos), comparten principalmente sus argumentos económicos. Pero difieren en otros aspectos, como la defensa del feminismo y del colectivo LGTBI, la lucha contra el cambio climático o su posición sobre la Unión Europea (UE).
La invasión de Rusia en Ucrania ha generado dos bandos en la izquierda radical europea
Con la invasión de Rusia a Ucrania, algunos partidos de izquierda radical europeos han pasado del “no a la guerra” a la respuesta armada en legítima defensa. Otros no. De hecho, en algunos, como Unidas Podemos, la división se ha visto en el interior de la coalición y sus socios del PSOE. Por ejemplo, ni la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ni el ministro de Consumo, Alberto Garzón, criticaron el envío de armas a Ucrania. Mientras que la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, sí lo hizo, con parte de su formación.
Esto no ocurre solo en España. Rodríguez-Aguilera asegura que también ha ocurrido en Alemania: “Los verdes en Alemania están a favor de apoyar a los ucranianos, mientras que Die Linke tiene una posición de abstención”.
Héctor Sánchez resalta el caso del Partido Comunista Português. “Han condenado la agresión rusa, aunque algunos han sido suaves, como el PCP. Son incapaces de condenar la acción rusa sin quejarse de la OTAN o de que Estados Unidos es imperialista. Están en contra de la invasión, pero también en contra de la guerra en general”.
La redistribución de la riqueza es lo que define a la izquierda radical en Europa
La izquierda radical europea busca una mayor redistribución de la riqueza. Por ello, sus políticas económicas pasan por aumentar la carga de impuestos a los más pudientes y a las grandes corporaciones. También defienden la nacionalización de empresas de sectores estratégicos, para no depender del mercado, como el de la vivienda, el de la banca o el eléctrico, como explica Marcos. Por ejemplo, Unidas Podemos propuso en febrero crear una empresa pública de energía para hacer frente a los precios de la luz, pero no salió adelante.
Para Rodríguez-Aguilera los partidos de izquierda en Europa tienen una posición económica más similar a la socialdemocracia clásica, con políticas keynesianas contundentes. Mantienen la propiedad privada pero quieren que el Estado sea fuerte económicamente. “Cuando nace la socialdemocracia para diferenciarse del comunismo o de la derecha capitalista, ofrece recetas bastante contundentes de regulación del mercado, de creación de un sector público fuerte, de impuestos a las grandes fortunas, y de redistribución social en sanidad, educación, vivienda, desempleo… La izquierda radical en Europa sintoniza con este espíritu”.
Esto hace que dentro del espectro ideológico estén más a la izquierda que la socialdemocracia actual en Europa. Según el experto, esto sucede “porque la socialdemocracia actual todavía sigue siendo deudora del socioliberalismo y de la tercera vía de Tony Blair, aunque lo van corrigiendo”.
Dos tendencias: priorizan a colectivos vulnerables o a la clase trabajadora
Aunque los partidos de izquierda radical en Europa coinciden en sus políticas y propuestas económicas, no es el caso en la defensa que hacen de colectivos vulnerables. Ya sea sobre la lucha feminista, el colectivo LGTBI o los inmigrantes, existen dos bloques.
Aquellos partidos con una trayectoria más tradicional, como el Partido Comunista Português, el Partido Comunista Griego (KKE) o el Komunistická Strana Čech a Moravy (KSČM) de República Checa tienen posiciones más materialistas, defienden la lucha trabajadora por encima de otras. “Esto no se traduce en estar en contra de políticas feministas o en apoyo al colectivo LGTBI, sino que para ellos no es su lucha, no es su prioridad”, explica Sánchez.
En cambio, los partidos postcomunistas o de nueva izquierda, como Unidas Podemos, Die Linke, Syriza o Bloco de Esquerda abrazan las reivindicaciones de estos colectivos. “Ya no hablan tanto de clase obrera, cuanto de colectivos marginados. Desde hace unos años se dirigen a determinados colectivos, reivindican la diferencia, asumen las luchas de determinados colectivos: inmigrantes, LGTBI, mujeres, antirracista, pacifista…”, afirma Rodríguez-Aguilera.
