¿Por qué aumentan las infecciones de transmisión sexual? Un cambio en el cribado y menos preservativo, entre las causas

ITS
Fuente: Shutterstock
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En 2022 la tasa de casos de sífilis en España alcanzó el 17,1 por cada 100.000 habitantes, la cifra más elevada desde 1995, año en que esta infección de transmisión sexual (ITS) comenzó a vigilarse epidemiológicamente. Según el último informe elaborado por el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y el CIBER de Enfermedades Infecciosas del Instituto de Salud Carlos III, también se ha constatado un aumento de otras ITS como la gonorrea, que se ha multiplicado por casi 25 en 20 años, y de la clamidia, que se ha disparado un 245% desde 2016.

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Lo que caracteriza a estas ITS es que con frecuencia no presentan síntomas y de no tratarse correctamente pueden derivar en graves problemas de salud a largo plazo. La gonorrea, la clamidia y la sífilis tienen tienen síntomas similares, en el caso de las mujeres, los más frecuentes son cambio en el color u olor del flujo vaginal, sensación de ardor al orinar y malestar en el abdomen, mientras que en el de los hombres puede causar sensación de ardor al orinar, secreción del extremo del pene y dolor en los testículos.

“Ahora los registros son más exactos, hay más vigilancia epidemiológica y es más fácil identificar las ITS” si se compara  con décadas anteriores, apunta a Newtral.es Francisca Molero, médica especialista en sexología y portavoz de Asignatura Pendiente, una iniciativa de la Federación Española de Sociedades de Sexología y Durex para llevar la educación afectivo-sexual a los colegios. Algo que comparte también Ana Silva, médica investigadora en la unidad de enfermedades infecciosas en el Hospital Quirón Salud de Málaga, quien señala que “nunca se han recogido tan bien los datos como ahora” y por ello, “no son comparables con datos de años anteriores”. La médica explica que a partir de 2021 se digitalizaron los informes de declaración obligatoria que se deben rellenar cada vez que alguien da positivo en ITS. 

Asimismo, Silva apunta que “hay muchos factores externos que pueden falsear estos datos”. Pone como ejemplo la PrEP, un fármaco eficaz para prevenir el VIH y financiado para ciertos grupos de riesgo, como hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), personas trans y mujeres en situación de prostitución. Como explica la experta, a “quienes están en programas de la PrEP se les hacen más pruebas y de forma más periódica, por lo que es evidente que hay un aumento de diagnósticos”. 

En cambio, uno de los problemas que se encuentran en el circuito sanitario es que cuando hay un brote de sífilis “es más complicado hacer un seguimiento de contactos entre hombres heterosexuales que entre hombres que tienen sexo con hombres, porque estos lo tienen más normalizado, hablan de entrada de las ITS”. 

En este sentido, Molero destaca que “lo complicado es romper la cadena epidemiológica”, y aunque saben “que no hay nada infalible respecto a la transmisión de ITS, está comprobado que el método que puede prevenirlo son los preservativos, tanto el masculino como el femenino”. 

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La sexóloga asevera que “hay una desconexión entre placer y salud”. Señala que cada vez se utiliza menos el preservativo y se ha adelantado la edad de inicio de las relaciones. Además, ha aumentado la variabilidad de las prácticas sexuales y el número de parejas, la población viaja y se mueve, y como ocurre con otras infecciones, las ITS se transmiten y expanden con menor control.

Pero para la doctora no se deben plantear soluciones desde el miedo o el castigo, “sino trabajar en una cultura sanitaria y de placer diferente que ponga el foco en cuidarnos y tratarnos bien. Porque eso también es placer y es erótico”

Los mitos del preservativo y de las ITS en la edad madura

El año pasado, la tasa más alta de gonorrea se dio en el grupo de 20 a 24 años (198,3 casos por 100.000 habitantes), seguido del de 25 a 34 años (167,60). Y tanto en la sífilis como en la clamidia, el grupo de edad con tasas más altas fue el de 25 a 34 años, con 48,68 y 315,68 casos por cada 100.000 habitantes, respectivamente. 

“A veces no es el problema de información, sino que utilizar preservativo no se asume como un hábito”, destaca Molero, algo que se ha perdido entre los jóvenes. A pesar de que la penetración sigue siendo “una práctica primordial”, lo que observa es que “no lo tienen tanto en el punto central, por lo que consideran que igual no es necesario usar preservativos mientras no se produzca penetración”.

