La OMS reconoce con un premio que Henrietta Lacks fue fundamental para la investigación del papiloma pero también víctima del racismo médico

Henrietta Lacks OMS
Manifestación contra el racismo en Estados Unidos | Shutterstock
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Henrietta Lacks tenía 31 años cuando falleció a causa de un cáncer de cuello de útero causado por el virus del papiloma humano (VPH). Era octubre de 1951 y, unos meses antes, en el Hospital Johns Hopkins (Baltimore, Maryland), un médico le extrajo muestras de las células cancerosas. Lo hizo sin su conocimiento ni su consentimiento.

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Como explica la revista científica Nature, en el laboratorio, “aquellas células resultaron tener una capacidad extraordinaria para sobrevivir y reproducirse; eran inmortales”. El descubrimiento, una primera línea celular inmortal que llamaron HeLa (por las siglas de Henrietta Lacks), supuso un avance científico sin precedentes: permitió desarrollar la vacuna contra el VPH, la vacuna contra la poliomielitis, fármacos contra la infección por el VIH y, más recientemente, ha sido clave en la investigación acerca de la COVID-19, tal y como expone en este comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Precisamente, este octubre en el que se cumplen 70 años de su fallecimiento, la OMS le ha otorgado un premio póstumo a Henrietta Lacks. No se trata tanto de un reconocimiento como de un acto de reparación: “Sorprendentemente, la comunidad científica mundial ocultó en su día la raza de Henrietta Lacks [era una mujer afroamericana] y su verdadera historia, un error histórico que tratamos de subsanar”, apunta la OMS. 

“Al rendir homenaje a Henrietta Lacks, la OMS destaca la importancia de reconocer las injusticias científicas del pasado y de promover la equidad racial en la salud y la ciencia”, señala Tedros Adhanom, director general de la OMS. “También es una oportunidad para reconocer a las mujeres —en particular a las mujeres racializadas— que han hecho contribuciones increíbles, pero a menudo inadvertidas, a la ciencia médica”, añade Adhanom.

Henrietta Lacks OMS
Henrietta Lacks | Foto distribuida por la OMS

Henrietta Lacks y el racismo en Medicina

El John Hopkins, como señala Nature en su artículo sobre Lacks, era uno de los pocos hospitales que procuraban asistencia sanitaria a personas negras. Y tomar la muestra sin siquiera preguntarle fue un acto de racismo, como reconoce ahora la OMS al otorgarle el premio póstumo. También lo fue no consultar a la familia acerca de la reproducción masiva de esta línea celular, sin posibilidad de recibir ningún tipo de compensación económica a pesar de que la comercialización era mundial.

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La muestra de su tumor resultó ser la primera línea inmortal de células humanas que se dividía indefinidamente en un laboratorio. Esto permitió reproducirlas en masa y poder desarrollar la vacuna contra el VPH, pero también, recientemente, esta línea celular inmortal ha tenido un papel relevante en la investigación para la vacuna contra la COVID-19. También ha permitido realizar descubrimientos en ámbitos como la oncología, las infecciosas, la inmunología e, incluso, en el de la reproducción asistida.

Así, con las células de Lacks se hizo una producción masiva “con fines lucrativos y sin que su familia recibiese ningún reconocimiento”, como explica la OMS en su comunicado. Ha llegado a contribuir, apunta este organismo, en más de 75.000 estudios científicos, pero no fue hasta 2013 cuando la familia de Lacks consiguió alcanzar un acuerdo con el National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos para la distribución de la línea celular de Henrietta. 

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El cáncer de cuello de útero, mayor prevalencia en mujeres negras

La OMS recuerda que las mujeres negras se ven desproporcionadamente afectadas por el cáncer de cuello de útero, una enfermedad cuya causa principal es el virus del papiloma humano: “Los estudios realizados en varios países documentan sistemáticamente que las mujeres negras mueren de cáncer del cuello uterino a un ritmo varias veces superior al de las mujeres blancas, mientras que 19 de los 20 países con mayor carga de cáncer del cuello uterino se encuentran en África”, apunta la OMS. 

A esto se une el hecho de que el acceso a la vacuna contra el VPH es desigual: “En 2020, menos del 25% de los países de ingresos bajos y menos del 30% de los países de ingresos medianos bajos tenían acceso a la vacuna contra el VPH a través de sus programas nacionales de inmunización, en comparación con más del 85% de los países de ingresos altos”, señala la OMS. 

Por ello, la bisnieta de Henrietta Lacks, Victoria Baptiste, declaraba a la OMS: “Mi familia se solidariza con nuestras hermanas de todo el mundo para garantizar que ninguna otra esposa, madre o hermana muera innecesariamente de cáncer del cuello uterino”.

“Como enfermera titulada, me siento orgullosa de estar aquí hoy para honrar el legado de mi bisabuela, abogando por garantizar un acceso equitativo a los avances que sus células HeLa propiciaron, como la vacuna contra el VPH. Es justo que, al conmemorar el 70 aniversario de las células HeLa de Henrietta Lacks y de su prematuro fallecimiento, nos apoyemos en su legado para garantizar un acceso equitativo de todas las personas a los avances en la prevención y el tratamiento del cáncer”, añadía Baptiste. 

Fuentes consultadas

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  • Comunicado de la Organización Mundial de la Salud sobre el reconocimiento a Henrietta Lacks
  • Henrietta Lacks: science must right a historical wrong (Nature, 2020)
  • The HeLa Genome: An Agreement on Privacy and Access (National Institutes of Health, 2013)

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