Hoy no se puede hablar de los jóvenes sin hablar de las redes sociales, el lugar (virtual) en el que la mayoría pasan la gran parte de su tiempo. A través de ellas ven lo que hace su círculo más cercano, acceden a las últimas tendencias de moda, aprenden a cocinar y hasta hacen algo de deporte. En las redes sociales lo tienen todo, menos en muchos casos, la realidad. Los filtros de Instagram son uno de los factores que distancian a estas plataformas de lo verdadero, pues son como un photoshop a la carta que retoca los rasgos de quienes se ponen al otro lado de la cámara. Agranda sus pómulos, da más color a su tez o resalta los músculos. Los alejan de su verdadera imagen para acercarlos a unos estándares irreales y falsos que, sin embargo, vistos miles de veces algunos jóvenes convierten en su verdad.
“En un momento en el que estás construyéndote, que quieres triunfar, ahí vas cogiendo un montón de ideas que muchas veces son en contra de tu naturaleza. Quieres convertirte en esa persona, no en como tú eres”, explica la psicóloga clínica y directora de la Fundación FITA, Raquel Linares. Coincide con ella, la psicóloga Patricia Ramírez, también conocida como ‘Patri Psicóloga’ (@patri_psicóloga): “Cuando tratas de copiar algo que no existe, cambias tu forma de comer, tu forma de maquillarte, de vestirte… y muchas veces esos cambios ponen en riesgo tu salud”.
Esto lo reconoció la propia META -la empresa matriz de Instagram- en un informe interno en el que reconocía que esta red social empeoraba la imagen corporal en una de cada tres niñas que tenían problemas con su aspecto físico. “Ahora se busca la aprobación de una tribu que son miles y miles de personas y que no tienen nada que ver contigo porque ni siquiera son tus amigos. Y eso tiene un coste altísimo de desgaste”, explica Patri Psicóloga.
Los trastornos de conducta alimentaria, un problema sin filtros
Los datos que engloban esta realidad no acaban aquí: en España, al menos 400.000 personas sufren algún trastorno de la conducta alimentaria (TCA), según un estudio de la Fundación FITA y la asociación española para el estudio de estos trastornos.
Sin embargo, como explica a Newtral.es Raquel Linares, estas cifras podrían ser mucho más altas porque el informe se realizó antes del confinamiento: “No hay estudios realizados después de la pandemia. Nos daría unos datos escalofriantes de cómo ha crecido, cómo en muchos casos las personas han necesitado tener que ingresar porque durante la pandemia han bajado mucho kilos y a la vuelta no han podido seguir con su vida normal. Por lo tanto, diríamos que con datos actuales podríamos estar hablando de un 25% más de casos”.
La mayor parte de las personas que sufren algún tipo de trastorno alimenticio son jóvenes y adolescentes que son, precisamente, los que pasan más tiempo en redes sociales: “Las chicas con anorexia quieren ser perfectas porque creen que es lo que se va a valorar de ellas. No se permiten que no haya nada de ellas que no cumpla con las expectativas de otros. Todo lo que ven en las redes les hace seguir a rajatabla [los pasos] para convertirse en otras personas”, asegura la directora de la Fundación FITA.
La influencia es tal que, como reconoce Raquel Linares, se ha cambiado la forma de enfocar los tratamientos: “Antes, cuando trabajamos en talleres utilizábamos revistas de moda. Ahora lo hacemos con las redes. Después de estar un rato siguiendo a las cuentas que estos chicos siguen, calculamos a través de unos test cómo se sienten, el nivel de insatisfacción, la valoración negativa de su cuerpo, los cambios que quieren hacer”. Lo que no se ha modificado es el objetivo de estos talleres: “Es intentar que la personas vuelva a reencontrarse con ella misma porque, si no, no se cura nunca”, asegura.
El debate de los filtros de Instagram llega al Congreso
En España, Más País ha propuesto “crear un identificador de uso obligatorio por parte de marcas e influencers para etiquetar en las redes sociales todos los contenidos de imágenes en los que la realidad se ha alterado con herramientas digitales”. Lo ha hecho mediante una proposición no de ley en el Congreso que, si bien no tiene ningún valor legislativo, sí obligará a los grupos a posicionarse respecto a esta cuestión.
El ejemplo a seguir de tres países europeos
Todavía se desconoce la fecha en la que se debatirá esta medida en el pleno de la Cámara baja ni si, en caso de aprobarse y llevarse a cabo, la regulación sería tal y como la plantea Más País o se optaría por otras vías. Distintos países europeos ya han sentado un precedente de cómo podría ser esta normativa.
Francia. En 2017 se aprobó una ley por la que toda publicidad que incluya una imagen en la que se modifique con photoshop o una herramienta similar el aspecto corporal de quien salga en ella debe ir acompañada por el indicativo “fotografía retocada”. Supuestamente, debía situarse de forma accesible y fácilmente legible, pero la realidad es que en algunos casos se añadía a un tamaño muy pequeño y en una esquina.
Noruega. El país ha dado este año el visto bueno a una norma por la que tanto las marcas como quien hace el anuncio deben incluir una marca en su publicación para indicar que “se ha cambiado la forma, el tamaño o la piel de un cuerpo por retoque u otra manipulación”. Y esto es aplicable tanto a los filtros de Instagram como al photoshop empleado para la publicidad en cualquier soporte.
Eso sí, para evitar que ocurra como en Francia, en Noruega la Autoridad de Consumo ha estipulado la imagen que se tiene que poner, el tamaño al que tiene que aparecer y la posición ideal que debe ocupar dentro del soporte -esquina izquierda-.
Reino Unido. En 2021, la Autoridad de Normas Publicitarias (ASA) estipuló que las influencers que estuvieran haciendo publicidad no podían utilizar filtros de Instagram o photoshop para exagerar los efectos del producto que promocionan.
Ese mismo año apercibió a una de ellas por anunciar un maquillaje con una imagen en la que utilizaba un efecto que le bronceaba la cara porque, argumentaron, se podían confundir los efectos del producto con los que provocaba el filtro.
- Raquel Linares, psicóloga clínica y directora de la Fundación FITA
- Patricia Ramírez, psicóloga
- Informe interno de META
- Estudio de la Fundación FITA y la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de la Conducta Alimenataria
- Proposición no de ley presentada por Más País en el Congreso
- Normativa de Francia
- Normativa de Noruega
- Normativa de Reino Unido