Huelga de árbitras en la Liga F: las claves del primer conflicto de la Liga Profesional de Fútbol Femenino

Huelga de árbitras en la Liga F: Villarreal y Real Madrid saltan al campo sin colegiadas. FOTO EFE/ Doménech Castelló
Huelga de árbitras en la Liga F: Villarreal y Real Madrid saltan al campo sin colegiadas. FOTO EFE/ Doménech Castelló
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La primera jornada de la Liga F, como se ha denominado a la primera Liga Profesional de Fútbol Femenino (LPFF), prometía ser el inicio de una nueva era para las mujeres en el fútbol. Sin embargo, con la huelga de las árbitras y la suspensión de todos sus partidos, la competición ha comenzado con una clara división entre la entidad organizadora y la Federación, esta vez a cuenta de las condiciones económicas del cuerpo arbitral.

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«El deporte femenino español ha vivido uno de los episodios más tristes de su historia», decía en un comunicado la Liga F. El inicio, resaltan, «se vio dinamitado por el siniestro interés de dirigentes que llevan tiempo intentando impedir a toda costa la profesionalización del fútbol femenino». Con este texto, se referían al último conflicto con la Real Federación Española de Fútbol.  

En referencia a estas declaraciones, las árbitras -desde la sede de la Federación- insistían este lunes en que nadie estaba interviniendo por ellas. En una rueda de prensa, recalcaron que la decisión de parar fue exclusivamente suya, de forma independiente. “No recibimos órdenes de nadie, no dejamos que decidan por nosotras. Nuestra casa es la RFEF, les invitamos a que vengan aquí a negociar”, expresó Marta Huerta.

¿Qué reclaman las árbitras de la liga femenina de fútbol?

Con la profesionalización de la primera división femenina de fútbol, el papel de la Federación ha sido reducido a la regulación de las normas de juego, entre ellas el arbitraje. En este contexto, el 2 de septiembre, las árbitras Marta Huerta y Guadalupe Porras hablaban de las condiciones de sus compañeras de cara a la huelga. “Si queremos una liga profesional, es importante que las árbitras tengan contrato. Somos el único estamento que no lo tiene». 

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Escasas horas antes del inicio de la Jornada 1 de la Liga F, la Federación emitió un comunicado amenazando con una huelga de las árbitras. “No es concebible que el estamento arbitral sea el único que quede al margen de un crecimiento que consideramos tan justo como necesario. Deseamos prestar el mejor servicio posible al fútbol y eso pasa por disponer de unas condiciones laborales asimilables que nos permitan dedicar el tiempo necesario imprescindible que requiere estar en una competición profesional”.

En cada encuentro de la jornada, las futbolistas de ambos equipos saltaron al terreno de juego con la intención de jugar su partido, pero en todos ellos se vivió la misma circunstancia. La ausencia de cuerpo arbitral supuso la suspensión de todos los encuentros, trasladando la negociación a esta semana. “Era un grito de auxilio, no hemos puesto la pistola a nadie en la nuca. No somos nosotras las que hemos bloqueado el fútbol, somos parte y queremos crecer al mismo nivel. Es ahora cuando tenemos una liga profesional”. 

En esta rueda de prensa, las árbitras pidieron un contrato laboral con salario mínimo. “Estamos reivindicando derechos como cobrar si nos lesionamos o enfermamos”, decían, incidiendo en que el dinero que manejan es una sexta parte de lo que cobran los árbitros en la primera división masculina y un tercio de lo que ingresan en la segunda división. Es decir, su intención es acordar unos ingresos de 21.000 euros que crecerían progresivamente con los años hasta los 50.000 euros.  

De esta cantidad total habría que descontar desplazamientos, hoteles, intercomunicadores, seminarios o ropa para establecer un salario. “No es exclusivamente lo que vamos a cobrar sino la estructura. Queremos firmar un contrato. No hemos paralizado el fútbol”. 

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¿Qué cambios ofrece la Liga F ante la huelga de las árbitras?

Hasta la fecha, el conjunto arbitral recibía 3.300 euros por partido, que se repartía en 300 euros para la árbitra principal, 168 para la asistente y 75 para el informador. El resto de la cuantía se destinó, según la Federación, a gastos de desplazamientos y dietas. Desde la liga insisten en que desconocen por qué las árbitras no recibían el pago íntegro. 

Esta temporada, La liga F ofrece la misma cantidad reduciendo el concepto al salario y dejando al margen el resto de gastos (dietas, viajes y formación). Es decir, cada árbitra recibiría 1.650 euros y cada asistente ingresaría 875 euros por partido. 

La Liga F pretende abordar la situación de la huelga directamente con las árbitras, a las que citó sin intermediarios. “Es necesario que puedan escuchar y negociar libres”, dicen en un comunicado. “Estamos convencidos de que la RFEF, que no es un sindicato, no tendrá inconveniente alguno en separar ambas conversaciones ni impedirá a las árbitras reunirse ellas solas. Libres de ataduras e intereses ajenos, será mucho más sencillo llegar a un acuerdo”. 

En la rueda de prensa, las árbitras recalcaron que no se sentarán a negociar en la sede de la Liga F ya que se sienten denunciadas y amenazadas por la misma, insistiendo en que son los dos organismos quienes tienen que sentarse a negociar y, si no existiese un acuerdo, el Consejo Superior de Deportes (CSD) “debería intervenir”. 

Cuestionadas por los motivos de la ausencia de parón en Primera RFEF y Copa de la Reina, donde tienen las mismas condiciones económicas, la responsable del arbitraje femenino de la RFEF, Yolanda Parga, insistía en que son el único estamento no profesional en una categoría profesional

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