El ‘caso Isadora’ supuso dos años de persecución judicial contra dicha clínica en manos de tres agentes de la Guardia Civil que llegaron a manipular la realidad, según el juez que archivó la causa, con tal de probar que ahí se practicaban abortos ilegales. La acción de los tres agentes del SEPRONA se “sustentó sobre meras sospechas subjetivas, carentes de todo fundamento, y ello cuando menos, combinada con una rechazable técnica inquisitorial tendente a tratar de buscar algún delito”, recogía el auto del magistrado Ramiro García de Dios que ponía fin a una causa de dos años y medio —de febrero de 2007 a octubre de 2009— contra tres médicos de Isadora.
En esos dos años y medio, dos de los tres guardias civiles al mando de dicha operación fueron condecorados. Según ha podido saber Newtral.es, el entonces capitán José Cachinero López recibió en noviembre de 2008 la Cruz de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil, con distintivo blanco. Esta misma distinción la recibió el entonces alférez Juan José Azabal Iglesias en junio de 2008.
- Esta condecoración se otorga para “premiar las acciones o conductas de extraordinario relieve que redunden en prestigio del Cuerpo e interés de la Patria”, tal y como consta en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Esto implica que unos meses después de que estos guardias civiles hubiesen identificado a las pacientes que habían abortado en la clínica Isadora para presentarse en sus casas e interrogarlas fuera de sede judicial, fueron condecorados.

En esta exhaustiva investigación puedes leer tanto una reconstrucción detallada del ‘caso Isadora’, una operación orquestada por tres guardias civiles del SEPRONA, como el testimonio de una de las mujeres que fue llamada a declarar por haber abortado en dicha clínica.
No solo acudieron a los domicilios de mujeres que habían abortado, sino que los guardias civiles requisaron unos bidones sin orden judicial, mandaron fetos a analizar por si habían llegado a respirar fuera del útero (es decir, si eran bebés que habían nacido y luego los habían matado), y llegaron a intervenir el teléfono de la psiquiatra de la Clínica Isadora. Todo esto en connivencia con el juez José Sierra Fernández, entonces titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid.
Antes de caer en este juzgado, el 47, los guardias civiles acudieron a otro, al número 6, que no admitió el escrito por basarse en elucubraciones. A pesar de esta primera inadmisión, los guardias civiles esperaron unos días y volvieron a los juzgados, ocultando la primera denegación judicial, algo que podría llegar a suponer estafa procesal.
Interior aseguró que los investigaría pero después fueron condecorados
Mientras el entonces departamento de Alfredo Pérez Rubalcaba aseguraba que Interior estaba investigando la acción de los agentes, esa misma cartera estaba condecorando a José Cachinero López y a Juan José Azabal Iglesias con la cruz con distintivo blanco.
Además, en febrero de 2009, cuando la causa contra Isadora seguía abierta, Azabal Iglesias recibió la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, una distinción que otorga Defensa solo a aquellos guardias civiles que cuentan con una “conducta intachable” a lo largo de su carrera, tal y como recoge el BOE.
- En ese momento, era Carme Chacón quien estaba al frente de Defensa.

Fuentes de la Guardia Civil explican a Newtral.es que “aunque no es una condecoración extraordinaria, tampoco la tiene todo el mundo ni es común”. “Es algo que se codicia, que se desea, porque otorga una distinción diferente al suponer un prestigio profesional relevante”, añaden.
Según explica esta misma fuente, para conceder la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo “se mira todo”: “Si hay causas abiertas, sus notas y calificaciones, si tiene algún expediente abierto…”. Y la cuestión es que, cuando le conceden esta distinción al entonces alférez Juan José Azabal Iglesias, había un procedimiento abierto, tal y como había reconocido el propio Rubalcaba en abril de 2008.
El ministro de Interior alegó entonces que no actuaría hasta que no hubiese terminado el proceso judicial contra Isadora para preservar la independencia.
