Más de 30.000 evacuados por los incendios y 40 muertes derivadas de las llamas. 47 grados en Palermo. 48,2ºC en Cerdeña. 45,4ºC en Figueres. Las aguas del mar, a 28ºC en julio, tres grados por encima de lo normal de media. ¿Qué está pasando este año en el Mediterráneo? ¿Qué está pasando en medio mundo para que julio haya sido el mes más cálido jamás registrado, según un informe corroborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM)?
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Empecemos por situar al Mediterráneo como un epicentro del calentamiento global. Un mar pequeño en una región del planeta que se calienta al menos un 20% más rápido que la media global del resto de mares y océanos del mundo. En 2022, llegó a ponerse hasta 6ºC por encima de lo normal.
En la coctelera de este julio fatal se mezclan varios ingredientes:
La emergencia climática derivada de las disparadas y constantes emisiones de CO2 y metano desde el inicio de la era industrial.
El fenómeno El Niño (asociado a más calor), cíclico y natural, que toma un relevo de una La Niña (asociada a descenso térmico) inusual.
Millones de hectáreas de vegetación muy seca que actúan como combustible.
Una cúpula de calor que se ha formado por la estabilidad atmosférica en Europa.
La física y meteoróloga de eltiempo.es Mar Gómez explica que el julio infernal que el Mediterráneo está viviendo tiene que ver con el fenómeno conocido como cúpula de calor o ‘heat dome’. “Se trata de una zona con aire cálido muy estable, menos denso que intenta subir pero se bloque y vuelve a descender, recalentándose. Atrapado en algo parecido a quedar atrapado en una cúpula. Hemos tenido temperaturas mínimas de récord en España. Se han llegado a superar los 52ºC en China. Es algo que se está viviendo en todo el hemisferio norte”.
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Sí, estos incendios y olas de calor del Mediterráneo serían ‘casi imposibles’ sin cambio climático
Un estudio de atribución elaborado por la World Weather Attribution (WWA) concluye que las olas de calor registradas este mes de julio en Europa y Norteamérica habrían sido “casi imposibles” sin emergencia climático. Este julio, el sur de Europa, algunas zonas de Norteamérica y China han sufrido olas de calor con temperaturas superiores a los 45°C. El informe de la WWA destaca que en China la ola de calor (con hasta 52ºC) fue, al menos, 50 veces más probable debido a la crisis climática.
José Manuel Viñas, meteorólogo de Meteored, añade un elemento más a la coctelera: “Paralelamente a la aparición de este estudio de atribución, empieza a cobrar fuerza entre la comunidad científica la hipótesis de que la extraordinaria cantidad de vapor de agua que laviolenta erupción del volcán submarino Hunga Tonga–ocurrida en el océano Pacífico el 14 de enero de 2022– lanzó hasta la estratosfera podría explicar, al menos en parte, las grandes anomalías cálidas”.
The marine heatwave sweeping across the Mediterranean Sea is hitting record highs, particularly in the central basin
According to @CMEMS_EU, sea temperature anomalies have spiked to +5.5°C along the coasts of Italy, Greece and North Africa ♨️ pic.twitter.com/NcHpboKP60
— ?? DG DEFIS #StrongerTogether (@defis_eu) July 27, 2023
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Esto, en un contexto de emergencia climática donde se espera que “gane en intensidad el evento de El Niño que comenzó a finales de la primavera, también contribuya al aumento de la temperatura global”, señala en el SMC de España.
En este sentido, Francisco J. Doblas-Reyes, director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center cree que las conclusiones del informe del WWA “son un serio toque de atención para que se reduzcan y eliminen las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la acción humana y se aborde con rapidez la adaptación de las sociedades vulnerables a unas condiciones ambientales hasta ahora desconocidas”.
El mes más cálido de la historia (otra vez… y por ahora)
Este julio de 2023 se ha convertido en el más caluroso registrado en el planeta. El mes más cálido de la historia en términos de temperatura media global absoluta. Es posible que tengamos que remontarnos a decenas de miles de años atrás, para encontrar condiciones cálidas similares en nuestro planeta.
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Las primeras tres semanas han superado cualquier periodo de los más cálidos hasta la fecha, según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Pero estos récords de calor, por desgracia, han dejado de ser noticia por recurrentes.
Explica Zachary M. Labe, climatólogo de la Universidad de Princeton, que el julio más cálido de las historia no es ninguna sorpresa. “Estamos experimentando la realidad de décadas de predicciones de los científicos que advertían del rápido aumento de las temperaturas debido al cambio climático provocado por el hombre. Las comunidades y los ecosistemas de todo el mundo, especialmente los más vulnerables, están sufriendo sus efectos y consecuencias. Sin una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el calor y los riesgos subsiguientes seguirán amplificándose, por desgracia”.
Las temperaturas excepcionalmente cálidas que hemos observado hasta ahora en julio hacen cada vez más probable que 2023 sea el año más cálido desde que comenzaron los registros a mediados del siglo XIX. “Nuestras emisiones pasadas de CO2 se han acumulado en la atmósfera, e incluso sin ningún calentamiento adicional este siglo será más cálido que cualquier periodo similar de los últimos 120.000 años”, precisa Zeke Hausfather, investigador de Berkeley Earth.
Los efectos del fenómeno de El Niño que se desarrolla este año se dejarán sentir aún con más fuerza en las temperaturas de la superficie global en 2024, por lo que si el mundo establece un nuevo récord en 2023 es probable que se supere rápidamente. “La única manera de impedir que la Tierra siga calentándose y que los fenómenos extremos asociados al cambio climático se agraven es conseguir que las emisiones mundiales de CO2 se reduzcan a cero neto”, concluye Hausfather.
Récord de temperatura en julio de 2023 | Copernicus
La coctelera de los incendios mediterráneos
El profesor Víctor Resco de Dios (Universitat de Lleida) precisa qué está pasando con los incendios en el sur de Europa y norte de África este año. A si modo de ver, es una receta que se cocina con cuatro ingredientes: suficiente cantidad de vegetación (combustible); que ese combustible esté lo suficientemente seco como para arder; que tengamos una fuente de ignición y, por último, que se den las condiciones meteorológicas apropiadas para la propagación del incendio.
Analiza en un artículo en The Conversation que Muchos de los bosques que se dan a ambas orillas del Mediterráneo están en un estado permanente de alta inflamabilidad, solo a la espera de que salte la chispa, y de la ola de calor que reseque el combustible.
“El creciente rigor climático nos impone unas condiciones nuevas, sin parangón desde nuestra existencia. Ya el año pasado documentamos unos niveles récord de sequedad del combustible y de diferentes variables meteorológicas. Dentro de una década y media, será promedio lo que ahora es anomalía. Y dentro de 25 años, la anomalía actual será vista como una situación particularmente benigna”.
Sus modelos indican que la temporada de incendios se alargará entre uno y dos días por año de aquí a finales de siglo. No solo la duración de la temporada de incendios cambia, sino que veremos megaincendios en zonas de montaña donde en la actualidad son raros. Además, aun cuando el número de igniciones humanas disminuye, vemos un aumento en los megaincendios que empiezan tras una descarga de rayos, lo que podría aumentar aún más bajo un cambio climático.