Ideología y negacionismo en la red

Siempre que hablo o escribo de esto me gusta empezar puntualizando. Cuando yo me refiero a negacionismo, o en este caso a la ideología, no me estoy refiriendo en ningún caso a las personas que siguen estas teorías. Cada uno tendrá la suya propia, más cercana o más lejana al peso total de lo expuesto en el grupo en el que participa. Yo me refiero a los motores, al origen, a lo que mueve estos contenidos para que otros los consuman. Dicho esto, empezamos.

La continua radicalización y polarización en las redes es un hecho. Factores como la situación de pandemia o el descontento de ciertos sectores con el actual Gobierno han provocado un auge dentro de las ideologías extremas en las redes sociales. Algunas de ellas pueden provocar un serio riesgo, tanto en la convivencia como al derivar en actuaciones violentas. 

[Análisis | El mundo de los ronin en la red]

Las huellas de lo que algunos llaman ‘tercera posición’ son claras en la red. La aparición de corrientes políticas que se manifiestan contra el capitalismo y el comunismo, con ideas de corte nacionalista y populista y que promulgan la batalla cultural entre unos pretendidos valores tradicionales frente a un mundo cambiante son constantes. Con la pandemia muchos vieron una oportunidad para captar la atención y divulgar sus consignas entre el caos reinante ante una situación con muy pocas certezas. De hecho, por ejemplo, ha sido común la participación de ciertos grupos de estas ideologías en manifestaciones negacionistas. 

He intentado contemplar el estado actual de estos grupos en una aproximación con datos. Para ello he utilizado el procedimiento siguiente:

• Localizar canales en Telegram que evidentemente cumplieran estos requisitos. Por ejemplo, que estuvieran dedicados al Nacional Socialismo.
• Descargar la información y procesarla de tal manera que obtuviera las menciones a otros canales, estableciendo una relación entre el origen y el destino. 
• Procesar los mensajes y obtener los enlaces para poder estudiar donde se divulgaban o mencionaban en otras redes y webs los contenidos que debatían o difundían.
• Una vez hecho todo esto, repetir esta operación con los canales más mencionados.

El resultado de la información analizada NO tiene porque ser relacionada con la búsqueda original, nacional socialismo, si no que va ampliando con las nuevas menciones otros canales con componentes ideológicos u otras temáticas que son señalados por unos u otros. Todo esto va formando un “mapa” donde se pueden ver las distintas “sensibilidades” de dichos canales.

Hecho esto, estos han sido algunos de los canales que he procesado ordenados por la fecha de creación. Por razones obvias, no voy a dar publicidad a todos los analizados:

Como pueden comprobar, muchos de ellos ya estaban operativos antes de la pandemia. Los últimos se crearon después y es relevante por el papel que juegan dentro de las comunidades, como veremos. El hecho de que estuvieran allí anteriormente y el impacto que tienen actualmente también nos dice que antes del drama que vivimos su relevancia era mucha menor. Obviamente crecieron en sus mensajes durante él. 

Con todos los datos procesados sobre los canales he trazado un mapa de relaciones. No se trata de un ranking, ni de quién tiene más suscriptores, por ejemplo, si no un mapa de relaciones. Los canales que se mencionan entre ellos forman un enlace que se puede visualizar en forma de trazo. A mayor anchura del trazo, más fuerte es la relación. Los nodos más grandes indican que son el centro de la comunidad. Esto está calculado por un algoritmo que llamamos modularidad. Quiero decir con ello que no es una decisión mía subjetiva. El resultante son 705 canales mencionados. Obviamente se puede seguir ampliando el estudio y el descubrimiento, pero creo que es suficiente para hacernos una idea.

Estas comunidades presentan aspectos como estos:

Sin embargo, la imagen del aspecto global sería esta:

Si observamos el número de menciones enfocadas estrictamente en el canal de Telegram, en este dataset encontramos 22 nodos mencionando 3.190 veces a canales. La distribución de esas menciones en un top 30 sería la siguiente:

Los resultados demuestran varias cosas. Por un lado, destaca ell hecho de que haya canales que recogen contenidos tanto ideológicos (basados muchas veces en teorías de las conspiraciones tipo QAnon o propias) junto a contenidos negacionistas sanitarios. Funcionan como crisoles de ambos mundos, aunque por experiencia, después de al cabo de tantos meses tantos contenidos, es imposible encontrar un canal que sea 100% negacionista o 100% ideológico. Ambos mundos van de la mano. La segunda conclusión es que es evidente la aparición de canales ya estudiados y tratados en anteriores escritos sobre el negacionismo. 

Sobre la red del pajarito, Twitter, en la información analizada, encontramos 8.116 menciones sobre 3.143 cuentas. Esto muestra cómo Telegram se muestra como una red de origen y difusión de este tipo de información en las redes generalistas.

Un top tendría estas cifras:

Resaltan las menciones al expresidente Trump y a un conocido tuitero desde 11 canales. Para los usuarios y aficionados a Twitter serán cuentas muy conocidas. 

Viendo las webs y blogs más difundidos obtenemos estas cifras:

La web más mencionada es un “proyecto” con origen en América del Sur donde se mezclan contenidos ideológicos con otros en un intento de monetizar los mismos, como canales de ideología extrema, videojuegos y música, por ejemplo. Otros, como rafapal o casoaislado, divulgan doctrina nacional socialista o sobre la reconquista hispana y son tan evidentes que tampoco merecen más comentarios por mi parte.

Otras, en cambio presentan su contenido, y en sus formas de publicidad en la página llevan a la instalación de adware o malware. 

Google muestra una tibieza con estos contenidos terrible. Un simple anuncio le vale para mantener dichos contenidos durante meses, incluida la desinformación sobre las vacunas. También es una vez más una prueba de los vínculos entre ideología y negacionismo.

Los servicios webs más usados para difundir los contenidos serían estos :

Una vez más, YouTube/Google tiene un problema evidente. Twitter también.

Llama la atención el uso de los acortadores como bit.ly. Esto responde a los intentos de monetizar el contenido. Una vez el enlace pasa al acortador pueden intentar conseguir, si el número de clic es elevado, pequeñas cantidades de ingresos. 

Como curiosidad uno de los enlaces que más he visto mencionar en varios canales consiste en unas galerías de imágenes exaltando la raza aria.

Visto este panorama, que creo que puede hacer al lector una idea bastante aproximada sobre dichos contenidos y estas redes, he extraído unos 1.000 enlaces que se refieren concretamente a las vacunas, para ver si han evolucionado.

De las 1.000 publicaciones extraídas, apenas 20 son de antes del comienzo de la pandemia. 

Como ejemplos del reciclaje continuo de estas manipulaciones y desinformación les muestro un par de ellos.

En 2017 ya hablaban de la falsa presencia de metales pesados en las vacunas y de estudios científicos basados en observación por microscopio de nanopartículas. ¿Les suena de algo? 

En 2019 un desinformador ya mencionaba el “peligro de las vacunas”. 

En mayo de 2019 también ya hacían circular información sobre “efectos del 5G”. También les sonará.

No quiero cansarles más. Yo sostengo que conspiraciones y negacionismo no son fenómenos aislados. Más bien son los dos prismas, el ideológico y el sanitario, de una forma de comunicación que ha llegado para quedarse, para nuestro pesar. Sin embargo, la imagen del aspecto global sería esta