El procedimiento abierto en cuestión era una información reservada, que es el paso previo a una posible apertura de expediente. Como hemos podido comprobar a través del acceso a la causa, la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil envió al menos en dos ocasiones un oficio al Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid para recabar información sobre la actuación de estos tres guardias civiles.
Así que en el momento en que se concedió la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo a Juan José Azabal Iglesias por su “conducta intachable”, el Ministerio de Defensa —órgano competente en este caso—, debía ser conocedor de que había una información reservada abierta para analizar precisamente la conducta de Azabal Iglesias en el ‘caso Isadora’.
El segundo de los oficios enviado por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil a tenor de la información reservada abierta llegó días después del archivo de la causa, en octubre de 2009. El auto de archivo señalaba que la operación contra la clínica Isadora había sido “diseñada” por tres guardias civiles del SEPRONA: el entonces capitán José Cachinero López, el entonces alférez Juan José Azabal Iglesias y un sargento cuyo nombre todavía desconocemos. En el oficio, el comandante José Quetglas solicita dicho auto “por ser necesario para depurar las posibles responsabilidades en las que pudieran haber incurrido en la referida actuación los miembros de la Guardia Civil intervinientes en la misma”.
Tanto Cachinero López como Azabal Iglesias han seguido ascendiendo en su carrera
¿Qué ocurrió con esa información reservada? Desconocemos si finalmente dio lugar a la apertura de un expediente y si este expediente conllevó sanción alguna o no. En octubre de 2009, tras archivarse la causa, Rubalcaba aseguró que Interior, ahora que ya había un auto judicial definitivo, depuraría responsabilidades. Pero esa afirmación fue lo último que se supo.
Tanto el Ministerio del Interior como la Guardia Civil aseguran a este medio que no pueden facilitar información alguna sobre el procedimiento que se inició para analizar la conducta de estos guardias civiles, ya que para ello tendrían que entrar en sus fichas personales y eso no es posible por la ley de protección de datos. También hemos solicitado esta información a través del portal de Transparencia pero a fecha de publicación de este reportaje no hemos recibido respuesta. Por tanto, no podemos saber qué ocurrió con aquella información reservada.
Sí sabemos que los entonces capitán y alférez continúan en activo y han seguido ascendiendo en su carrera. José Cachinero López es teniente coronel y está destinado desde 2019 en la Academia de Oficiales de Aranjuez, donde hasta hace unos meses ejercía como director interino. Juan José Azabal Iglesias es capitán y está destinado desde 2020 en la Jefatura de Información —el servicio de inteligencia de la Guardia Civil— y es poseedor de un distintivo de permanencia de policía judicial.
Cachinero López también recibió la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, aunque en su caso fue en 2015, no en plena persecución contra Isadora como en el caso de Azabal Iglesias.
Como explicábamos, esta condecoración se otorga a conductas intachables a lo largo de la carrera. Por ello, fuentes de la Guardia Civil indican que “esto hace pensar que finalmente no se abrió expediente ni se les sancionó”. Esta fuente insiste en que “igualmente para dar estas condecoraciones se mira con lupa toda la carrera, por lo que haber recibido la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo es premiar y realzar conductas tan graves como en las que incurrieron estos guardias civiles”.
Además de haber sido condecorado en dos ocasiones en plena operación contra Isadora, Juan José Azabal Iglesias ha recibido desde entonces al menos otras seis condecoraciones. José Cachinero López también recibió una condecoración mientras estaba al mando de la persecución a Isadora, y desde entonces ha recibido al menos otras seis condecoraciones, entre ellas la mencionada de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo en 2015.
Este medio ha logrado contactar con el ahora teniente coronel José Cachinero López, quien ha asegurado en conversación telefónica que la de Isadora “fue una operación muy complicada”. Para hablar más en detalle de dicha cuestión ha remitido a prensa de la Guardia Civil, desde donde no han respondido a este medio. A través de este canal también hemos solicitado hablar con el ahora capitán Juan José Azabal Iglesias al no lograr contactar con él directamente. De momento no hemos obtenido respuesta.