El Grupo Wagner es una empresa militar privada, a la que el Consejo de la Unión Europea ha impuesto sanciones debido a sus actos destinados a “alimentar la violencia, saquear recursos naturales e intimidar a civiles en violación del Derecho internacional”. Después de operar en Ucrania en 2014, algunos expertos han recabado indicios de su participación en la actual invasión de Rusia a Ucrania, donde al menos 1.000 miembros estarían desplegados, según The New York Times.
La organización paramilitar, comandada por Dmitry Utkin y organizada por Yevgeniy Prigozhin, uno de los hombres de confianza de Vladímir Putin, está asociada con “violencia, crimen internacional y el asesinato de periodistas rusos”, explica la profesora Kimberly Marten en su análisis en la revista científica Post-Soviet Affairs.
Durante su intervención en la República Centroafricana, Naciones Unidas recogió varias acusaciones de tortura, desplazamientos forzosos, ataques a objetivos civiles y ejecuciones masivas cometidas por grupos de mercenarios rusos, entre ellos el Grupo Wagner.
Un nombre inspirado en el Tercer Reich
El Grupo Wagner operó por primera vez en Crimea en 2014. Allí formó parte de la estrategia fallida de Rusia para negar su implicación con los que fueron denominados pequeños hombres verdes (little green men), según recogió el estudio del Center for Strategic and International Studies (CSIC). Después también se ha confirmado su intervención en Libia, Siria, Sudán, Mali y la República Centroafricana, como señala el artículo de Marten, y las sanciones de la UE.
A su mando se encuentran Dmitry Utkin y Yevgeniy Prigozhin, según se explica en un artículo publicado por el think tank Carnegie Endowment for International Peace, ambos sujeto a las sanciones de la UE por este liderazgo.
La empresa recibe su nombre por el alias de Utkin, antiguo teniente coronel del Ejército ruso hasta 2013. Era apodado Wagner por su ideología neonazi inspirado por el compositor alemán Richard Wagner, cuyas piezas eran admiradas por Hitler.
El centro de investigación no gubernamental Res Publica, en Lituania, realizó una investigación sobre las conexiones entre Utkin y la simbología neonazi. Además de su apodo, el propio Utkin aparece en fotografías con varios tatuajes con símbolos nazis. Otros miembros del Grupo Wagner también han sido fotografiados con tatuajes y accesorios del Tercer Reich. Las imágenes fueron verificadas por el centro con el programa de reconocimiento facial Microsoft Azure.
Por otro lado, Prigozhin fue imputado en Estados Unidos por organizar una granja de troles que difundían desinformación en Estados Unidos. Tanto Prigozhin como Utkin están entre los afectados por las sanciones de la Unión Europea a Rusia.
Rusia no es la única nación que cuenta con empresas privadas como el Grupo Wagner
Equipos militares privados como el Grupo Wagner no son exclusivos de Rusia. Estados Unidos usó a empresas militares privadas (conocidas como PMC por las siglas en inglés de Private Military Companies) en Irak y Afganistán. La más famosa fue Blackwater (ahora llamada Academi), como se explica en el artículo de Post-Soviet Affair. Pero hay diferencias con otras milicias privadas al servicio de los Estados, entre ellas, que Rusia no las ha legalizado.
De hecho, el “mercenarismo” es ilegal, según el artículo 359 del Código Penal ruso, e inconstitucional, ya que la Constitución, en el artículo 13, prohíbe “la creación y actividades de organizaciones cuyo objetivo es la creación de unidades armadas”. Pero Putin firmó un decreto en 2018 que clasificaba como secreta la información sobre aquellos que colaboran con el servicio secreto del país, dificultando que se investigue e informe sobre él.
Rusia y el Grupo Wagner: menor coste económico y responsabilidad política
En general, los Estados usan las PMC porque tienden a tener menor coste económico a largo plazo y menos coste político: las bajas dentro del grupo no cuentan para las cifras oficiales del Gobierno, recoge Post-Soviet Affairs. También permite a los gobiernos evitar responsabilidades con mayor facilidad. En el caso de Rusia, el Grupo Wagner es un componente en la estrategia de guerra híbrida de Putin. En Ucrania en 2014, Marten señala que Rusia intentó negar su implicación.
Además, “si operan de manera ilegal pueden ser amenazados con penas de prisión en cualquier momento. Aseguran su lealtad”, explicaron Tor Bukkvoll y Åse Gilje Østensen en su artículo de investigación sobre los usos que hace Rusia de los PMC.
Las dificultades para investigar sobre el Grupo Wagner
Al tratarse de una organización que ‘no existe’ de manera oficial, es complicado obtener información sobre el Grupo Wagner, incluso sobre su tamaño. Marten estimó, a partir de una filtración de las nóminas del grupo en 2018, que se trata de unos 3.600 empleados, y Reynolds estima que podrían llegar a unos 5.000.
Rusia es uno de los países más difíciles para los periodistas según el informe anual de Reporteros sin fronteras de 2021, que lista al país en el número 150 de 180 en cuanto a libertad de prensa. Artículos de varios centros de investigación han establecido vínculos entre los riesgos para la prensa y el Grupo Wagner.
Por ejemplo, en 2018 tres periodistas rusos que estaban grabando un documental sobre las actuaciones del Grupo Wagner en la República Centroafricana fueron asesinados, como recoge Reporteros Sin Fronteras (RSF). Ese mismo año, el disidente Piotr Verzilov fue envenenado mientras investigaba la muerte de los tres periodistas. Otro periodista ruso, Maksim Borodin, que investigaba las acciones del Grupo Wagner en Siria, se precipitó desde su balcón en un quinto piso. Aunque se dictaminó por las autoridades rusas que fue un suicidio, días antes el periodista le había dicho a sus amigos que había descubierto hombres enmascadaros en su edificio intentando entrar en su piso, según recoge Marten y varios medios internacionales como The Guardian o The New York Times.
Fuentes:
- Reporteros Sin Fronteras
- Naciones Unidas
- Res Publica – The Center for Civil Resistance
- Russia’s use of semi-state security forces: the case of the Wagner Group. Kimberly Marten
- Russian Use of Private Military and Security Companies – the implications for European and Norwegian Security. Østensen, Åse Gilje; Bukkvoll, Tor
- Kathleen Hicks. Recalibrating U.S. Strategy toward Russia. Center for Strategic and International Studies
- Carnegie Endowment for International Peace. Putin’s Not-So-Secret Mercenaries. Nathaniel Reynolds