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Esto se suma a que siguen existiendo distintos mitos sobre este método de protección, como que “corta el rollo”, porque según Molero, “no se ha trabajado en el tema del placer”. Tampoco se habla del miedo que tienen los hombres a perder la erección, lo que responde a que decidan no utilizar estos métodos. Lo que se ve en consulta médica, apunta la sexóloga, es que los hombres heterosexuales y los que practican sexo con hombres se sienten inseguros en este sentido y a las mujeres les cuesta negociar de manera asertiva que es importante ponerse el preservativo. 

Por ello, desde Asignatura Pendiente trabajan en llevar la educación afectivo-sexual a las aulas. “Insistimos en los jóvenes porque sabemos las secuelas que pueden tener y porque creemos que se puede educar, pero en la edad madura también es importante”, señala Molero.  Además de en las aulas, “esto también debería tratarse en casa”, añade, pero “las familias no saben cómo tratar estos temas porque tampoco han tenido acceso a una educación sexual”. 

Los datos del informe de vigilancia epidemiológica de ITS de Sanidad también muestran cómo la gonorrea ha ido aumentando desde 2016 en grupos de edad adulta, como el de 35 a 44 años, quienes registran el mayor porcentaje anual de cambio, seguido del grupo de 45 a 54 años y del de mayores de 55 años.

Informe de Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España 2022

“Hay un segmento en la edad madura donde también se producen cambios relacionales y al no contemplarse el embarazo y tener problemas de inseguridad sexual a esa edad, por los problemas de erección o sequedad, también se obvia el uso de preservativo”, añade Molero. 

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Para la médica investigadora en el hospital Quirón de Málaga también hay prejuicios sobre las ITS en estas edades: “Las mujeres menopáusicas pueden venir con una sintomatología muy avanzada, pero a los médicos les cuesta identificar que sea una ITS, porque ni siquiera les preguntan”.

La vergüenza de tener una ITS y la falta de concienciación

Sigue habiendo un estigma cuando una persona tiene una ITS, declara Molero. Hay un sentimiento de culpa, tanto por haberte expuesto a ello como por haberlo transmitido.  Eso sí, “ahora se hacen más pruebas” porque hay más información sobre ITS y más acceso a los servicios sanitarios y aunque no se haga la prevención, comenta, “sí salta la alarma cuando se ha mantenido una relación sexual de riesgo”.

Según Molero, los hombres que tienen sexo con hombres serían los más sensibilizados con las ITS, “saben lo que es una relación de riesgo, suelen hacerse revisiones de control y si tienen una relación de riesgo, saben dónde acudir y hacerse esas pruebas”. En cambio, los hombres y mujeres heterosexuales, y las mujeres que tienen sexo con mujeres, “están menos concienciados, y en este último caso, a veces no conocen cómo se transmiten las ITS porque generalmente el mensaje que se ha enviado es que ‘lo peligroso’ es la penetración”. 

Igualmente, “las mujeres, si tienen molestias, acuden al ginecólogo y aun así suelen hacerse más revisiones”, es decir, “forman parte de una cultura sanitaria diferente a la de los hombres, que a veces no saben a qué médico dirigirse”.

El papel de los profesionales sanitarios es clave y Ana Silva, médica investigadora de ITS, ve “peligroso que se le esté dando tanto bombo” al aumento de la sífilis porque hay profesionales que “no lo vinculan con la ciencia, sino con su ideología, de manera que su discurso es: ‘Para qué quieren prevención si deben usar preservativo’”.

La médica reclama que se podría trabajar más en formar al personal sanitario en torno a la salud sexual. También, la ginecóloga y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología pone el foco en la educación de estos profesionales. “Empieza dentro de los grados y licenciaturas sanitarias porque en las carreras se sigue tratando poco la sexualidad, se habla de reproducción pero no de placer, hay que formarlos en lo que significa la salud sexual”, concluye Molero.

Fuentes
  • Informe de Vigilancia Epidemiológica de las Infecciones de Transmisión Sexual en España 2022
  • Francisca Molero, médica especialista en sexología y portavoz de Asignatura Pendiente
  • Ana Silva, médica investigadora en la unidad de infecciones en el Hospital Quirón Salud de Málaga