Una alianza entre ovejas y bomberos: la ganadería extensiva para prevenir incendios en España

Rebaño de cabras pastando en un monte en Cataluña. La foto es parte del proyecto FireSheperds, que potencia la ganadería extensiva para prevenir incendios.
Un rebaño de ovejas pasta en un monte en Cataluña. Crédito: FireShepherds. Erasmus Plus. Coordinado: Pau Costa Foundation
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Nieves Fernández Vidueira es pastora en Quintela do Pando, una aldea de apenas 30 habitantes en la provincia de Ourense. Ahí es donde creció y, aunque estuvo unos años trabajando en Madrid, a los 19 años, recién casada y embarazada, volvió a su aldea porque quería que sus hijos “naciesen en terras galegas”. Allí solo tenía las 19 ovejas de su abuela y una burra, pero crio el mismo rebaño durante décadas hasta conseguir las 400 que tiene ahora. Sus ovejas pastan el monte en el pueblo, un ejemplo de ganadería extensiva, y le sirven tanto para sustentarse como para cuidar su tierra de los incendios

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“Las ovejas son de raza Ovella Galega, la autóctona, que ahora está en peligro de extinción. Todas las que tengo descienden de las ovejas que tenía mi abuela de toda la vida”, cuenta Fernández Vidueira a Newtral.es. Cuando la pastora gallega volvió a la aldea en 1982 aún había ganadería extensiva en la zona y los incendios podían controlarse. Los rebaños del pueblo comían la maleza del monte que en verano se seca y que puede originar y propagar incendios. 

“En aquella época había beceira, una especie de rebaño comunal. Había ovejas en todas las casas y todas las mañanas se juntaban. Entonces varios vecinos, uno por cada diez ovejas, las llevaban al monte a pastar”, relata. Pero poco a poco los vecinos fueron vendiendo sus animales para irse a las ciudades y en 1986 se deshizo el rebaño comunal.

Rebaño de ovejas en Quintela do Pando, Ourense. Imagen cedida por la pastora Nieves Fernández Vidueira, que utiliza la ganadería extensiva para prevenir incendios.
Rebaño de ovejas en Quintela do Pando, Ourense. Imagen cedida por la pastora Nieves Fernández Vidueira.

Como cuenta la pastora, esto provocó un aumento de los incendios en Quintela do Pando. “A partir de ese año solo quedábamos nosotros con ovejas en la aldea y cada año había un incendio en Quintela. Cada año”, cuenta.

El abandono rural, clave en el aumento de incendios

Guillem Canaleta, técnico medioambiental de la Fundación Pau Costa para la prevención y gestión de incendios forestales, explica a Newtral.es que el abandono rural ha sido un factor muy importante en el aumento en la frecuencia e intensidad de incendios forestales.

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“A mediados del siglo pasado se empezaron a abandonar zonas rurales porque la gente, evidentemente, buscaba oportunidades económicas en las ciudades. Porque no nos engañemos, el oficio de pastor es duro. Siete días a la semana, sin vacaciones”, afirma a Newtral.es. Pero, insiste, este abandono propició el aumento de los incendios.

“Con la ganadería extensiva los animales comen la vegetación fresca que sale en primavera, que será la que al final se seque en verano y que puede conducir a los incendios”, afirma. “Es importante que en los meses de primavera haya rebaños que puedan estar pastoreando por estas zonas rurales y mantengan una carga de combustible baja para prevenir incendios”, añade.

La ganadería extensiva como aliada para extinguir incendios de forma segura

Como cuenta Fernandez Vidueira, ahora con un rebaño más grande está gestionando mejor la carga de vegetación del monte y presume de que “hace muchos años que en Quintela do Campo no tenemos un incendio”. “Solo en 2017 hubo un incendio al lado, en Viana do Bolo, y estuvo cerquísima, pero no llegó a nuestra aldea”, afirma.

Canaleta explica que, gracias al ganado, no solo se previenen incendios, sino que, cuando ocurren, son más pequeños y más fáciles de controlar. “Si estas zonas están gestionadas, las maniobras de extinción se podrán hacer de forma más segura”, subraya Canaleta. 

Precisamente, el técnico de la Fundación Pau Costa colabora con el proyecto Ramats de Foc (Rebaños de Fuego), donde se ponen en contacto bomberos y ganaderos para trabajar de forma conjunta en la prevención de incendios. 