La lucha contra el cambio climático: el cruce entre la izquierda radical europea y los verdes
Tanto los partidos verdes europeos como los de izquierda radical comparten el discurso de proteger el medio ambiente y frenar el cambio climático. Aunque para los primeros es su lucha principal, lo que los define, y para los segundos es un resquicio más de su ideología.
Marcos explica que “el núcleo de los partidos de izquierda radical europeos y de los verdes es el cuestionamiento del capitalismo, pero por distintas razones. Por un lado, por el agotamiento de los recursos y, por otro, por cuestiones de redistribución de la riqueza. Pero la izquierda radical europea rima bien con estos postulados de los partidos verdes”. Esto les perjudica a nivel electoral por la fragmentación del voto, lo que fomenta las coaliciones, como asegura el experto.
Aun así, ese solapamiento de ideologías depende de los países europeos que se analicen. Rodríguez-Aguilera diferencia el norte y centro del sur de Europa. En el sur, en países como España, Grecia y Portugal, los partidos verdes tienen mucha menos fuerza que en el centro y en el norte. Esto hace que en el centro y el norte los partidos de izquierda radical sean más débiles. “Hay una diferencia territorial, política y de desarrollo económico y social de cada país”.
Más eurocríticos que euroescépticos: la posición de la izquierda radical sobre la UE
Al igual que sucedía con la defensa de las políticas para colectivos más allá de la clase trabajadora, la izquierda radical está dividida en su postura sobre la UE. Los partidos tradicionales (PCP, KKE, KSČM) son más euroescépticos que los nuevos. Estos tienen una visión más eurocrítica.
“Lo que hay es una oposición a las políticas de la Unión Europea, aunque la cuestión de la soberanía no está del todo ausente. Pero la oposición principal es a las políticas neoliberales. Son más euroescépticos que los partidos de centroizquierda y centroderecha, pero menos que los de extrema derecha. No hay ninguno que se oponga a la UE de forma fuerte y directa”, explica Marcos.
Por su parte, Rodríguez-Aguilera afirma que “desde el punto de vista de los principios, están a favor de la UE, de una mayor integración”. Pero el experto señala que son críticos con la institución por su falta de transparencia, por su opacidad y sus políticas neoliberales.
La política de brazos abiertos con la inmigración que cambia si están en el Gobierno
Los partidos de la izquierda radical de Europa suelen posicionarse a favor de la inmigración y de la regularización de la situación de las personas migrantes.
Marcos explica que los partidos de izquierda radical europea están empezando a cuestionar internamente si deberían dejar de ser tan positivos con la inmigración. “Por dos cuestiones, una de forma, por si les hace perder votantes, y otra de fondo, que con la globalización del mercado hay que proteger más al trabajador. Es la idea de pensar en modelos más nacionales para proteger a los trabajadores”.
Sobre esto, Rodríguez-Aguilera expone el ejemplo de Die Linke en Alemania. “Es verdad que ha habido algún sector que ha defendido limitar las cuotas, pero estas posiciones fueron muy minoritarias y muy criticadas. Por ejemplo, un sector de Die Linke empezó a plantearse que a lo mejor era un error porque la política de manos abiertas alimentaba a la ultraderecha”.
Además, para Sánchez, la postura de los partidos de izquierda radical en Europa cambia cuando están en el Gobierno de cuando están en la oposición. No obstante, coincide en que el discurso es de puertas abiertas, de prointegracion, de facilitar la entrada y tratar a los migrantes de la forma más humana posible.
Fuentes
- Estatuto de la Izquierda Europea
- Cesáreo Rodríguez-Aguilera, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Barcelona
- Hugo Marcos, profesor ayudante doctor en la Universidad de Salamanca y miembro del Democracy Research Unit (DRU)
- Héctor Sánchez, investigador del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB)