Una vez se produce un incendio, además de los servicios de extinción, toman el terreno los investigadores, agentes forestales y de la Guardia Civil que tratan de esclarecer cuál es el origen y las causas de ese fuego.
Como relatan a Newtral.es los agentes sobre el terreno, no es fácil conseguir pruebas cuando el paraje está calcinado, pero quedan pistas que permiten dar con la causa.
Cada comunidad autónoma organiza sus brigadas de investigación en coordinación con la Guardia Civil
Son las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales de cada comunidad autónoma y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil los encargados de investigar las causas de los incendios que se producen en España, según indica a Newtral.es el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
En Galicia por ejemplo actúan en el ámbito autonómico las Unidades de investigación de incendios forestales (UIFO), que trabajan exclusivamente buscando las causas de los fuegos. En Andalucía, son las Brigadas de investigación de incendios forestales, una por provincia, las que realizan este trabajo. En Newtral.es hemos hablado con Aurelio Mosteiro, uno de los agentes que investiga incendios en Galicia desde 2006, y con Andrés Maqueda, en el servicio de la provincia de Sevilla desde hace 14 años.
Ambos coinciden en afirmar que las temperaturas cada vez más extremas tienen relación directa con las conclusiones a las que llegan en su trabajo. El aumento del calor seca más la vegetación, hace que los paisajes sean más inflamables y aumenta así la probabilidad de que se produzcan incendios cada vez más grandes y peligrosos.
Localizar el punto cero de los incendios forestales es la clave de la investigación para determinar sus causas
El equipo que investiga las causas de un incendio no espera a que se extinga, se mueve al lugar cuanto antes y con el fuego aún activo para localizar el punto de inicio “porque en el medio natural los indicios se deterioran fácilmente”, explica Maqueda. En general, las investigaciones de incendios forestales se inician con carácter inmediato dentro de las 72 horas desde que se notifica el fuego.
Conforme la metodología de las evidencias físicas —una técnica de rastreo criminalística, común a todas las brigadas en España— los agentes reconstruyen en sentido inverso al que han seguido las llamas la superficie incendiada para llegar a la zona donde comenzó todo.
“Cuando se produce un incendio, el avance de las llamas sobre los agentes combustibles del terreno dejan evidencias. Nosotros leemos esas señales y las interpretamos para llegar a donde empezó el fuego. Es como reproducir un video marcha atrás”, explica Mosteiro.
La investigación, por tanto, se centra en ese punto concreto. Cuando se localiza, hay que entender cómo se ha comportado el fuego y, para ello, se tienen en cuenta las condiciones meteorológicas, la orografía y el tipo de vegetación afectada. Por ejemplo, “si ha habido tormentas, los rayos dejan unos indicios muy claros sobre el terreno, como un pino abierto por la mitad”, dice el agente desde Galicia.
Los incendios forestales provocados por humanos pueden ser por negligencia, accidentales o intencionados, según la investigación
El terreno habla y su narración después se valida con otros posibles testigos. A veces, incluso, aparece el arma del crimen: un mechero, una botella, una colilla o pastillas para encender fuego. Los agentes sobre el terreno destacan que, por las olas de calor cada vez más extremas “ocurren accidentes que antes eran muy improbables”.
“La falta de lluvia y los episodios cada vez más largos de temperaturas extremas favorecen que prendan objetos abandonados en el bosque que antes no prendían por la propia humedad del terreno”, añade el agente gallego.
«Si antes el 90% de los incendios que se investigaban eran intencionados y el resto se producían por imprudencias, negligencias o causas naturales, ahora los intencionados han disminuido», explica el experto que apunta también a que han aumentado los incendios causados por accidentes.
Maqueda insiste: “En Andalucía están aumentando los incendios provocados por negligencias, favorecidas por las temperaturas extremas de las últimas semanas”.
“Además, por el cambio climático, están aumentando los fuegos provocados por causas naturales, como rayos, que antes era rarísimo. Este año, por ejemplo, los incendios por tormenta están siendo una anomalía por lo numeroso”, insiste el agente de Galicia.
Lo más difícil del proceso: encontrar al que ha causado el incendio
Los investigadores concluyen que ha sido un incendio intencionado porque se produce en zonas reiteradas, donde ya ha habido fuegos otros años, porque comienza por la noche, o porque lo relacionan con actividades que se desarrollan en la zona: una finca abandonada que se emplea para quemar matorral o un coto de caza que ha cambiado de titularidad, por ejemplo.
“Una vez concluido que ha sido intencionado, localizar a la persona que ha causado el incendio es complicado”, indica Mosteiro. En el caso de las UIFO gallego, los agentes que investigan también son policías judiciales, por lo que realizan las primeras diligencias en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
En el caso de las brigadas de Andalucía, su función acaba una vez contrastados los datos. Cuando el incendio ha terminado por extinguirse del todo, se reafirma el punto de origen y los elementos asociados a él, así como la causa de inicio y su posible motivación. “A partir de aquí comienza la fase policial para averiguar al delincuente, una tarea que realiza la policía”, añade Maqueda.
- Aurelio Mosteiro, agente de las Unidades de investigación de incendios forestales (UIFO) de Galicia
- Andrés Maqueda, agente de la Brigada de investigación de los incendios forestales de Sevilla
- Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico