Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, autorizó el pasado sábado el bombardeo de tres instalaciones nucleares en Irán. La decisión la tomó sin la aprobación previa del Congreso cuando, según la Constitución estadounidense, solo el poder legislativo puede declarar la guerra.
- La decisión del presidente de bombardear el suelo iraní fue cuestionada por políticos demócratas y republicanos, que le acusaron de violar la Carta Magna del país al involucrar a Estados Unidos en un conflicto cada vez más profundo en Oriente Medio.
- La administración Trump discrepa. “Esto no es una guerra contra Irán”, declaró el secretario de Estado, Marco Rubio, a Fox News un día después del ataque, insinuando que la acción militar no requería la aprobación del Congreso.
Lo cierto es que presidentes de ambos partidos han lanzado acciones militares sin la autorización del Congreso. Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama o Ronald Reagan lanzaron “operaciones militares” en países como Siria, Afganistán e Irak sin su aprobación. Así lo expone la politóloga Sarah Burns en su investigación publicada en The Conversation.
¿Qué dice la Constitución de Estados Unidos sobre el poder para declarar la guerra?
El artículo I, sección 8 de la Constitución de Estados Unidos atribuye al Congreso el derecho a declarar la guerra. No obstante, la cuestión se complica con el artículo II, sección 2 de la Constitución, que permite al presidente utilizar el ejército en determinadas situaciones sin la aprobación previa del Congreso.
- De hecho, según el análisis del verificador estadounidense Politifact, la última vez que el Congreso declaró la guerra fue al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando Franklin Roosevelt era presidente.
El resultado de la guerra de Vietnam endurece la legislación
Tras el desastre de la guerra de Vietnam, el Congreso aprobó en 1973 la Resolución de Poderes de Guerra, en un intento de limitar el poder presidencial para iniciar o mantener acciones militares sin aprobación legislativa.
- Según este texto (sección 3) el presidente debe, en todos los casos posibles, “consultar con el Congreso antes de introducir a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en hostilidades o en una situación en la que la participación inminente en hostilidades esté claramente indicada por las circunstancias”.
- La resolución exige (sección 5) que, en ausencia de una declaración de guerra, el presidente debe informar al Congreso en un plazo de 48 horas tras el despliegue de tropas en combate y debe poner fin al uso de las fuerzas armadas estadounidenses en un plazo de 60 días, a menos que el Congreso permita lo contrario. Si no se concede la aprobación y el presidente considera que se trata de una emergencia, se conceden 30 días adicionales para poner fin a las operaciones, indica el texto.
¿Por qué, a pesar de la legislación, los presidentes no piden la aprobación del Congreso para declarar la guerra?
Según el análisis de Sarah Burns, la Resolución de los Poderes de Guerra contiene “muchas lagunas” que los presidentes han aprovechado para actuar unilateralmente. “Por ejemplo, permite a los presidentes emprender operaciones militares sin la aprobación del Congreso durante un máximo de 90 días”, indica la politóloga. “Y resoluciones más recientes del Congreso han ampliado aún más el control del ejecutivo”, asegura.
Estas resoluciones son las “autorizaciones para el uso de la fuerza militar”, un vehículo legislativo que “se ha convertido en la versión moderna de una declaración de guerra”, explica Mark F. Cancian, asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un think tank de seguridad nacional, a Politifact.
Entre los presidentes que han recibido una autorización legislativa de este tipo se encuentran:
- Ronald Reagan, para supervisar la entrega de la península del Sinaí de Israel a Egipto y, en otro caso, para participar en un despliegue en el Líbano que terminó con un atentado suicida en el que murieron 241 militares estadounidenses.
- George H. W. Bush, para expulsar al iraquí Saddam Hussein de Kuwait.
- Bill Clinton, para una operación militar en Somalia.
- George W. Bush, tanto para intervenir en Afganistán tras los atentados del 11-S como, posteriormente, para derrocar a Hussein en lo que se convertiría en la Guerra de Irak.
El gobierno socialista atacando jueces y a la guardia civil, manipulando los medios de comunicacion, corrupción por todas partes de miembros del gobierno, mentiras contantes, silenciando periodistas, amnistiando delincuentes, ninguna dimisión... eso no os parece una dictadura
claro. Claro que este comentario no lo publicareis, porque ya os conocemos. No vayan a momestarse los jefes...