Dos años después del inicio de la pandemia mundial de la COVID-19, los bulos sobre salud no nos son desconocidos y muchas veces son difíciles de identificar. Pero antes también circulaban, sobre todo por redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp.
Según Esther Samper, médica y comunicadora sanitaria, algunos de estos bulos son los supuestos “alimentos milagrosos”, los tratamientos naturales que “las farmacéuticas no quieren que sepas” o los alarmismos por aditivos tóxicos. Según afirma a Newtral.es, muchos de ellos son periódicos y vuelven cada cierto tiempo.
En opinión de María José Cachafeiro, farmacéutica y colaboradora de la iniciativa #SaludSinBulos, los bulos y las desinformaciones sobre salud se suelen difundir por la rapidez de nuestro día a día. “En general somos poco críticos por falta de tiempo. Reconocer si una información que recibimos es verdadera suele requerir una inversión de tiempo”, afirma a Newtral.es.
Por eso, con motivo del Día Mundial de la Salud que se celebra cada 7 de abril, repasamos las principales claves, rápidas y en profundidad, para identificar bulos y desinformaciones.
Desconfía de titulares llamativos sobre “tratamientos milagrosos”
Si no tienes mucho tiempo, una de las claves más rápidas para reconocer un bulo sobre salud según Cachafeiro es que los bulos suelen apelar a la emoción o al miedo. “Suelen ser cosas que te llegan más al corazón que a la cabeza”, señala.
Eso lo suelen hacer a través de titulares en mayúsculas y muy llamativos, por ejemplo, sobre tratamientos milagrosos o remedios naturales que sirven para todo. Además, también es prudente desconfiar cuando el contenido tiene muchos errores gramaticales o de ortografía.
Puedes identificar un bulo si habla de “superalimentos” o si piden que desconfíes de las autoridades de la salud
Otro denominador común de muchos bulos sobre salud son los “alimentos milagrosos”, los “superalimentos” y los tratamientos naturales “que las farmacéuticas no quieren que sepas”.
“Normalmente, si un mensaje tiene alguna de estas expresiones ya es bandera roja. Si los sanitarios y las farmacéuticas supieran de un compuesto o un tratamiento exitoso, nadie se lo callaría. Sería un éxito de ventas. Es algo que se cae por su propio peso”, argumenta Samper.
Por ejemplo, no es cierto que la sangre “pueda sustituirse por agua de mar”, como afirma la pseudoterapia del plasma marino. Esta pseudoterapia vende las inyecciones de plasma marino como un tratamiento natural para evitar a las farmacéuticas, pero no hay ninguna evidencia científica de su eficacia.
Según Samper, los conocidos superalimentos suelen ser “mucho marketing”. “Cada cierto tiempo sale un superalimento. Muchas veces se trata al fin y al cabo de vender un producto. En general, suelen ser alimentos con ciertas ventajas nutricionales, pero no les convierte en súper ni en milagroso”, añade. Otro ejemplo es el chocolate negro que, aunque sí que puede ser antihipertensivo, como verificamos en Newtral.es un 34% del producto son grasas saturadas y los nutricionistas lo consideran un alimento “hipercalórico”.
Desconfía si piden que compartas “los secretos de las farmacéuticas”
Otra característica muy común en los bulos sobre salud es que piden que se reenvíe el contenido para que llegue a toda la gente posible esos supuestos “secretos de las farmacéuticas”.
Por eso, ambas profesionales piden precaución ante este tipo de mensajes. En el caso de no saber con seguridad si es un bulo o no, lo mejor es no compartir.
Para identificar un bulo sobre salud, pregunta a quien te lo ha mandado
Tal y como señala Cachafeiro, muchos bulos de salud se hacen virales porque te lo envían familiares y amigos. “Si la información te llega de un conocido o amigo, como confías en esa persona, confías en esa noticia”, subraya la farmacéutica.
En estos casos, añade, es más difícil ser críticos. “La persona que te lo manda no te lo manda para hacerte daño ni sabe que es mentira. Le pasa lo mismo que a ti, que se lo habrá mandado otra persona en la que confía”, destaca.
Por eso, Cachafeiro recomienda preguntar directamente a quien te lo ha mandado de dónde ha recibido esta información.
Comprueba la fuente e indaga si los estudios mencionados existen
Si sí que tienes más tiempo para poder identificar un bulo, una de las claves esenciales es comprobar la fuente. En muchas ocasiones los bulos sobre salud mencionan supuestos estudios de la Universidad de Harvard o la Universidad de Oxford que resultan no ser ciertos. Por eso, Samper recomienda comprobar si esa investigación existe.
“La forma más sencilla es buscar en Google y mirar si algún medio se ha hecho eco de este estudio o si algún verificador ha desmentido este contenido”, señala. Si no sale nada, es probable que hayamos identificado un bulo.
Por ejemplo, en 2021 circuló un bulo que afirmaba que la granada “puede convertirse en un arma contra la COVID-19, según los resultados de cinco investigaciones”. Como verificamos en Newtral.es, los estudios existían, pero habían sido malinterpretados. Ante la duda, lo mejor es ir a páginas web de fuentes oficiales y fiables, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Ministerio de Sanidad, o consultar directamente con profesionales de la salud.
Lee más allá del titular para identificar un bulo sobre salud: el estudio puede ser en ratones
Tanto Samper como Cachafeiro coinciden en que muchas desinformaciones se originan por “quedarse en el titular”. “Si te metes en la noticia y lees el contenido es más fácil darse cuenta si una noticia no tiene sentido. Con solo el titular, es más fácil que te la cuelen”, señala Cachafeiro.
De hecho, muchas veces una noticia sobre salud no es falsa, sino que el titular simplifica la información. “Algo que suele repetirse es que unos científicos “curan el cáncer”. Luego lees el contenido en detalle y resulta que habla sobre un estudio en ratones o en células de laboratorio que no se puede extrapolar a humanos”, afirma Samper. De esta forma, puede originarse una desinformación. “Funciona como un teléfono estropeado”, especifica la médica.
Este caso es tan común que hasta existe una cuenta de Twitter llamada ‘Just says in mice’ (Solo dice en ratones), con más de 70 mil seguidores, y que se dedica a mencionar artículos de medios con la frase “en ratones” en los casos en los que el titular no es claro sobre los estudios que hace referencia.
Un ejemplo reciente fueron los titulares que atribuían a los taninos del vino propiedades para combatir la COVID-19. En realidad, como verificamos en Newtral.es, se trataba de una investigación en células que de ninguna manera se podía extrapolar a seres humanos.
Cuidado con la información desactualizada de medicamentos
Cachafeiro también recomienda comprobar que la fecha de publicación del texto sea reciente. “Cada cierto tiempo vuelven a aparecer bulos sobre medicamentos o componentes que ya han sido retirados del mercado. A lo mejor hace veinte años que se retiró, pero el mensaje de que son tóxicos vuelve a salir”, señala la farmacéutica.
Por eso, para identificar un bulo es importante comprobar la fecha y cerciorarse de que la información sobre ese medicamento o problema de la salud está actualizada. En cualquier caso, si se tienen dudas lo mejor es no compartir y frenar la difusión de un bulo. Además, siempre puedes consultarnos a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp.
Fuentes
Declaraciones a Newtral.es de María José Cachafeiro, farmacéutica y colaboradora de la iniciativa #SaludSinBulos
Declaraciones a Newtral.es de Esther Samper, médica y comunicadora sanitaria
Me está infiltrando en la rodilla plasma de mi sangre,¿me han dicho que regenera el cartílago , es verdad?? Gracias.