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“Así, los bomberos identifican zonas estratégicas para entrar y salir de los incendios potenciales y los ganaderos llevan a sus animales a pastar”, explica Canaleta. A cambio, los pastores reciben un pago y sus productos llevan un sello distintivo, que promocionan desde Ramats de Foc

“Nos coordinamos con los bomberos para que los pastores vayan a las zonas estratégicas que han identificado y mantengan una carga de combustible baja. Lo que hacemos es poner un valor añadido en el producto porque está previniendo incendios”, añade el técnico medioambiental.

Estas zonas estratégicas solían estar despejadas cuando existía mucha ganadería extensiva en la zona, pero el abandono rural provocó que estuvieran llenas de maleza y vegetación. Este proyecto acaba de terminar una prueba piloto en la provincia de Girona, y próximamente lo implementarán en otras zonas de Cataluña. 

“De esta forma—afirma Canaleta— en un momento en el que no hay muchos rebaños, nos focalizamos en zonas estratégicas y optimizamos los recursos que tenemos”. 

La ganadería extensiva para implicar a la población en la prevención de incendios

En este sentido, Mercedes Guijarro, investigadora del grupo de Incendios Forestales en el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC), destaca que bajar la carga de vegetación no es la única ventaja de la ganadería extensiva para prevenir incendios, sino que implica a los vecinos en la prevención. 

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“Al obtener un beneficio económico del monte, es más fácil vincular a la población. De esta forma, los ganaderos de los pueblos de alrededor de una zona están también muy interesados en que no se queme”, explica a Newtral.es. 

“Esto —subraya Guijarro— es lo que diferencia a la ganadería extensiva de otros métodos para prevenir incendios como la quema prescrita o el desbroce mecánico de la vegetación. Que se le da un valor social y económico”. Aunque reconoce que es necesario analizar qué método es el mejor en cada zona y, sobre todo, lo que sea más factible. 

La ganadería extensiva también ha tenido beneficios probados para prevenir incendios en Andalucía, como comprobó un grupo de investigación de la Estación Experimental del Zaidín, en Granada. Los detalles se publicaron en la revista científica Agriculture, Ecosystems & Environment y concluyeron que tanto los rebaños de cabras como los de ovejas eran eficaces para reducir la carga de combustible.

También se demostró su eficacia en un estudio en Valladolid, donde los autores constataron que el ganado caprino tenía además la ventaja de que su dieta incluye gran porcentaje de vegetación leñosa, que puede ser muy ventajosa en algunos territorios. Así, lo calificaban como una técnica “eficiente, barata y capaz de fijar población en el medio rural”. 

Las iniciativas para fomentar esta técnica no acaban ahí y están por todo el país, también en la Comunidad de Madrid, en Castilla y León o en Castilla-La Mancha. También en Extremadura, Gran Canaria y Cataluña, donde el propio Guillem Canaleta coordinó un “Erasmus de pastores”, llamado FireSheperds. En él los ganaderos intercambiaron conocimientos sobre la gestión de incendios con pastores de varios países Europeos.

Pastores en Cataluña durante el proyecto de intercambio FireSheperds. Crédito: FireShepherds. Erasmus Plus. Coordinado por Fundación Pau Costa.

El siguiente paso: el relevo generacional

El problema es cómo de factible puede ser usar la ganadería extensiva para prevenir incendios cuando es una práctica que cada año desciende en favor de la intensiva o macrogranjas

La pastora Nieves Fernández Vidueira cree que para ello es necesario el relevo generacional. Sus hijos, lamenta, no quieren continuar con su estilo de vida, pero reconoce que las administraciones tampoco lo ponen fácil

“Mis hijos ven que lo paso mal con muchos problemas con la administración, hay muchísima burocracia y trabas para seguir con esto. Y eso les tira para atrás”, cuenta Fernández Vidueira. “Es necesario que haya relevo generacional, pero para ello necesitamos apoyo e incentivos desde la administración”, reclama.

El técnico medioambiental Guillem Canaleta afirma que precisamente uno de los objetivos del proyecto Ramats de Foc es difundir la importancia de la ganadería extensiva para prevenir incendios y llamar al apoyo. “Hacemos comunicación y difusión para que la gente entienda esta relación y vea que si hay ganadería extensiva, el paisaje estará gestionado y habrá oportunidades reales de extinguir los incendios cuando ocurran”, subraya. 

Esto, por su cuenta, también lo hace la pastora gallega: “Intento en todo lo que puedo transmitir el amor por la naturaleza y por la ganadería a quien me rodea. Porque sin la naturaleza y sin los ganaderos el mundo se cae”.

Fuentes

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