Fact Fiction

‘Nomadland’, ‘Mank’ o ‘Minari’: La historia real de las películas nominadas al Óscar 2021

Tiempo de lectura: 9 min

La 93ª entrega de los Óscar culmina una temporada cinematográfica atípica debido a la pandemia de coronavirus, que ha provocado el cierre de las salas durante meses en casi todo el mundo. A pesar de la escasez de estrenos, algunas plataformas de vídeo bajo demanda han dado salida a películas pensadas para su estreno en pantalla grande y que han acabado nominadas en la categoría principal de los Premios Óscar.

Publicidad

En un año especialmente duro, la realidad ha sido protagonista de la ficción: cinco de las ocho nominadas a mejor película en los Óscar 2021 están basadas en una historia real, por lo que las hemos sometido a nuestro Fact-Fiction.

Nomadland: la vida sobre ruedas de un millón de estadounidenses

La directora china Chloé Zhao se hizo con el Globo de Oro a mejor dirección y el de mejor película por una historia que adapta un libro de no ficción que la periodista Jessica Bruder publicó en 2017 acerca de los nómadas modernos: Un millón de estadounidenses que viven en sus propios vehículos, según cifras que la Asociación de la industria de vehículos recreativos estadounidense ofrece a The Washington Post.

La protagonista, Fern (interpretada por Frances McDormand) es, en realidad, un personaje ficticio que pone de relieve la situación que viven estos nómadas. Algunos, por elección; la mayoría, como la única salida posible a la sacudida que la crisis de 2008 supuso en sus vidas. Gran parte de estos nómadas modernos que vive en su furgoneta o en su caravana son parte de la generación de los baby boomers o, incluso, mayores.

Publicidad

Mientras que alguno de los más acomodados que ha elegido disfrutar de este estilo de vida, puede teletrabajar desde su autocaravana; otros sobreviven a base de encadenar trabajos temporales como personal de limpieza en las zonas de acampada, empleados en granjas o viñedos, como vigilantes de parques naturales o, incluso, en compañías como Amazon que, como puede verse en la película, tienen programas específicos de reclutamiento de nómadas para el refuerzo de la campaña de invierno.

Los productores de la película contrataron a algunos nómadas para que hicieran de sí mismos y acompañasen al personaje de Frances McDormand en su viaje de autodescubrimiento por los parajes estadounidenses.

Judas y el mesías negro: un infiltrado en los Panteras Negras

Fred Hampton (Daniel Kaluuya) fue uno de los líderes del Partido de los Panteras Negras, una organización marxista que luchaba contra la segregación racial en Estados Unidos y que estaba en la mira del FBI. Este mesías negro tuvo su propio Judas: la agencia federal infiltró a un timador en la organización que dirigía Hampton para obtener información y acabar con su figura.

Publicidad

La película no entra en muchos detalles, dando por supuesto que el espectador conoce quiénes eran los Panteras Negras, el propio Fred Hampton o J. Edgar Hoover, director del FBI. En Fact-Fiction explicamos el contexto detrás de esta historia y los motivos reales que llevaron al informante Bill O’Neal a traicionar a Hampton.

En realidad, O’Neal tenía solo 17 años cuando se convirtió en informante del FBI (su intérprete, Lakeith Stanfield, tiene 29). De acuerdo al propio informante, el agente del FBI, Roy Mitchell (Jesse Plemons) le reclutó cuatro meses después de que decidiera robar un coche junto a un amigo con el que se encontraba en estado de embriaguez. Como en el film, Mitchell le habría ofrecido ser informante a cambio de retirar los cargos contra él.

Bill no vendió a Hampton por 30 monedas de plata, lo hizo por 300 dólares al mes. Se unió a los Panteras Negras en noviembre de 1968, convirtiéndose en el jefe local de seguridad y actuando como el guardaespaldas de Hampton

Publicidad

Dos de los guionistas de la película, los hermanos Kenny y Keith Lucas explicaron en Decider que la única fuente con la que contaron para elaborar esta parte del guion fue la transcripción completa de la entrevista que O’Neal concedió a la cadena PBS en 1989 para el programa documental Eyes on the Prize, del que la película muestra algún fragmento.

Durante la entrevista, O’Neal considera que no traicionó a nadie porque “no sentía ninguna lealtad hacia los Panteras” y asegura que se convirtió en una “mejor persona” gracias a su trabajo con el FBI. Se suicidaría la mañana del día que se estrenaba la temporada de Eyes on The Prize, el 15 de enero de 1990. Aunque su entrevista, póstuma, no se emitiría hasta un mes después.

