En 1989, Brasil levantó la copa mundial masculina de fútbol sala celebrada por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA). Era la primera vez que el máximo organismo de este deporte celebraba este evento que siguió omitiendo la existencia de las mujeres durante más de tres décadas. A finales de 2022, la FIFA anunció la creación del primer Mundial femenino de fútbol sala, aún a la espera de fecha y organización.
Este avance histórico para las jugadoras de fútbol sala llegó después de siete años de insistencia y negociaciones, además de dos campañas mediáticas con las que presionar a la FIFA. Natalia Orive, jugadora del Leganés y presidenta de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala (AJFS), recuerda una última reunión en 2021 con motivo del Mundial masculino de Lituania, donde expusieron su inquietud sobre cómo había estrategias de crecimiento para las mujeres en el fútbol que las dejaba de lado. “Decidimos hacer fuerza”, explica a Newtral.es.
Un año después, viendo que las promesas no se materializaron, realizaron una última campaña en busca de la igualdad de oportunidades. “Si la FIFA quería invertir realmente en la mujer en el fútbol, debía hacer un Mundial de fútbol sala”, insiste. Bajo ideas de “la igualdad no puede ser una promesa” o “nosotras también jugamos”, algunas de las mejores jugadoras del mundo se hacían notar. “Si antes no nos querían escuchar, ahora nos tendrán que ver”.
La histórica ausencia del fútbol sala en la estrategia de la FIFA
Con esta exclusión se referían a los planes del propio organismo para fomentar la igualdad en el fútbol. En 2018, la primera estrategia global de inversión de la FIFA en mujeres en el fútbol señalaba un compromiso en este sentido. «Haremos el fútbol más accesible para las mujeres y animaremos al empoderamiento femenino», decían en un comunicado en consonancia con los Estatutos de la FIFA, que recogen su “esfuerzo por la promoción y participación internacional”.
En este sentido, las jugadoras de fútbol sala se sentían discriminadas por el propio organismo. “Hablas de igualdad, incorporas a las mujeres a tu agenda de desarrollo, pero nos dejas al margen, sin la misma atención y acceso que las futbolistas”, lamenta Natalia Orive, aunque incidiendo en evitar comparaciones. “Queremos nuestro propio espacio para mejorar. La FIFA es enorme pero siempre estamos en un segundo plano y por eso es necesaria sensibilidad en las personas que trabajan dentro del fútbol”.
Con el anuncio del primer Mundial, las jugadoras confían en un crecimiento exponencial. “Tener un mundial nos abre puertas. En España está cambiando la situación despacio pero de manera firme, trabajamos sobre todo en las condiciones y en la visibilidad con mucha ambición”, cuenta Natalia Orive. El problema, explica, se produce con la atención dirigida hacia un solo deporte. “Hay que abrir el abanico porque hay un desequilibrio, la brecha de género se alimenta con las decisiones dentro del propio deporte”.
“Queremos tener a mujeres en la toma de decisiones”
En esta fase de crecimiento, las jugadoras de fútbol sala insisten en la necesidad de ingresos económicos para la mejora de las infraestructuras. “Hay que mejorar el día a día de las jugadoras, la profesionalización del entorno y también del cuerpo técnico. Este año hemos conseguido tener una ambulancia durante los partidos. Ahora necesitamos fisioterapeutas, reducir el cansancio de viajes que son una paliza…hay muchas cosas que mejorar”.
Las sinergias de trabajo con la propia FIFA y con el sindicato FIFPRO ya han comenzado con el objetivo de unificar criterios. “Cada confederación tiene una ventana diferente, necesitamos hacer un calendario internacional. Creemos que para primavera tendremos noticias”, dice Orive, mostrándose positiva. “No nos queda otra que ser optimistas después de siete años trabajando, y ahora estamos seguras de que sale adelante porque está aprobado por el Comité Ejecutivo de la FIFA y expuesto en una asamblea”.
Conseguido el Mundial y con un plan de trabajo en España, ahora el objetivo del medio millar de jugadoras que forman parte de esta asociación es establecer planes de trabajo internacional para una mejora conjunta. “Queremos tener a mujeres en los lugares en los que se toman las decisiones, dar un salto a otros países y conocer qué sucede en sus ligas para poder mejorar condiciones y organización”.
- Estatutos de la FIFA
- Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala (AJFSF)
- Entrevista a Natalia Orive, presidenta de la AJFSF
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