“El único hombre al que alguna vez le tuve miedo fue una mujer llamada Griselda Blanco”. Con esta cita atribuida al famoso narcotraficante Pablo Escobar arranca la serie Griselda (disponible en Netflix). La Viuda Negra, la Madrina o la Reina de la Coca son algunos de los apodos con los que se conocía a Griselda Blanco –interpretada por Sofía Vergara–, la mujer que llegó a controlar parte del mercado de la cocaína en Estados Unidos.
A lo largo de seis capítulos, la obra narra el ascenso en el mundo del narcotráfico de la Madrina y sus estrategias hasta convertirse en una de las mujeres más temidas de la década de los 70 y 80, tanto en Miami como en su país de origen, Colombia. No obstante, la serie se ha tomado ciertas licencias creativas a la hora de narrar la historia real de Griselda. Analizamos en este Fact-Fiction los hechos reales y ficticios de la serie.
El ascenso de Griselda: la historia real frente a la serie
La ficción presenta en el primer capítulo a Griselda Blanco como una mujer que, dentro del mundo del narcotráfico, asesoraba en sus inicios a su entonces marido, Alberto Bravo, sin tener protagonismo. “Sin mí no eres nada, vamos a ver qué tan lejos llegas”, le dice en la serie Bravo a Griselda después de obligarla a acostarse con su hermano, Fernando Bravo, aunque no hay pruebas ni testimonios que respalden dicho suceso. Es ahí cuando la Madrina le pega un tiro que acabaría con la vida del narco.
No obstante, hay distintas teorías sobre el asesinato de Bravo. Una de ellas apunta a que le mató por robarle parte de las ganancias del negocio, como señala InSight Crime, un think-tank formado por periodistas que estudian el crimen organizado y la seguridad ciudadana en América Latina y el Caribe. El periodista colombiano José Guarnizo respalda otra: “Hay un montón de testimonios y documentos que indican que a Alberto Bravo (…) lo mata un ala del cartel de Medellín en la que estaban varios de los narcotraficantes que aparecen en la serie”, explica para la BBC.
Aunque en la serie Griselda parece asustada, la protagonista ya tenía una estrecha relación con el mundo de la droga y la violencia. Según el periodista Ethan Brown en un perfil de la narcotraficante publicado en el medio colombiano El Tiempo, el primer asesinato cometido por Griselda podría haber sido cuando era una niña de apenas 11 años.
La Reina de la Coca arranca su propio imperio desde Miami, como retrata la serie, y es a partir de ahí cuando empieza a expandirse, dejando tras de sí una oleada de crímenes. “La llegada de (Griselda) Blanco a Florida fue el catalizador de la guerra contra la droga en Miami”, señala en su web el centro de desintoxicación Recovery First. “Un abogado de Miami afirmó que las acciones de Griselda Blanco fueron las que obligaron al gobierno estadounidense a reconocer que Miami tenía un grave problema con la cocaína”, concluyen.
Como recoge InSight Crime, “Griselda Blanco fue una de las figuras más importantes en la expansión del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, siendo pionera de rutas y métodos de tráfico que marcaron el negocio durante décadas”.
El negocio de la cocaína: desde Colombia a Estados Unidos
En la serie, Griselda arranca su negocio en Miami introduciendo la cocaína en los sujetadores de prostitutas que contrata para que viajen transportando de esta forma la droga desde Colombia. Sin embargo, no era un modus operandi nuevo para la Madrina.
En 1976, dos años antes de afincarse en Florida, The New York Times informó de la condena de 12 acusados por distribuir cocaína y marihuana de contrabando por el país norteamericano. “En el escrito de acusación se les identificaba como Alberto Bravo (…) y una asociada, Griselda Blanco, una mujer que supuestamente vestía a las mujeres mensajeras con sujetadores y fajas especiales diseñados para ocultar los estupefacientes”, informó el medio estadounidense.
Los seis capítulos de la serie se centran en el paso de Griselda por Miami, pero sus negocios llegaron más allá en la historia real. Cuando la competencia creció en Florida, la narcotraficante trasladó su organización a California, donde había una mayor demanda de cocaína, como reportó el Departamento de Justicia (DOJ). Allí tuvo presencia tanto en Los Ángeles como en San Francisco, creciendo también en otros estados como Nueva York, según InSight Crime. Todo ello mientras mantenía sus operaciones en Colombia.
El rastro sanguinario de Griselda en la serie y la realidad
Al historial delictivo de Griselda se suman también los asesinatos. En la década de los 80, Miami sufrió un incremento significativo de homicidios, como recoge el DOJ estadounidense. Las autoridades intentaron presentar cargos contra Griselda, llegando a acusarla de estar implicada en más de 200 asesinatos, como señala la enciclopedia Britannica. “A Griselda le encantaban los asesinatos. Los cuerpos se alineaban en las calles de Miami como resultado de sus disputas”, indica el Departamento de Justicia en otro documento.
En este mismo informe, la agencia de gobierno estadounidense destaca cómo los sicarios de Griselda “popularizaron” los asesinatos a quemarropa desde una moto. “Esta forma de morir era tan admirada por Griselda y otros traficantes que se convirtió en el método preferido de asesinato y en una marca registrada del cártel de Medellín”, señalan.
La “pena” por traición. Uno de los varios motivos por los que la narcotraficante ordenaba la ejecución de alguna persona era la traición. Así lo refleja la serie, cuando Griselda ordena el asesinato de su antiguo socio, German Panesso, un hecho que sucedió en la historia real, como informó The New York Times en 1979, sin mencionar a posibles sospechosos. Este crimen pasó a la historia como la masacre de Dadeland Mall, según recuerda el canal de noticias NBC.
Griselda frente a June Hawkins: un encuentro que no sucedió en la historia real
Tanto en la serie como en la historia real, la detective June Hawkins tuvo un papel fundamental en las investigaciones de las operaciones de Griselda. Al igual que Blanco, Hawkins tuvo que hacer frente a las críticas y menosprecios de sus compañeros por el hecho de ser mujer en un ambiente regido por hombres –fue de las primeras mujeres policía de Miami–. “Cuando estaba en la Academia, un tipo me dijo una vez: ‘¿Por qué no te dedicas a algo normal para una mujer, como enfermera o profesora?’”, relata la policía a Netflix.
El trabajo de la detective marcó un antes y después en la trayectoria de Griselda, como refleja la serie. Sin embargo, la ficción se toma varias licencias creativas en lo que respecta a la relación de las dos mujeres.
En la serie, Hawkins acompaña a Griselda en el coche policial antes de su ingreso en prisión, además de tener una conversación con ella tiempo después desde la cárcel. Pero esto no sucedió en la realidad, como relata la propia detective a la plataforma de streaming.
El encuentro real. Cuando detienen a la Madrina, la detective ya trabajaba en otra división, pero un compañero, al conocer la trayectoria y estudio de Hawkins sobre Griselda, le avisó de que estaba en la comisaría. “Bajé las escaleras y allí estaba ella, sentada ante el escritorio, con aspecto de abuela. No interactué con ella personalmente, solo la observé”, explica la agente.
- Departamento de Justicia de Estados Unidos
- The New York Times
- NBC Miami
- BBC
- BBC Netflix
- El País
- Think-tank InSight Crime
- Web de Recovery First