El juicio de los 7 de Chicago: cuando la libertad de expresión estuvo en juego

Sobre héroes e idealismo estadounidense sabe mucho Aaron Sorkin. El cineasta estrenó en Netflix su versión sobre El juicio de los 7 de Chicago relatando el proceso por el que, en 1969 varias personas fueron acusadas de conspirar para iniciar unos disturbios contra la policía. El guion de Sorkin traza varios paralelismos entre aquella época y la actual a través de situaciones como la crisis económica, los disturbios raciales o la violencia policial producidos durante los últimos años.

En líneas generales, la trama se adecúa a los hechos históricos —incluyendo la sorprendente actitud del juez Julius Hoffman (Frank Langella), recogida por la prensa de la época— debido a que el libreto está basado en las transcripciones del juicio. Eso no impide, sin embargo, que el guion esté aquejado de cierto maniqueísmo.

El libreto apenas indaga en las motivaciones de la acusación liderada por el fiscal Richard Schultz (Joseph Gordon-Levitt) —quien, en la vida real, era definido como “el pitbull del Gobierno” por su carácter implacable— y posiciona directamente al espectador del lado de los acusados, glorificando a cada uno de los personajes en sus actos y en sus diálogos.

El final, una de las escenas más potentes de la película, también es puro Hollywood: El personaje al que interpreta Eddie Redmayne, Tom Hayden nunca leyó los nombres de los caídos en Vietnam en su alegato final. Se permitió hablar a todos los acusados, y sus discursos, aunque menos cinematográficos, no fueron menos inspiradores.

Minari: La historia sobre el sueño americano que los Globos de Oro considera “extranjera”

La ganadora del Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa es un emotivo film estadounidense acerca de una familia de origen coreano que busca un futuro mejor para sus hijos basada, en parte, en la propia experiencia del director de la película cuando era pequeño.

Pese a todo, Lee Isaac Chung explicaba en The Hollywood Reporter que esta película sobre no debe entenderse como un documental sobre su vida o que solo tratase de criticar el sueño americano.

La presencia de Minari en la categoría de mejor película de habla no inglesa ha despertado polémica sobre la oficialidad del inglés como lengua estatal en Estados Unidos. El film está rodado, principalmente, en coreano, pero la película es estadounidense (la produce Brad Pitt, a través de su compañía Plan B).

El problema es que EE.UU no cuenta con ninguna lengua oficial a nivel federal. «Los padres fundadores no vieron la necesidad de declarar una”, contó a CNN el Dr. Wayne Wright, profesor de Lengua y Literatura en la Purdue University. Desde 2005, cada dos años el congresista republicano Steve King remite al Congreso la Ley de Unidad del Idioma Inglés tratando de lograr que el inglés sea la lengua oficial del país, pero el proyecto nunca ha obtenido los apoyos necesarios.

La polémica de los Globos de Oro ha hecho que la película genere cierto debate. «La suposición es que si tienes rostro asiático, no debes ser de aquí”, criticaba la socióloga y autora de Reel Inequality: Hollywood Actors and Racism, Nancy Wang Yuen en CNN.

«Es genial que se estén haciendo estas películas, pero es terrible que estén en las categorías de idiomas extranjeros», dice Yuen. «No deberíamos ser castigados por contar historias de estadounidenses que no se han contado antes”. La socióloga cree que considerar Minari como “una película extranjera”, no ayuda a acabar con “el estereotipo perpetuo de extranjeros con el que los estadounidenses de origen asiático están lidiando”.

Mank: David Fincher cuenta en Netflix su versión sobre la creación de Ciudadano Kane

El director David Fincher escogió un guion de su difunto padre para hablar en Netflix sobre la disputa de la autoría de Ciudadano Kane, mítico film de Orson Welles que frecuentemente se ha considerado como la mejor película de la historia.

Hoy en día se desconoce con exactitud quién es el autor del guion de dicha obra, si el propio Mank, contratado por RKO como “escritor fantasma” de Ciudadano Kane, o si fue Orson Welles, ya que los dos creadores reclamarían, por separado, su autoría.

La visión de Fincher se posiciona del lado de su protagonista, Herman Mankiewicz, proponiendo que este habría ideado y escrito el guion sin la colaboración de Welles. Esta teoría se basa en un ensayo publicado por el crítico de cine de The New Yorker’s, Pauline Kael que, en 1971, publicó una defensa de 50.000 palabras que apoya esta idea.

El ensayo, que sería desacreditado posteriormente, es el germen del que surgió el guion de Mank. Según aclaró David Fincher en The New York Times, la cuestión que trata de resolver su película no es discernir “quién escribió qué”, sino que “estaba interesado en hacer una película sobre un hombre que accedió a no atribuirse ningún mérito. Y quien luego cambió de opinión”.

0 Comentarios

Ya no se pueden publicar comentarios en este artículo.